El pasado 2 de julio, el Departamento de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) puso a disposición del público el libro "La reforma [i⁄m]posible. Enfrentando desafíos del sector educación 2018-2020”, en el que el sociólogo Martín Benavides comparte su testimonio de lo que fue su paso por la Superintendencia Nacional de Educación Superior (Sunedu) y el Ministerio de Educación (Minedu).
Este martes, Benavides, docente en investigador de la PUCP, estuvo en 'El Arriero' con Javier Torres. En esta entrevista, el Doctor en Sociología da detalles para comprender el entramado detrás de la oposición a la reforma universitaria.
- Rara costumbre que un funcionario público que ha ocupado dos cargos bastante importantes publique una memoria contando no solamente lo que hizo, sino los detalles de los momentos complejos que le tocó vivir en el ejercicio de ambos cargos. ¿Qué cosa fue lo que te animó a contar tu testimonio?
Debo empezar por recordar que yo, en principio, soy un investigador y docente universitario y, en ese sentido, siempre he estado, por más que he estado en actividades distintas a la actividad académica y de investigación, siempre tenía la idea de registrar las cosas que iban pasando. Esto me permite, una vez que termina todo este período, rápidamente engancharme con este documento.
A mi me ha ayudado escribir, pensar en lo ocurrido para poder darle la vuelta a la página. Mi salida fue muy abrupta, de un momento a otro todo cambió. Uno se queda bastante perplejo en esas situaciones y, al mismo tiempo, con todo lo que vino después, todo ese esfuerzo que se había hecho un equipo de profesionales quedaba medio escondido. Por eso me parecía importante hacer públicos estos detalles de estos años, para que se aclaren algunas cosas porque parte de lo que ocurrió fue que hubo una prensa muy dura con el período, también la coyuntura electoral se decían muchas cosas, que había habido corrupción. En ese sentido, me pareció importante al servicio de la información los hechos, tal como ocurrieron. Esto lo tenía listo ya hace un tiempo, pero me pareció importante esperar que las cosas se calmen.
- Bueno, las cosas no se han calmado, pero quería hablar sobre tu período en la Sunedu. El centro del relato del libro tiene que ver con la Sunedu y con la reforma universitaria, incluso cuando fuiste ministro. Tú eras vicepresidente de Sunedu, miembro del Consejo Directivo, y una crisis, un intento de retroceder en esta reforma, es la que te termina colocando en el puesto de superintendente. El otro día conversé con Eduardo Dargent sobre la dificultad para hacer reformas en Perú, pero la reforma universitaria es una reforma que, a pesar de los grandes enemigos que describes, sigue en pie. ¿A qué se debe, cuál es tu explicación, de que la reforma haya logrado de alguna manera avanzar y no truncarse como otras tantas reformas que se han quedado a medias?
Efectivamente , yo ingreso formalmente a Sunedu en el contexto de una crisis que fue una crisis importante, fue un intento de volver a capturar la regulación del funcionamiento de las universidades, que en realidad iba más allá de las universidades, que iba más allá de la propia vida académica y se expandía hacia actividades económicas, Poder Judicial, en realidad era un entramado de relaciones bien complejo que había capturado al sistema universitario. Entonces, cuando Sunedu empezó sus actividades, en 2016-2017, empezó a separarse para intentar liberar al sistema universitario de ese entramado de relaciones. Cuando yo entro, lo que hacemos es básicamente llevar más a fondo ese proceso que había iniciado con la anterior superintendenta, básicamente la idea era llegar al fondo y llegar al fondo era tomar decisiones complejas, que tenían que ver con la supervisión, la sanción a las universidades que eran la evidencia más grande del mal uso del sistema universitario. Creo que son tres cosas, la primera es que Sunedu fue demostrando mucha voluntad de llevar las cosas al fondo. Había mucha voluntad y la voluntad no es un tema menor para mí, para poder describir por qué estas cosas avanzan, por qué una reforma que parece imposible termina siendo medio posible.
Has dicho algo importante, toda reforma en un determinado momento choca con poderes. Y en muchos casos en el Perú, lo hemos visto en el sector policial, en las Fuerzas Armadas y en otros campos, cuando hay que chocar, a veces falta la voluntad. ¿La expresión de esa voluntad era decir hay universidades que no pueden funcionar?
