Recep Tayyip Erdogan, el presidente de Turquía, prometió renunciar si es que salían pruebas a la luz que evidenciaran que su país compra el petróleo del Estado Islámico.
Y ahora se ve en una situación particularmente difícil luego de que el Ministerio de Defensa ruso anunciara que encontró lo necesario para demostrar, con datos concretos, que el crudo que los terroristas extraen ilegalmente en Siria termina en Turquía.
Y es que Rusia ha ofrecido fotos y videos de todo el proceso y ha denunciado que la 'elite' del país turco está inmiscuida en el grave delito que le traerá consecuencias internacionales por la magnitud del conflicto.
La travesía del petróleo que robó el Estado Islámico
Las imágenes satelitales difundidas por el Ministerio de Defensa Ruso muestran como las largas colas de camiones cargados con petróleo robado por el Estado Islámico, se aglomeran en la frontera entre Turquía y Siria.
Al respecto, el vocero del Ministerio, puntualizó:
"Los tanques de combustible llenos de crudo cruzan libremente la frontera de Turquía e Irak (...) Los terroristas están utilizando al menos 8.500 vehículos para el comercio criminal de petróleo, transportando hasta 200.000 barriles de crudo al día".
Es de esta manera que se establecieron las tres rutas principales que se vienen usando para transportar el petróleo a Turquía desde los lugares bajo el control del grupo extremista en Siria e Irak.
Una de ellas tiene como destino los puertos turcos del Mediterráneo; la otra, una planta petrolera en Turquía; y la última, un núcleo de transporte en Cizre, una ciudad situada en la frontera con Siria.
Las acusaciones a la familia presidencial
Según el Ministerio de Defensa de Rusia, tanto el Gobierno turco como el presidente y su familia están implicados en la extracción y el transporte ilegal del crudo sirio e iraquí hacia Turquía.
Al respecto, el viceministro de Defensa ruso, Anatoli Antónov, indicó:
"Turquía es el principal consumidor del petróleo robado a sus legítimos propietarios en Siria e Irak. Según los datos obtenidos, en este negocio criminal están involucrados quienes gobiernan el país, el presidente Erdogan y su familia".
Sin embargo, se animó a afirmar que ninguno de los comprometidos en los delitos admitirá ni asumirá sus responsabilidades:
"Los gobernantes turcos y, en particular, Erdogan, no van a dimitir, como tampoco van a reconocer nada aunque sus caras estén manchadas de crudo robado".
Es así que invitó a la prensa a acudir al lugar de los hechos:
"Estoy seguro que ahora dirán que todo esto que estamos viendo hoy es una falsificación. Pues venga, si no hay nada de esto, pues que permitan acceder a la prensa a esos lugares que hemos enseñado".
Asimismo calificó a los gobernantes turcos como 'cínicos sin límites':
"Miren lo que han hecho: se han metido en un país extranjero y lo están saqueando sin vergüenza".
Sin embargo, dijo que la renuncia de Erdogan no es el objetivo de Rusia sino más, bien descubrir y cortar las fuentes de financiamiento del terrorismo que adquiere un total de 2.000 millones de dólares por la venta del crudo.
El pago con tráfico de combatientes, armas y vehículos
El jefe del Centro Nacional de Control de Defensa, Mijaíl Mizintsev, informó que solo en la última semana, han sido transportados más de 2.000 combatientes del Estado Islámico, más de 120 toneladas de municiones y aproximadamente 250 vehículos a Siria desde Turquía:
"Los flujos financieros de la reventa de productos derivados del petróleo se destinan no solo a enriquecer a los militares y políticos turcos de alto rango. Estos grandes volúmenes de dinero se devuelven a Siria en forma de armas, municiones y mercenarios de diverso rango. Solo en la última semana desde Turquía llegaron a Siria y se unieron a las filas del EI 2.000 combatientes, más de 120 toneladas de municiones y alrededor de 250 unidades de vehículos de motor para diferentes propósitos".
El ataque ruso
A pesar de que varias organizaciones en defensa de los derechos humanos acusan al gobierno de Putin de atacar civiles con sus bombardeos, el régimen ruso afirma que sus operativos antiterroristas han logrado reducir a la mitad todos los ingresos del Estado Islámico procedentes de la venta ilegal de petróleo. Es así que pasaron de 3 a 1,5 millones de dólares al día según el Ministerio de Defensa.
Y es que según Serguéi Rutskói, el jefe de la Administración Operativa del Estado Mayor, solo en dos meses de ataques en Siria, las fuerzas militares han destruido más de mil autocisternas con petróleo del grupo extremista, además de 32 complejos y 11 fábricas:
"La destrucción de los camiones petroleros por parte de la coalición no se hace notar. Hasta ahora solo vemos que se ha incrementado en tres veces el número de vehículos aéreos estratégicos no tripulados. Teniendo en cuenta que los ataques de la coalición liderada por EE.UU. no los observamos, le cedemos el lugar a los vehículos que transportan crudo que sirven para el EI, vinculados a localidades concretas".
El vínculo con el derribo del caza bombardero
Vladímir Putin acusó este lunes a Turquía de derribar el Su-23 para proteger la seguridad de los suministros de petróleo del Estado Islámico:
"Tenemos todos los motivos para suponer que la decisión de derribar el avión fue dictada por el deseo de garantizar la seguridad de las vías de suministro de petróleo al territorio de Turquía".
(Foto de cabecera: rt.com)
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