La huelga magisterial que ya se va para el segundo mes —una de las más largas que enfrenta el Gobierno— podría entrar en una nueva etapa, luego de que el presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) anunció este martes su disposición a recibir en Palacio de Gobierno a los dirigentes que se niegan a levantar la medida pese a que se les descontará el sueldo y hasta se les despedirá.
"Quiero decirle a la opinión pública a que yo estoy dispuesto a dialogar con los dirigentes, con una sola condición: que renuncien a cualquier intento de violencia porque los profesores no pueden ser violentos. Deben enseñarle a los chicos con tranquilidad", dijo PPK desde Moquegua, en donde supervisó los trabajados de la carretera Omate-Arequipa.
El mandatario incluso afirmó que está dispuesto a iniciar este mismo jueves el diálogo con los dirigentes sindicales, con la presencia también de la ministra de Educación, Marilú Martens, y el premier Fernando Zavala.
"Ya tenemos los principales lineamientos de la solución económica. Ahora lo que necesitamos es una solución del corazón del Perú, que es un corazón que quiere la paz, no la violencia, que quiere el progreso".
Al menos en cinco regiones del país se sigue acatando la huelga de los maestros, pese a que el viernes pasado, el Ejecutivo y los gobiernos regionales suscribieron un acta con una serie de acuerdos, entre los que se acordó adelantar a diciembre el aumento del piso salarial a S/2.000 mensuales de los docentes, en busca de que pongan fin a la medida que acatan hace más de 50 días, pero no lo consiguieron.
Dirigentes sindicales alegaron, entonces, que no fueron convocados a la reunión en la Presidencia del Consejo de Ministros donde se firmaron los acuerdos, por lo que nada les aseguraba que se vayan a cumplir. ¿Fue un error no hacerlo? Tal vez, pero también es cierto que por las disputas políticas dentro del Sutep por el control del gremio, incluidas la de los grupos radicales como el del Conare, facción vinculada al Movadef, el brazo político de Sendero Luminoso, es difícil hallar interlocutores válidos para el diálogo.
Ademas, a estas alturas queda claro que detrás de la huelga no solo hay reclamos gremiales ampliamente conocidos, sino también propósitos políticos, como lo señaló Ricardo Cuenca, experto en tema de educación e investigador IEP. "Esta es una huelga política, no es una huelga sindical. Entonces, los operadores políticos que tiene el gobierno deben empezar a funcionar para combatir políticamente esta situación", refirió este martes en La República.
A esto se suma lo que esta semana reveló el Ministerio del Interior, que detectó que varios de los dirigentes que impulsan la medida se encuentran dentro del grupo de los 4.819 maestros que firmaron los planillones para que el Movadef se convierta en partido, y cuya agenda —como lo explica Isabel Coral, de Otra Mirada— es "la salida política a los asuntos derivados de la guerra, la amnistía para sus presos políticos y la recentralización de sus fuerzas políticas".
[Foto de cabecera: Andina]
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