Desde el 2017, con el caso de las madres que fueron denunciadas por cultivar marihuana para el tratamiento de sus hijos, hasta febrero de este año con la publicación del reglamento de la ley, se ha resaltado al aceite en gotas como el producto estrella de la cannabis. Sin embargo, esta no es la única forma de consumir la hierba con fines terapéuticos.

"La vía de administración más conocida es el aceite, pero no es la más efectiva, la más efectiva es la vaporización", afirma Max Alzamora, médico peruano con estudios sobre cannabis. 
"Son muy pocas las personas que deciden probar esta vía. En un país conservador como el nuestro, no se acepta y se prefieren primero las gotas. Las personas lo ven mal porque es lo más parecido a fumar. Parece humo, pero es vapor", agrega. 

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En base a sus más de dos años de experiencia en los que va atendiendo a más de 400 pacientes, Alzamora explica que la vaporización mitiga el dolor casi de inmediato. Un efecto similar tiene en caso de náuseas:

"Por lo que he visto en pacientes que sí se han atrevido a vaporizar y por la evidencia científica presentada en congresos, la vaporización es más rápida. Por ejemplo, un paciente con dolores no va a esperar 40 minutos a que las gotas le hagan efecto. Vaporizando, los síntomas se van al minuto y cada vez que vuelve el dolor, se puede volver a hacer".
"Vaporizar también sirve para pacientes con cáncer, que sufren náuseas y falta de apetito. Cuando se vaporiza en un momento previo a la comida, el efecto del hambre aparecerá en treinta minutos. Si hay algún dolor por tumoración, se vaporiza cuando el dolor se agudiza".

Esta vía de administración de cannabis, así como las demás, debe estar supervisada por un profesional y se debe conocer la procedencia de los productos.

Es importante saber que cada cannabinoide se vaporiza a una temperatura determinada. Por ejemplo, el tetrahidrocannabinol (THC), que sirve para tratar dolores crónicos de todo tipo provocados por artrosis, artritis y fibromialgia, entre otras enfermedades. También sirve para calmar náuseas, falta de apetito, espasmos musculares y para mejorar los estados de ánimo. El THC se vaporiza a una temperatura de 157° C.  

El cannabidiol (CBD), que es antiinflamatorio y sirve para calmar los síntomas del Parkinson, la ansiedad, la depresión y el insomnio, así como para mejorar el movimiento motor fino, la concentración y el equilibrio, se vaporiza a 180°C.

Para ello, existen vaporizadores de hierba que tienen la opción de regular la temperatura y así los usuarios puedan seleccionar los grados de acuerdo a los efectos deseados y según las indicaciones de sus médicos.

[Para más información sobre la vaporzación, compartimos este artículo de una página en la que médicos cannabicos de todo el mundo intercambian experiencias]

Alzamora, que ha estudiado en The Medical Cannabis Institute (EEUU), precisa que la vaporización sirve para todas las dolencias, pero la mejor manera de controlar el consumo en pacientes es la vía sublingual (aceite). Esta, explica el médico, demora 45 minutos en hacer efecto, ya que se metaboliza en el hígado, y dura en el organismo aproximadamente seis horas. 

Otras formas de consumir marihuana con fines medicinales son las vías tópicas.

"Aquí en Perú tenemos otras plantas que hacen muy buena sinergia con el cannabis. Tenemos para hacer unas cremas que nadie en el mundo podría hacer. Por ejemplo, el matico y el llantén son plantas antiinflamatorias, si las juntamos con cannabis, tendríamos una crema que serviría para bajar la inflamación de una herida", señala el médico.

Actualmente en Perú, el problema es que la ley y su reglamento han sido aprobados, pero hasta el momento no hay productos. 

"Ya se puede prescribir, pero todavía no hay producto. La gente que ve esto se demora, pero bastaría que uno de ellos o sus familiares cercanos tenga una patología como cáncer, epilepsia o Parkinson para que se pongan las pilas y agilicen todo este tema regulatorio. La salud no espera", afirma Alzamora.

En marzo pasado se abrió el registro virtual de usuarios de cannabis medicinal a través de una declaración jurada en la web de Digemid. 

El reglamento de la ley de cannabis medicinal señala que esta planta y sus productos derivados sirven para tratar a pacientes con cáncer, VIH/SIDA, esclerosis, epilepsia y síndromes de Lennox-Gastaut y Dravet.

De acuerdo a la legislación peruana, la cannabis que tenga menos de 1% de THC es considerado como psicoactivo y se le reconoce su uso para fines medicinales y terapéuticos, como terapia paleativa para algunas enfermedades. Para estos casos, el médico cirujano debe prescribir una receta especial.

Por otro lado, el cáñamo o hemp es considerado como cannabis no psicoactivo, ya que contiene menos de 1% de THC. Esta planta y sus derivados son sustancias no controladas y están excluidos del Reglamento de Estupefacientes, Psicotrópicos y otras Sustancias Sujetas a Fiscalización Sanitaria, aprobado con Decreto Supremo Nº 023-2001-SA. Como se trata de productos que solo tienen cannabidiol (CBD) se prescriben con receta médica simple.

A pesar de este avance importante, esta ley presenta restricciones, como la falta de consideración a las asociaciones de autocultivo (como las madres que fueron víctimas de la incautación de las plantas que usaban para sus hijos en el 2017, hecho que motivó la presentación del proyecto de ley). Al respecto, Max Alzamora sostiene que esta limitación en el reglamento de la ley se debe a que el Perú es uno de los países sudamericanos más conservadores en este tema.

"Lo que ha visto el Minsa para su reglamento son los estudios más conocidos. Pero, por ejemplo, con nuestra ley ¿podríamos hacer investigaciones sobre glaucoma? No, porque la ley no lo avala. Eso es lo que nos limita. El Perú es un un país conservador, pero es cuestión de tiempo, no me desespero porque sé que esto irá cayendo por su propio peso”.

Alzamora advierte que todo consumo de marihuana con fines medicinales debe ser con profesionales especializados. Por eso, propone que el Estado peruano capacite a los médicos para que los pacientes tengan la garantía de una buena atención. 

Max Alzamora es médico cirujano (USMP, 2010), ha estudiado en The Medical Cannabis Institute (EEUU) y realizado una pasantía en la Clínica Kalapa (España), un centro especializado en el tratamiento con cannabinoides. Desde marzo del 2017 hasta enero del 2019, ha asistido a los dos primeros cursos sobre cannabis en el Colegio Médico del Perú y ha sido ponente en el tercero.

Actualmente, es consultor médico de ‘Gotas de esperanza’, una organización peruana que tiene el objetivo de informar sobre el uso de cannabis, empoderar a los pacientes y proveer gratuitamente a la mayor cantidad de personas que necesiten marihuana por motivos de salud. También es parte del colectivo Green Cross, que está preparando un curso de capacitación para estudiantes de medicina, médicos y público en general.


PD: fumar es la forma menos saludable de consumir marihuana.


[Foto de portada: medium]


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