El presidente Martín Vizcarra aceptó este jueves, finalmente, la invitación del titular del Congreso, Pedro Olaechea, para una reunión entre ambos, pero planteó que ese diálogo se realice en Palacio de Gobierno y no en la Iglesia San Francisco, como lo había sugerido el mismo jefe del Parlamento.

"Por supuesto que sí, acepto (el pedido de diálogo). Y cuando lo determine y coordinemos lo aceptaré aquí en Palacio de Gobierno, donde corresponde la reunión", dijo el mandatario en un extensa entrevista que brindó a Semana Económica

"Tenemos que, con transparencia y franqueza, conversar, pero utilizando las instancias que corresponden. Yo he recibido a los presidentes del Congreso de la República en funciones durante mi gestión y los he recibido aquí. Y también al señor Olaechea, con todo gusto."

El contexto en el que se dará la reunión es complejo. Porque para Vizcarra a estas alturas ya no quedan dudas, más allá de los discursos y llamados a trabajar por el país de Olaechea desde que asumió como titular del Congreso, que el Ejecutivo y el Legislativo tienen agendas distintas.

Para el mandatario, quedarse hasta el 2021 no es una posibilidad, porque señala que "sería más de lo mismo". Por ello, en la entrevista con Semana confirmó que no cederá en su propuesta para adelantar las elecciones generales al 2020, pero la mayoría de congresistas no quiere perder su curul antes de tiempo. 

De hecho, ya el fujimorismo y sus socios del Apra adelantaron su rechazo al proyecto de reforma constitucional y todo hace indicar que harán lo posible para dilatarlo y que los plazos para aprobarlo se venzan. Lo que pasó esta semana en la Comisión de Constitución acrecienta las sospechas.

Pero para el presidente Vizcarra no hay dudas: están demorando su reforma, dijo en la referida entrevista. Por eso no descartó que vuelva a recurrir a la cuestión de confianza, que asusta a algunos congresistas. ("No adelantamos la decisión que vamos a tomar. La tomamos con un análisis objetivo en función de los hechos reales"). En setiembre, anotó, habrá una definición al respecto.

"No es que parezca que se están demorando, se están demorando. El anuncio fue el 28 de julio y el 31 presentamos el proyecto al Congreso. Ya estamos próximos a terminar agosto y lo que ha manifestado la Comisión de Constitución es que se vería en septiembre y que se van de semana de representación. Va a ser una semana de representación más larga, al parecer para postergar más aún el debate".  

El jefe de Estado sostuvo que ninguna reunión con Olaechea le hará cambiar de opinión respecto al adelanto de elecciones. Eso no es negociable. El diálogo abre la posibilidad de que los legisladores planteen una fórmula que permita una salida ordenada a la crisis política. Porque una posibilidad es que el titular del Congreso le proponga priorizar el plan de competitividad y productividad a cambio de ya no ver el adelanto de elecciones. ("No, [el proyecto] está planteado. Lo que queremos es que entre a discusión en la Comisión de Constitución y el acuerdo sea elevado al Pleno").

"El presidente del Congreso ha dicho que los proyectos del Ejecutivo tienen prioridad. Entonces en septiembre que se apruebe y se convoque a referéndum, que se llevaría a cabo en noviembre, y en diciembre se convoca a las elecciones generales de abril del próximo año. Todo encaja, estamos dentro del plazo. Para no poner un elemento de presión, para que se discuta el tema con tranquilidad y serenidad, buscando lo mejor, lo que decimos es que tenemos hasta septiembre para que el Congreso finalmente acepte y apruebe nuestro proyecto."

Otra probable salida al entrampamiento podría pasar por plantear dos pequeñas legislaturas dentro de la actual, que va hasta diciembre, y aprobar el adelanto de elecciones, pero sin referéndum. Vizcarra está abierto a escuchar sugerencias y  también sabe que el intento para vacarlo del cargo de un sector del Congreso está ahí, latente, en caso no haya consensos, como hasta ahora. 

"Nosotros creemos que ésa [adelantar elecciones] es la alternativa. He escuchado a algunos congresistas decir que lo mejor para solucionar la crisis es vacar al presidente. Ésa es otra alternativa, que la propongan. Otra alternativa es lo que dice la gente: cierren el Congreso. Hay que analizar todas las alternativas. Lo que nosotros decimos es que hay que hacer las cosas de manera ordenada, pensando en el Perú primero".

Las dudas del mandatario respecto a las reales intenciones de este nuevo intento de diálogo son legítimas, por la actitud que ha tenido en estos tres años la mayoría fujimorista que controla el Parlamento. Así lo resume Vizcarra:

"En el caso del diálogo que se ha intentado en varias oportunidades, en estos tres años, todos podemos ver los resultados. Hemos tenido en los tres años de este gobierno una vacancia al presidente Kuczynski —frustrada, porque no alcanzaron los votos—, un segundo proceso de vacancia que obligó y presionó a la renuncia del presidente, una censura de todo el gabinete —que es la primera confianza— y muchas interpelaciones a ministros. Hemos hecho en este proceso de reforma judicial y del sistema político proyectos muy bien elaborados, asistidos por especialistas a través de comisiones, pero luego el Congreso lo analiza y muchos se han distorsionado".

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