Desde el primer día de su gobierno, Donald Trump firmó una serie de decretos para cumplir varias de sus más polémicas promesas electorales, como la construcción de un muro en la frontera con México y la suspensión del programa de refugiados por 120 días y el impedimento del ingreso de ciudadanos de Irán, Sudán, Siria, Libia, Somalia, Yemen e Irak por 90 días, bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo islámico.
Este último decreto, el cual prohíbe la entrada a Estados Unidos de refugiados e inmigrantes de naciones de mayoría musulmana, sigue en vigencia pese al revés judicial que sufrió el fin de semana con la oposición de la mayoría de fiscales generales de su país y el contundente rechazo de miles de ciudadanos en todo el mundo.
Ahora, António Guterres, secretario general de la ONU, se pronunció sobre el tema y le pidió a Donald Trump que elimine "más pronto que tarde" su polémico decreto migratorio, porque viola "principios básicos" del derecho internacional, y manifestó que este tipo de medidas "no son efectivas si el objetivo es realmente evitar la entrada de terroristas en Estados Unidos".
"Los países tienen el derecho, hasta la obligación, para manejar responsablemente sus fronteras para evitar la infiltración de miembros de organizaciones terroristas", afirmó el portugués Guterres, pero no con medidas discriminatorias.
Guterres subrayó que las organizaciones terroristas, como el autodenominado Estado Islámico, tienen métodos más sofisticados y difíciles de detectar para sembrar el terror en el mundo, como lo constatan los últimos atentados yihadistas.
"Si una organización terrorista global va a intentar atacar cualquier país, como EEUU, probablemente no vendrá con gente con pasaportes de países que son hoy zonas de conflicto [...] Pueden venir con pasaportes de los países más desarrollados y creíbles del mundo o pueden utilizar a gente que ya está dentro del país y que en ocasiones ha estado allí por décadas".
El secretario general de la ONU agregó que vetos como el de Trump podrían tener un efecto contrario y alentar "la ansiedad y la ira" hacia EEUU. "Por eso hemos estado abogando con fuerza por la capacidad para tener medidas muy firmes en relación con la gestión de fronteras, pero al mismo tiempo no basarlas en ninguna discriminación vinculada con nacionalidad, religión o etnia", explicó.
El presidente de los EEUU, a quien no le gustan las críticas, ya había arremetido en contra del organismo que dirige Guterres, y afirmó diciembre pasado, vía Twitter, dijo que la ONU es un "club" de gente que se reúne para hablar y "pasarla bien".
"Naciones Unidas tiene un gran potencial, pero ahora es sólo un club de gente para reunirse, hablar y pasárselo bien. ¡Qué triste!".
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