Si nos ponemos a pensar, muy pocas veces Jesucristo se pronunció sobre el sexo y la malsana visión de la Iglesia Católica actual acerca de él. 

Es que la moralidad sexual de la Iglesia que incluye temas como la homosexualidad, el aborto, el divorcio, la anticoncepción y los abusos a menores, ha dividido a los cristianos y ha causado estragos dentro de los límites de catolicismo. 

Es entonces que cabe preguntarse: ¿En qué momento nació la perspectiva negativa acerca del acto sexual, uno de los bastiones más importantes dentro de la institución religiosa?

Todos los cristianos utilizan la Biblia para establecer sus valores, enseñanzas y prácticas. Pero hay que tener en cuenta que 'el libro sagrado' se divide en el Antiguo Testamento (la Biblia hebrea) y el Nuevo Testamento (los cuatro evangelios y las cartas atribuidas a Pablo de Tarso y otros escritores cristianos del siglo I AD). 

Y del Antiguo Testamento y de las epístolas de Pablo se ha sacado todo el material clave para darle forma a la actual ética sexual católica. Aunque todo es interpretación, las explicaciones de los especialistas y teólogos ha servido para instaurar la polémica moral de los cristianos. 

Aquí algunos ejemplos, que recogió la BBC: 

La homosexualidad

Aunque Cristo nunca se refirió a la homosexualidad, algunos pasajes del Antiguo Testamento y de las cartas de San Pablo se utilizan frecuentemente para denunciarla:

"No te acostarás con un varón como con una mujer; es una abominación". Levitico 18:22 

"...los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos". Romanos 1:27 

A pesar de que hasta la fecha la Iglesia católica califica a la homosexualidad como un pecado mortal, varias iglesias protestantes ya no la consideran una falta sino que más bien prefieren enfocarla desde el énfasis que ponía Jesús al amor, la fidelidad y la compasión. 

El Celibato

La religión de Jesús, el judaísmo, no tenía mucho que decir acerca de abstenerse completamente de tener relaciones sexuales. El cambio llegó más tarde, cuando aparece una carta de San Pablo a los Corintios.

"Es bueno que el hombre no toque mujer". 1 Corintios 7:1

Esta 'enseñanza' fue confirmada a partir del siglo II cuando algunos hombres y mujeres comenzaron a practicar el celibato como monjes y monjas. 

El Matrimonio

"El hombre dejará padre y madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne (...) por lo tanto, lo que Dios juntó, que no lo separe el hombre". Mateo 19:5-6 

Según el apóstol Mateo, estas fueron las palabras de Jesús acerca de la unión monógama entre hombres y mujeres. Una cita de la que se desprende el 'pecado' del divorcio. 

Sin embargo, durante los primeros mil años de la historia cristiana muy pocos adeptos a la Iglesia consideraban casarse dentro la institución. Las cosas cambiaron recién en el siglo XI, cuando el Papa Gregorio VII sometió al matrimonio al control de la Iglesia. 

Es así que, en 1184, el matrimonio fue declarado un sacramento indisoluble, al igual que el bautismo y la comunión. 

Pero hay que tener en cuenta que a pesar de que Jesucristo fomentaba la monogamia, también predicaba el perdón absoluto. Es así que cuando le preguntaron si una mujer adúltera debía ser condenada a muerte por lapidación, este contestó:

"El que de ustedes esté sin pecado, sea el primero en tirar una piedra". Juan 8:7.

Anticoncepción

"¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!" . Lucas 1:42 

"...cuando se llegaba a la mujer de su hermano, derramaba su semen en tierra para no dar descendencia. Pero lo que hacía era malo ante los ojos del Señor". Génesis 38:9 

El problema de los métodos anticonceptivos se dio recién en el siglo XX. 

Al inicio todas las Iglesias católicas y las protestantes los condenaron, basándose en versículos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. 

Sin embargo, en los años 30, la Comunión anglicana mundial relajó sus normas y dejó de calificar a la anticoncepción como un pecado.

¿Quién formuló oficialmente los preceptos católicos en contra de la sexualidad?

Después de casi 300 años de persecución a los cristianos, el Imperio Romano, bajo el liderazgo de Constantino, adoptó el cristianismo como su religión oficial. 

Sin embargo, la nueva Iglesia no se basó solo en los pasajes de la Biblia sino que también buscó el consejo de varios teólogos y filósofos, muchos de ellos adeptos a la austera filosofía griega que predicaba la preponderancia del espíritu sobre el cuerpo. 

San Agustín

Agustín de Hipona es considerado la máxima personalidad de la Cristiandad occidental. Y precisamente fue este teólogo del siglo IV el que reformó la visión cristiana del sexo de manera radical.

Y es que Agustín predicaba que el deseo sexual, lujuria en sus palabras, había impulsado a Adán a aceptar la propuesta de Eva para probar el fruto prohibido del Árbol de la Sabiduría.

Es así que el deseo sexual fue asociado por primera vez con los inicios del pecado. De esta manera, muchos cristianos ortodoxos en la actualidad sienten angustia y culpa en torno al sexo y sus implicaciones físicas y mentales. 

A pesar de ello, en la Alemania del siglo XVI ocurrió un hecho que cuestionó visiblemente la relación entre el sexo y el pecado original.

La revolución sexual

En 1517, Martín Lutero, el fundador de la Reforma Protestante, se alejó de las enseñanzas de Agustín, quien consideraba al sexo como un pecado. 

Es así que afirmó que el acto sexual entre un hombre y una mujer era un 'regalo de Dios', siempre y cuando se realizara dentro del matrimonio. 

Asimismo, criticó a la tradición católica que ordenaba y aún ordena, que los sacerdotes tienen que ser célibes. Y es que Lutero advirtió lo que ya observamos como consecuencias de la abstinencia sexual.

El protestante dijo que los deseos sexuales de los célibes podían terminar siendo canalizados en direcciones peligrosas. 

Es así que animó a los sacerdotes a casarse, algo que él mismo practicó para dar el ejemplo. De igual manera, negó que el matrimonio fuera un sacramento de la Iglesia, un hecho que no lo hacía indisoluble. Por tanto afirmó que el divorcio también podía ser aceptable. 

La iglesia liberal de Lutero

Para Martín Lutero, ni las buenas acciones ni el arrepentimiento por los pecados traería el perdón de los mismos, sino la fe en Dios. 

Esta premisa lo llevó a poner especial importancia en gracia divina y en el perdón, virtudes que han sido utilizadas frecuentemente en la época moderna para argumentar puntos de vista más liberales en distintas Iglesias cristianas.

(Foto de cabecera: jdiezarnal.com)