La masacre del viernes en París, Francia, en donde fueron asesinadas 129 personas, marca un nuevo e inquietante punto de quiebre en la constante expansión de atentados perpetrados por el Estado Islámico. 

Aunque en la mayor parte del 2014 y del 2015 el grupo yihadista se concentró en tomar y ganar territorios en el Medio Oriente, su principal objetivo era que su alcance e influencia no tenga fronteras, una especie de organización transnacional del terror.

Este cambio de táctica respondería a los bombardeos que vienen realizando la coalición de Occidente contra posiciones yihadistas en Siria y otros países de la región.

Los antecedentes

En junio de este año, Estado Islámico asumió la responsabilidad de un ataque armado en un resort de Playa en Susa, Túnez. En atentado, murieron 38 turistas de los cuales 30 eran británicos. 

Asimismo en octubre, Turquía acusó al grupo extremista por un ataque suicida en Ankara en el que fallecieron 102 personas. Durante ese mismo mes, una rama del Estado Islámico en Egipto se atribuyó el derribo de un avión comercial ruso en el que murieron 224 personas en el Sinaí. 

El 12 de este mes, los yihadistas se adjudicaron un ataque con bomba en el bastión de Hezbolá, que dejó 44 muertos. Luego vinieron los atentados en París con 120 muertos y más de 350 heridos. 

Todos estos ataques requirieron planificación, entrenamiento y adquisición de armas y explosivos, sin contar el cuidadoso proceso de reclutamiento de kamikazes, jóvenes fanáticos que son conscientes de que morirán en el ataque.

Esta es una estrategia muy parecida a la utilizada por Al-Qaeda a inicios del 2000, cuando buscaba atraer la atención mundial con ataques masivos.

Al respecto, las agencias occidentales contra el terrorismo concluyen que, aunque hay muchos extremistas que tienen como finalidad realizar este tipo de ataques a gran escala, la amenaza más importante es la de los atentados espontáneos, como el perpetrado contra el soldado Lee Rigby en Woolwich, Reino Unido en el 2013.

Otros factores

La frontera que divide a Siria y Turquía, que tiene unos 1.600 kilómetros de extensión, antes no era un obstáculo para los miles de jóvenes que aspiraban a ser yihadistas y abandonaban Europa para unirse al Estado Islámico. 

Sin embargo y aunque la frontera sigue siendo accesible en algunos puntos, una gran parte de territorio del lado sirio está ahora bajo el control de las milicias kurdas, grupos que combaten al Estado Islámico in situ.

Es así que esa puerta a través de la cual los reclutas podían pasar sin problemas, se ha reducido considerablemente. 

Por su parte Irak tampoco es considerada una buena ruta, ya que su frontera con Jordania está cerrada y en el Líbano corren mucho riesgo de ser capturados por las fuerzas de seguridad. 

Las consecuencias

Aunque parezca que se trata de un avance en la lucha contra el Estado Islámico, los yihadista le han sabido sacar la vuelta a la situación.

Ahora, los reclutadores de terroristas por internet, recomiendan a sus seguidores que se queden en sus países de origen y que realicen los ataques allí, en vez de intentar viajar a Siria. 

Pero cuando se empieza a escarbar más en las causas, otras razones salen a la luz.  Por ejemplo, las últimas derrotas de Estado Islámico en el terreno, tanto en Siria como en Irak, podrían ser las que motivaron el reciente atentado en París. 

Y es que en los últimos meses, la organización fundamentalista ha perdido el control de sus bases más estratégicas como la carretera que unía Mosul con Raqa, hecho que los ha impulsado no a atacar a sus enemigos cercanos, sino a las potencias extranjeras. 

Al respecto, un análisis del diario francés Le Monde, indicó:

"Aunque esto les significara un bombardeo masivo como respuesta -como ha ocurrido- podría estar calculado, porque a pesar del empeño de la coalición en los bombardeos aéreos Estado Islámico sigue controlando su territorio sin una amenaza real de sus enemigos cercanos".

Asimismo, el especialista británico Fawaz Gerges, quien escribió el libro 'Historia de Estado Islámico', mencionó:

"Desde agosto de 2014, EEUU lleva efectuados 8.000 bombardeos en Irak y Siria, matamos a 15.000 combatientes, sin embargo, Estado Islámico sigue ahí".

Finalmente, agregó que según el servicio de inteligencia de los Estados Unidos, los extremistas reciben el apoyo de unos 700 voluntarios extranjeros cada mes. 

(Foto de cabecera: glanacion.com)