En medio de las disputas y pugnas internas que han evidenciado una grave crisis en el fujimorismo, la bancada de Fuerza Popular no tuvo mejor idea que contratar al cuestionado coronel del Ejército en retiro Walter Jibaja, exjefe de seguridad del Congreso, como asesor parlamentario, informó El Comercio.
Jibaja, quien empezó a laborar en su nuevo cargo el jueves último, renunció como jefe de seguridad en julio pasado, prácticamente obligado por el actual el titular del Congreso, Daniel Salaverry, quien anunció poco después de asumir funciones que el área que estaba a cargo del exmilitar sería reorganizada.
Las críticas y cuestionamientos a Jibaja por sus ataques a opositores y periodistas habían encontrado eco en Salaverry, quien así marcaba distancia de su antecesor Luis Galarreta, quien nunca escuchó los pedidos para que remueva de su cargo al coronel retirado, quien en horario laboral hacía trabajo partidario, al adoctrinar a los simpatizantes de Fuerza Popular. Más que jefe de Seguridad del Parlamento, que le pagaba un sueldo superior a los S/ 10 mil por esa labor, el exedecán de Alberto Fujimori terminó convertido en un esbirro de Keiko.
El regreso de Jibaja como asesor parlamentario del fujimorismo en la Comisión de Defensa habría sido el acicate que empujó a Daniel Salaverry a pedir licencia como miembro de Fuerza Popular, decisión que tomó por sorpresa a más de uno en la bancada, pero lo cierto es que el presidente del Congreso ya venía dando señales de su distanciamiento del fujimorismo.
La vocera titular de Fuerza Popular, Úrsula Letona, quien dejará este cargo en los próximos días, según confirmó la misma Keiko Fujimori, justificó la contratación de Jibaja y dijo que ya conversó personalmente con él sobre la actitud que tuvo en el pasado y que le pidió que tenga un comportamiento neutro. Negó que el regreso del exmilitar al Congreso contradiga la decisión que adoptó Salaverry.
Crisis naranja
El cisma interno el partido se agravó con la detención preliminar de Keiko Fujimori, cuya situación judicial por los presuntos aportes ilegales a su campaña política se complica cada vez más por los testimonios y pruebas que tiene la fiscalía, al punto que Úrsula Letona, una de las incondicionales de la jefa de su partido, dijo que urge una reorganización en Fuerza Popular para que no todo gire sobre la excandidata a la Presidencia.
"En la reunión parlamentaria del sábado, muchos colegas expresamos la necesidad de cambios, que mejoremos como organización, que tengamos estrategias distintas que impidan que ella (Keiko) termine siendo indispensable. Hemos sentido que, al no estar ella, hemos entrado en crisis y eso nos toca a todos".
A esto se suma la renuncia a la bancada del congresista Francesco Petrozzi, quien dijo que se iba porque Fuerza Popular funciona como un grupo sectario, en el que sus miembros no pueden pensar por sí mismos sino que solo reciben órdenes de Keiko y sus asesores sobre qué hacer y qué no hacer en el Congreso.
El descontento es grande, sobre todo en los representantes provincianos de Fuerza Popular, no solo porque son relegados en la toma de decisiones; también porque ya están cansados del ánimo de confrontación que ha marcado el comportamiento de la bancada en los últimos dos años. Por ello, un grupo de estos congresistas se reunió con el presidente Vizcarra en Palacio la semana pasada para expresarle que es necesario bajar el tono de la crispación política actual.
Además, fuentes del fujimorismo que cita La República aseguran que los días que Keiko estuvo presa la hicieron reflexionar sobre la necesidad de dejar de lado esa actitud confrontacional que la ha llevado a ser la política con el mayor rechazo de la ciudadanía, con el 80% de desaprobación en promedio. Y si así fuera, el regreso de Jibaja parece ser un contrasentido.
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