El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, ha iniciado este domingo su gira por América Latina en Colombia, en un encuentro con el presidente Juan Manuel Santos, marcado por la amenaza de una intervención militar en Venezuela que lanzó el viernes último el mandatario estadounidense, Donald Trump, posibilidad que ha sido rechazada por la mayoría de países de la región el fin de semana.
"El presidente (Trump) me ha enviado aquí para seguir buscando el apoyo de América Latina y lograr la restauración pacífica de la democracia en Venezuela", dijo Pence, con lo que marcaba distancia de la opción militar y le rebajaba el tono belicista a la advertencia del jefe de Estado republicano.
"Los amigos tienen que decirse las verdades, le expresé al vicepresidente Pence que la posibilidad de una intervención militar no debe ser contemplada", dijo por su lado el presidente Santos, tras el encuentro que sostuvo con el vicepresidente de EEUU.
"Ni Colombia ni América Latina, desde el sur del río Grande hasta la Patagonia, podrían estar de acuerdo. América es un continente de paz. Mantengámoslo así", agregó el mandatario sudamericano.
El estadounidense, por su lado, insistió, en la misma línea que Trump pero en un tono más conciliador, que "Estados Unidos no se va a quedar tranquilo ante la creación de una dictadura en nuestro hemisferio", la explicar que un Estado fallido en Venezuela implica mayor emigración ilegal, golpea la economía y favorece a actividades como el narcotráfico. "Lo que hagamos lo haremos de manera mancomunada, todos vivimos en el mismo vecindario", subrayó Pence.
Los países de la región que se oponen a una eventual intervención militar de EEUU en Venezuela son los mismos que el último 8 de agosto firmaron la Declaración de Lima, en la que oficializaban su alejamiento del régimen de Nicolás Maduro y de su Asamblea Constituyente, que marca el quiebre oficial del orden democrático.
Las otras naciones que Pence visitará esta semana son Panamá, Chile y Argentina, con cuyos gobiernos el vicepresidente estadounidense analizará "una gama de sanciones económicas y diplomáticas", la cuales se unirían a las 12 medidas ya impuestas por Estados Unidos contra el líder venezolano y su círculo más cercano. "Estoy aquí para construir una alianza sin precedentes para aislar a Venezuela", dijo Pence.
China se pronuncia
El régimen de Pekín entre tanto defendió este lunes la necesidad de respetar el principio de no injerencia entre gobiernos, en alusión a una eventual intervención militar en Venezuela.
"Todos los países deben conducir sus relaciones bilaterales sobre la base de la igualdad, el respeto mutuo y la no injerencia en los asuntos internos del otro", dijo en rueda de prensa Hua Chunying, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, tras resaltar que su gobierno "siempre sigue el principio de no interferir en los asuntos de otro país". Y en efecto, Pekín se mantiene al margen de opinar sobre la situación en Venezuela, que es, desde la pasada década, uno de los más importantes socios comerciales de China, sobre todo por el especial interés del régimen comunista en el crudo venezolano.
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