El destino es así. A veces. Inexplicable, injusto, devastador. La tragedia se cruzó en el camino del club brasileño Chapecoense cuando estaba a punto de acariciar la gloria. El Verdão del Oeste, como se le dice en Brasil, no podrá jugar su primera final internacional. Lo iba hacer este miércoles en Medellín, ante el Atlético Nacional, por la ida de la final de la Copa Sudamericana.

El cuadro del Chapecoense era como la 'Cenicienta' del torneo continental, pero con buen fútbol y goles demostró que estaba para grandes cosas, después de dejar en el camino a equipos coperos, como los argentinos Independiente y San Lorenzo.

En realidad se trata de un club humilde, fundado en mayo de 1973 con la idea de revivir el fútbol en la ciudad de Chapecó, en el interior de Santa Catarina, al sur de Brasil. De hecho, hace tres años estuvo a punto de desaparecer por problemas financieros, pero se levantó casi de entre las cenizas. La historia del Chapecoense es una historia de lucha y superación. Un equipo que se hizo fuerte a partir de sus limitaciones. 

"Es posible ser campeón. Nadie creía que íbamos a llegar a la final y llegamos. Todo puede pasar", recordaba hace poco Marcos Danilo Padilha, el portero del equipo brasileño, de 31 años, uno de los jugadores que viajaba en el avión siniestrado, quien fue rescatado con vida, pero falleció poco después. 

"El sueño acabó esta madrugada"

Así lo lamentó el presidente del Consejo Deliberativo del Chapecoense, Plinio Davis de Nes Filho, refiriéndose al accidente aéreo sufrido por el club brasileño cuando viajaba a Medellín para jugar el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana.

"Existen amigos de toda una vida que estaban en ese vuelo. Nos parece muy difícil que hayan sobrevivido. No era apenas un grupo de respeto mutuo, era un grupo familiar", señaló el directivo a la cadena Globo. "Vivíamos en armonía y alegría muy grandes. Antes de embarcar, ellos decían que iban en busca de volver ese sueño realidad. Y el sueño acabó esta madrugada", lamentó.

La delegación del club Chapecoense debió cambiar el lunes sus plantes de vuelo a Colombia por una decisión de la autoridad de la aviación brasileña, que le impidió viajar en un vuelo chárter, por lo que debió embarcar en un avión comercial de la compañía boliviana LAMIA que se estrelló poco antes de llegar a Medellín, en una tragedia que enluta al mundo. 

Así, cambiar de avión y partir desde Sao Paulo dos horas después de lo previsto por los directivos del club del estado sureño de Santa Catarina fue el comienzo de una tragedia.

Luto en Brasil

El presidente brasileño, Michel Temer, decretó este martes tres días de luto oficial por la tragedia ocurrida en Colombia. El mandatario anunció que las Fuerzas Aéreas y la Cancillería brasileña fueron accionadas para prestar su ayuda a los familiares de las víctimas.

La Policía colombiana confirmó este martes que 76 personas murieron y otras cinco sobrevivieron.  "El Gobierno hará todo lo posible para aliviar el dolor de los amigos y familiares del deporte y del periodismo nacional", aseguró el presidente brasileño en un comunicado oficial.

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