Y que había un uso inadecuado de los recursos económicos de las universidades también. Era el mal uso de los recursos y, por otra parte, el mal funcionamiento de las universidades. Entonces, evidentemente en un contexto tan difícil como este, sin voluntad de cambio era difícil actuar. Es una voluntad que es compleja en la política, es hasta cierto punto antipolítico, la regulación tiene que moverse casi con una autonomía muy fuerte de los sectores políticos, económicos, y eso es muy difícil de entenderse, por eso aquí cada vez que se ha intentado hacer algo, inmediatamente se captura el intento de reforma. Nosotros, con todo el equipo, teníamos claro que más bien teníamos que movernos en una autonomía que la ley le dio a la Sunedu y eso es otro elemento importante, la Ley Universitaria tuvo un buen diseño técnico para la Sunedu, fue muy claro, Sunedu tiene autonomía técnica, Sunedu tiene la responsabilidad central en la supervisión de la calidad. Lo que nosotros hicimos fue, con esa voluntad, cogernos de eso y movernos de esa autonomía para romper todos los entramados de relaciones que habían. Creo que eso, además, ayudó muchísimo a darle legitimidad al trabajo que veníamos haciendo, conforme Sunedu iba tomando decisiones relevantes, había una opinión pública que iba dándole un sostén a todo este proceso técnico, había una opinión pública favorable, por otra parte, Sunedu también buscaba comunicar bien sus decisiones porque no son decisiones sencillas.
- Había mucha gente, no solamente estos señores todopoderosos que han manejado el sistema universitario peruano durante estas dos décadas, que terminaba siendo afectada, como el universitario y su familia que había invertido recursos. ¿Cómo se gana a la opinión pública? Porque ustedes siempre tuvieron a un sector de la prensa en contra.
Creo que el punto central fue esta imagen de hacer bien las cosas, de una institución pública que cumple su finalidad, que los funcionarios y funcionarias que están ahí, en realidad están trabajando para el servicio público. Eso me parece que tenía mucha fuerza y a eso se le agregaba esta narrativa de las condiciones de calidad para el sistema universitario. Creo que también ayudó muchísimo, entre otras cosas, a reducir los impactos negativos que las decisiones que tomaba Sunedu siempre tomaron en cuenta la decisión del estudiante de las universidades relegadas. Lo que decían las resoluciones del consejo directivo de la Sunedu era que no se permitía que se reciban más estudiantes, y ese era el punto central, no más estudiantes, no más familias engañadas, no queremos que cada año sigan entrando miles y miles de estudiantes, que luego a los cuatro o cinco años terminaban en el subempleo. Se decía que los estudiantes de las universidades podía continuar en las universidades, se reconocían los títulos y se esperaba que funcione un mecanismo de traslados y fusiones, que funcionó, el 30% de los estudiantes de las universidades se han trasladado a otras universidades y podría funcionar mejor todavía, y entiendo ahora el Ministerio está tomado algunas medidas para que eso mejore.
- Otro tema que fue de debate y que estuvo en el candelero fue el tema de las universidades nacionales como la San Luis Gonzaga de Ica, por ejemplo. Ahí, ¿fue fácil encontrar la ruta para el caso de las universidades nacionales en las que finalmente es el Estado el que está incumpliendo?
La Sunedu tenía su responsabilidad, que era la evaluación de la situación de las universidades, el hecho de sacar una regulación que considere la situación de los estudiantes y el Ministerio de Educación, como ente rector, era responsable de la promoción y del fomento de las universidades públicas. Felizmente, en la última etapa del 2019 se hizo una buena coordinación para que estas universidades públicas que claramente iban a una situación de denegatoria de su funcionamiento entren a lo que el Ministerio llamó un plan de emergencia. Y en ese plan de emergencia le permita al Ministerio de Educación dar los recursos necesarios para poder mejorar la situación de esa universidad, en el contexto de esa denegatoria, cumpliendo todos los requerimientos de la Sunedu y luego más adelante intentar volver a presentarse a un siguiente proceso de licenciamiento. Y eso ha sido lo que logró de alguna manera mitigar el impacto de las universidades públicas. Evidentemente eso fue muy difícil, estamos hablando de la Pedro Ruiz Gallo de Chiclayo o la San Luis Gonzaga de Ica, universidades que fueron muy golpeadas a pesar de tener una tradición académica muy importante anteriormente, fueron universidades muy capturadas por dirigencias que hicieron un mal uso de los recursos, tenían denuncias de corrupción, títulos falsos, había un funcionamiento bastante negativo de la universidad. Les costó mucho recuperarse de eso.
