Mientras las autoridades aeronáuticas colombianas ya iniciaron el análisis de las dos cajas negras del avión de LAMIA que transportaba al equipo de fútbol brasileño Chapecoense, que se estrelló la noche del lunes en una montaña cerca a Medellín (un hecho que costó la vida de 71 personas), se acaba de conocer el relato de Juan Upegui, copiloto de Avianca, quien era parte del vuelo 9253 de esa compañía, el cual venía sobrevolando la zona de la tragedia al mismo tiempo en que lo hacía la aeronave siniestrada y pudo escuchar los dramáticos diálogos entre la cabina y la torre de control.

En el inicio del audio, que fue difundido por RCN en Colombia, se puede escuchar este diálogo:

– ¡Procedan al localizador! ¡Informe el problema que tiene!

– ¡No! ¡Ahora tenemos falla total eléctrica! ¡Tenemos falla total eléctrica! ¡Vectores para proceder a la pista!

– ¡Ahora no lo tengo en contacto radar… no lo tengo en contacto radar!

– ¡Ayuda! ¡Vectores para proceder a la pista!

Así lo relató el copiloto de Avianca que fue testigo de excepción del diálogo entre la cabina del avión siniestrado de Lamia y la torre de control del aeropuerto de Rionegro:

"El TJ85 dijo de repente: 'Solicitamos prioridad para proceder a la pista, solicitamos prioridad para proceder al localizador. Tenemos problemas de combustible'. "Cuando empezó a bajar, declaró la emergencia de que tenía problemas de combustible".

"Me acuerdo que estaba en la mesa haciendo fuerza diciendo: '¡Hágale, hágale, lleguen, lleguen, lleguen!', y el piloto gritaba '¡Vectores!'… y ahí se paró la cosa", continuó Upegui en su relato. "Y la controladora… '¡tatata, responda, tatata responda!, y se le quebró la voz y se puso super mal, nosotros nos pusimos a llorar en el avión", agregó el testigo, quien vio cómo se precipitó a tierra.

Upegui sería llamado por las autoridades colombianas para que declare como testigo en la tragedia que ha enlutado al fútbol y al mundo en general, aunque, de momento, en Avianca han evitado referirse a este tema. Incluso, Gilma Úsuga, directora de comunicaciones de la compañía aérea, dijo que se trata de un audio personal, en declaraciones al diario El Tiempo de Bogotá.

Falta de combustible

En tanto, la hipótesis de la investigación del siniestro que más fuerza cobra ahora es que el avión se había quedado combustible cuando se estrelló. La ausencia de rastro de fuego en los restos del aparato y en el área del impacto apunta a ello.

"No existe evidencia de combustible en la aeronave", dijo director de Aeronáutica Civil de Colombia (Aerocivil), Alfredo Bocanegra, mientras que se espera que las dos cajas negras, que se recuperaron "en perfecto estado", permitirá conocer los parámetros de vuelo, las posibles incidencias técnicas, las conversaciones entre los pilotos y la torre de control y escuchar qué ocurrió exactamente en la cabina hasta el momento exacto del siniestro. 

El diario El Colombiano, en tanto, citando fuentes del aeropuerto, también apunta a la versión de la falta de combustible y señala que el avión de LAMIA siniestrado tenía baja autonomía (2.960 kilómetros) y que el trayecto de 2,965 kilómetros que hay de Santa Cruz, en Bolivia, hasta Medellín, en Colombia, superaba la capacidad de vuelo del aparato, aunque por muy poco.

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