El 2 de mayo se celebra el Día Mundial del Atún establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el fin de recordar esta fecha importante para debatir los beneficios sobre el desarrollo sostenible, la conservación de las especies y el uso responsable del atún, en el mundo.
Si vas a alimentarte con atún, opta por la pesca responsable; o, mejor aún, elige a las legumbres como una fuente de proteínas natural que, a diferencia del atún, ayudaría a detener el cambio climático. Son cerca de 40 especies de atún las que habitan en el Atlántico, el océano Índico y el Pacífico, así como en el Mediterráneo.
Los dos principales productos que impulsan su pesca son las conservas de atún y sashimi/sushi. En el mercado de las conservas, las especies barrilete y aleta amarilla son las más utilizadas, mientras que en el mercado de sushi y sashimi, la carne grasa de aleta azul y otras especies de carne roja como el ojo grande son las preferidas. La mayor parte del atún de aleta azul va a Japón.
Al respecto, la organización Greenpeace publicó una "Guía de atún enlatado 2017" en la que evalúan 20 marcas que se comercializan en los mercados; clasificándolos según su sostenibilidad, sus éticas y su equidad para los océanos. Algunas personas lo eligen por su alto contenido de proteínas, sin conocer los perjuicios tras su consumo. A continuación, algunas pautas por las cuales sería mejor que pienses dos veces, antes de abrir una lata de atún para comer:
1. Puede contener mercurio y otros químicos perjudiciales
El pescado acumula mercurio que absorbe del agua a través de sus escamas o su piel, o bien cuando se alimenta de otros organismos. En los peces más grandes o que viven más tiempo, este elemento se acumula más. Es por ello que hay que estar atentos.
El mercurio está presente de forma natural en el aire, el agua y los suelos. Ciertas bacterias la transforman en metilmercurio, compuesto orgánico que es el que se acumula en los peces. La exposición al mercurio (incluso a pequeñas cantidades) puede causar graves problemas de salud y es peligrosa para el desarrollo intrauterino y en las primeras etapas de vida. También es tóxico para los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, la piel y los pulmones riñones y ojos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las sustancias químicas que son vertidas en los océanos de forma regular, y las que permanecen en el tiempo y se acumulan en los animales como la dioxina y los policlorobifenilos (PCB), líquidos cancerígenos, están presentes en los tejidos adiposos de algunos tipos de peces.
2. Por elección: ser vegano
Los veganos no consumen pescado así como cualquier otro alimento que sea o provenga de un animal. Puede ser por ideología, defensa animal, ambiental, o inclusive de salud.
3. Por su elevado contenido de sodio
Una lata de atún contiene casi 600 miligramos de sodio y esto ayuda a favorecer el incremento de la presión arterial alta o la hipertensión, pese a que algunos piensan en su elevado contenido de proteínas. Su consumo en exceso aumenta el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular.
4. Por el peligro de extinción
La pesca irresponsable de las especies ha causado que estén en peligro de extinción, como el atún rojo Atlántico, que se usa para el sushi.
5. Al pescar atún matan “accidentalmente” a delfines
En zonas como el Pacífico de México y América Central, los delfines suelen nadar junto a los atunes y los buques pesqueros, al tirar sus redes para pescar, dañan también a los delfines, además de perturbarlos con los sonidos de sus embarcaciones.
6. Por las enfermedades que puede generar
En algunos platos de sushi o sashimi, el atún se sirve crudo o mal cocido. Ingerirlo de esta manera aumenta las posibilidades de padecer algunas enfermedades transmitidas a través de los alimentos, como Anisakiasis, que se produce cuando el pescado contiene larvas.
7. Por la crueldad de la pesca comercial
En las prácticas de la pesca comercial, el atún se suele atrapar de forma masiva haciendo que los peces mueran lentamente por asfixia en las cubiertas de los barcos, o al ser aplastados por otros.
8. Las redes de pesca y otros elementos contaminan los océanos
Muchas de las redes de pesca son de plástico, o contienen balizas electrónicas, metal o baterías tóxicas que contaminan los mares. Cada año ocho millones de toneladas de residuos plásticos terminan en los océanos, causando el daño a millones de mamíferos, aves y peces.
Dato:
- El ministro de la Producción, Bruno Giuffra, proyectó que la captura del recurso atún se expandiría 80% este año, al pasar de las 20,000 toneladas pescadas el 2015 a 36,000 al cierre del 2017.
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