- Volviendo a la dimensión política, en el tiempo que estuviste en la Sunedu, hubo momentos de confrontación fuertes, ¿cuál fue el momento más difícil cuando estuviste en el cargo?
Todos los días fueron difíciles. Yo entro a la Sunedu y a los dos días ya tenía un llamado para el Congreso. La verdad que como lo documentó la prensa, las opiniones que se dieron en ese momento fueron bastante duras con nosotros. Había que sostener y con eso hemos convivido a lo largo de los dos años que yo estuve en la Sunedu, siempre con la amenaza del Congreso, de comisiones investigadoras, fiscalización. La última fue de la comisión de educación que presidía la congresista (Tamar) Arimborgo, que incluso rechazó toda la información que nosotros le presentamos para documentar que no había habido ninguna irregularidad. Nunca se logró tranquilizar el frente político, menos en la etapa del Ministerio, ahí más bien se volvió a reactivar fuertemente, siempre convivimos con eso. Lo que nos fue ayudando es que íbamos teniendo mucho apoyo de la opinión pública que rápidamente identificaba jugadas de estas universidades, en alianza con parte del Poder Judicial y congresistas, el caso de Telesup, que presentaron una medida cautelar en Bagua, nosotros rápidamente respondimos, hicimos una conferencia de prensa, por esa conferencia a mí me presentaron denuncias penales.
- ¿Consideras que el caso Telesup fue clave para ganar opinión pública?
Fue quizás el momento cumbre del proceso de reforma, sobre todo con esta imagen de la fachada, lo que simbólicamente representaba eso. Creo que eso le dio mucha fuerza simbólica al proceso de reforma de estar enfrentando fachadas, todo esto hubiera sido una gran fachada, nos habían estado contando una historia que no tenía ninguna base.
- Tú entras al Ministerio de Educación en febrero del 2020 reemplazando a Flor Pablo. Has sido un investigador en el tema de educación durante muchos años en GRADE y profesor en la Universidad Católica analizando estos temas. ¿En algún momento se te pasó por la mente que ibas a tener que enfrentar uno de los mayores retos que ha enfrentado un ministro, que es enfrentar una pandemia?
No, no lo esperaba. Yo venía con la energía de la reforma de Sunedu, quería trasladar toda esa energía a los temas de educación, entre ellos consolidar la reforma universitaria y otras cosas más. Condiciones básicas de calidad para todo el sistema, el tema de la brecha dorsal de aprendizaje, pero la pandemia nos puso una agenda fuerte y todo el proceso político.
- ¿Cuál es tu balance de "Aprendo en casa"? Has sido el ministro que impulsó ese programa. ¿Qué ha significado "Aprendo en casa" para la educación peruana?
Creo que ese balance lo tienen que hacer otros. Una vez que pasemos todo esto que ha ocurrido, va a ser muy importante que se haga un verdadero balance de lo que fue Aprendo en casa. Lo que yo puedo decirte es que nosotros, el 6 de marzo, cuando aparece el primer caso, yo hago una reunión antes que se cierren los colegios, pregunto: ¿qué tenemos? Ya en ese momento, pensábamos en la estrategia de educación remota. La verdad es que no teníamos mucho. El punto de partida es que no teníamos mucho, y no solamente eso, sino que era evidente que la educación de los estudiantes rurales, pobres, iba a ser la más afectada, ya venía mal, todos los indicadores de rendimiento que expresaban una desigualdad muy fuerte. Esto iba a ser muy duro para ellos. Se vio una respuesta rápida y eficiente a una situación que pudo ser trágica para los estudiantes del país, para los 8 millones de educación pública y privada. Y esa respuesta tuvo, a diferencia de otros países, el problema del Internet, que además no era una responsabilidad del Ministerio de Educación, pero a mi era al único que le preguntaban por Internet, yo no tenía que ver con ese tema, pero me tocó. Tomamos la decisión de hacer televisión y radio, y era algo que no se venía haciendo en el Ministerio de Educación, esa estrategia multicanal permitió sostener la crisis y yo creo que ese ha sido su aporte más importante, al lado de una movilización, yo creo que hubo una movilización importante por la educación pública, creo que se activó una energía positiva en este momento, incluso comprometimos a la televisión privada, cosa que este año lastimosamente ya no hay, y muchos canales privados entraron a apoyar esto. Pero, evidentemente, los problemas estructurales que estaban de partida, Aprendo en casa no los resolvió, por más que hicimos el intento. En marzo o abril, ya era claro que había un grupo de estudiantes a los cuales no estábamos llegando, intentamos distribuirles los materiales para poder ayudarlos en algo, pero claramente había un problema estructural que no estábamos resolviendo. Y ahí surge la idea de pensar en diseñar esta plataforma tecnológica para lo que venía para adelante, para el proceso de cierre de esa brecha de aprendizaje comprometida por la pandemia, buscando destinar recursos para los estudiantes pobres y rurales del país, que es el proyecto de la compra de las tabletas.
- En tema de las tablets, te dieron de alma porque hubo un problema en el mismo proceso de compra. Creo que, en general, una de las grandes tragedias del sector público son todas las áreas de contrataciones. Y en el caso de las tablets, ¿cuál fue el nudo del problema?
En realidad fue lo más duro que me ha pasado y hasta ahora lo sigo sintiendo porque, para nosotros, lo relevante en ese momento era tomar la decisión, ir al Ministerio de Economía y Finanzas y decirles necesitamos recursos para destinarlos directamente a los distritos rurales y pobres del país. Eso se logró, se logró los recursos, se hizo el proceso de diseño de cómo iban a ser las tablets, cómo iba a ser el proceso, pero lamentablemente en junio, julio, gracias a la Contraloría, nos vamos dado cuenta que la empresa que había ganado había presentado información fraudulenta, y eso fue un golpe duro porque, si es que hubiéramos, si esa empresa no hubiera hecho el fraude que hizo, hubiéramos tenido las tabletas en agosto, setiembre u octubre, considerando que se iba a demorar cinco meses en la distribución porque depende de la producción de las tabletas. Eso no ocurrió, no nos permitió empezar en agosto y tuvimos que rearmar todo el proceso sobre la marcha, rápidamente lo hicimos y creo que eso fue importante y logramos empezar a distribuir en octubre, pero sin duda.
- Los enemigos de la reforma dijeron con esto lo tumbamos al ministro Benavides
Definitivamente cuando estalla el problema es que yo cito a una reunión al embajador chino, me reúno con el embajador peruano en China y les pido ayuda, que me ayuden a descubrir si efectivamente esto que la Contraloría nos estaba diciendo como una advertencia, era realidad. Y se comprueba, me llega una carta del CEO de esta empresa china, multinacional, y me dice que nada de lo que se había presentado era verdad. Era 27, 28 de julio, imagínate lo complejo que fue el momento. Yo le digo al presidente tengo que suspender este proceso porque no voy a comprometer recursos públicos en un proceso que claramente tiene esta información fraudulenta, pero yo ya una semana antes había reactivado otro equipo para volver a hacer el proceso de compra y también es parte de lo posible e imposible, en el sentido de que en ese momento se nos cayó el proceso en junio con toda la situación, pero insistimos, lo volvimos a hacer y en agosto estábamos volviendo a dar ganadores a empresas directas, pero en ese momento viene la cuestión de confianza de Cateriano, donde le piden, según lo que él documenta y nos dijo, le piden que yo salga para que le den la confianza.
¿Tú te enteraste en el Hemiciclo, cuando Cateriano lo dice?
Yo no sabía que estaba ocurriendo eso. Cateriano, a las cuatro y media de la mañana del día siguiente, estábamos desde las nueve de la mañana, me dice 'ministro Benavides vaya a defender a su sector'. Me paré ahí a hablar en el Congreso, termina mi presentación, donde yo claramente hablo del proceso que había pasado con las tabletas, totalmente transparente, pero que ya teníamos nuevos proveedores. Y cuando yo termino, es que él dice, públicamente, que le habían pedido la cabeza del ministro Benavides para darle la confianza. En ese momento fue bien duro porque uno se pone a pensar en muchas cosas, en la estabilidad del país, qué hacer.
- Fuiste interpelado, pero hasta donde me acuerdo, tu interpelación fue por tu gestión en al Sunedu, una cosa inédita. Este Congreso ha hecho cosas inéditas, pero esto es una innovación. Yo nunca había visto que interpelen a un ministro por algo que había hecho en otro cargo.
Yo tampoco. Había muchos conocedores de las interpelaciones, que decían que ahí había un problema legal, pero igual lo hicieron. Yo me recupero de la cuestión de confianza y a la semana viene mi interpelación, que claramente, si uno mirara las preguntas del pliego interpelatorio, no tenía ningún asidero técnico. Yo pienso que ellos lo que querían era simplemente censurarme. No fueron solamente las respuestas, sino que había esta opinión pública vigilante a pesar de que ya había pasado lo de las tabletas, en esos momentos mi credibilidad no estaba muy bien, pero a pesar de eso, logramos superar la interpelación que igual es dura, imagínate estar sentado ahí varias horas escuchando que te dicen una serie de cosas, a mí, a los funcionarios. Se logró responder y felizmente superar la interpelación. Y luego yo ya me empiezo a reunir con algunos congresistas post-interpelación y se confirma lo que a mi me habían dicho cuando yo empecé mi gestión como ministro, que habían preparado una bolsa de recursos con la finalidad de hacerme daño a mí, y a través mío a la Sunedu. Hubo una campaña muy grande en Facebook, en redes, algunos medios de comunicación hablando de corrupción y los personajes que salían ahí eran los mismos que luego entraron al gobierno de Merino de Lama.
- ¿Cuál es tu evaluación de lo que fue ese período y frente a todo lo que vino después? Todas las denuncias, unas con base, otras sin base, pero evidentemente, la imagen de lo que fue ese gobierno ha quedado muy deteriorada, por decirlo de alguna manera.
Evidentemente, el último mes de mi período en el gobierno fue muy difícil porque aparecían las denuncias, por un lado, pero por otro lado estaba claro que había otras intenciones. Era difícil saber qué es lo correcto de hacer. Yo siempre me preguntaba qué es lo correcto que debo hacer. Creo que de alguna forma que lo que ocurrió después también por el lado de quienes querían promover esto, estaba claro que su intención tenía en parte que ver también con la reforma universitaria. A los dos días del gobierno de Merino de Lama le llegó una carta a Sunedu para volver a activar el proceso de Telesup. Era evidente que había alguna intencionalidad. Esas sospechas sí tenían fundamento, pero por otro lado también, sin duda lo que ha ocurrido después con las otras denuncias, con el tema de las vacunas, ha sido duro. Estoy seguro que todos los funcionarios honrados que hemos estado en esa época, hemos sentido el golpe de eso, de haber estado en ese momento. No sabíamos del tema, pero igual uno se siente un poco golpeado por eso y, claro, la sensación posterior a eso es dura. Definitivamente uno por un lado hubiera querido cerrar la reforma universitaria, que felizmente ha continuado, el tema de las tablets, el día de la vacancia yo estaba yéndome y me dijeron que me quede, la verdad que yo estaba concretamente concentrado en el trabajo, pero hubiera sido bueno poder culminar eso, entonces fue duro el final, lo que empezó a salir. El lado positivo es que finalmente esta iniciativa contra la Sunedu no prosperó y se logró superar ese impase y ahora ha continuado con su trabajo.
- Ahora que han querido cambiar “a la prepo” a los magistrados del Tribunal Constitucional, creo que también Sunedu está en la agenda. ¿Volverías a ser ministro de Educación?
Lo que puedo decir es que es bien difícil hacer lo que uno hacía antes después de tres años así. Y, claro, siempre, todos los días uno está pensando en qué otras cosas se podría hacer para contribuir con el país. Para un académico, el tránsito hacia la política es bien difícil de hacerse. Yo, como cuento en el documento, no quise hacerlo antes porque uno se preocupa de su familia, lo académico, pero ya cuando lo has hecho, volver hacia atrás es bien difícil y estoy en ese proceso. Pero no sé si volvería a un cargo de esta naturaleza, pero evidentemente a uno le queda la agenda pendiente y siempre tratar de hacerla desde donde esté por la educación rural, por la educación de los más pobres, por la calidad de las universidades. Siempre va a estar ese compromiso mucho más fortalecido y veamos que pasa más adelante. Ahorita estoy full enseñanza universitaria, en la investigación de vuelta, pero, claro, como digo, hay un bichito ahí que se va a ir apaciguando con el pasar del tiempo.
[Foto de portada: Andina]
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