Antes incluso de que el Papa Francisco llegue a Cuba, muchas preguntas surgían acerca de un supuesto encuentro del Sumo Pontífice con la disidencia cubana.

Sin embargo, Federico Lombardi, vocero del Vaticano, anunció que la posibilidad ya estaba descartada desde hace unas semanas. 

Y eso se ratificó hoy cuando el Papa se despidió del pueblo cubano y se encaminó hacia Estados Unidos sin siquiera mencionar los arduos intentos de la disidencia para entablar un diálogo con él.

Es así que ya suman tres representantes del Vaticano que visitaron a la isla sin escuchar a la oposición del régimen de los Castro: Juan Pablo II (1998), Benedicto XVI (2012) y Francisco (2015).

La supuesta invitación

Tres conocidas disidentes cubanas aseguraron que recibieron una invitación para acudir a saludar a Francisco el sábado. Sin embargo, no lograron hacerlo puesto que fueron detenidas por las fuerzas del orden del país.

Al respecto, Lombardi confirmó el envió de la invitación, pero dijo no saber porque las mujeres no se presentaron a la cita. Al parecer el Gobierno habría actuado al margen del programa de visita de Francisco.

Y es que Marta Beatriz Roque y Berta Soler, esta última líder del grupo de oposición Damas de Blanco, afirmaron que el mismo secretario del nuncio Giorgio Lingua, las invitó en persona. 

Según el comunicado, las mujeres iban a saludar al Papa en los jardines de la Nunciatura junto con 150 invitados más. 

Asimismo, también iba a asistir la periodista Miriam Leiva, otra representante de la disidencia cubana. A pesar de ello, fueron arrestadas. Al respecto, Leiva acusó al Gobierno:

"Cuando salí de casa me abordó un miembro de la seguridad del Estado y me llevó a una unidad de la policía, donde me retuvieron durante tres horas".

Lo mismo les pasó a las otras dos mujeres. 

A pesar de ello, Roque y Leiva fueron invitadas nuevamente para acudir a la plaza de la catedral al día siguiente. Pero otra vez fueron detenidas. La periodista dijo referente al hecho:

"Esa vez fue más agresivo. Ya iba en el auto y cuando llegué a la Avenida del Puerto me paró un carro de la seguridad del Estado con cuatro oficiales. Uno de los oficiales, una mujer, me haló del brazo con fuerza y me sacó del carro". 

La volvieron a llevar a la comisaría y cuando salió, tres horas después, el evento que presidía Francisco ya había concluido. 

Además, otros opositores que no tenían invitación también acudieron al encuentro del Papa pero como era de esperarse, fueron detenidos en su intento. 

Y es que según la Unión Patriótica de Cuba, la organización más activa y con más opositores de la isla caribeña, cerca de 50 disidentes fueron detenidos por la seguridad del Estado durante el fin de semana. Y la cifra podría aumentar pues Berta Soler afirma que fueron casi 100 en todo el país. 

Y aunque todos fueron liberados tras unas horas de permanecer en la comisaría, el encuentro tan esperado se vio frustrado en todas las oportunidades. 

El intento más visible

A pesar de que el diario oficial Granma no ha afirmado ni desmentido las detenciones pues aseguran que no tienen información al respecto, hubo un caso bastante evidente de los arrestos. 

Zaqueo Báez Guerrero, María Josefa Acón Sardiñas, Ismael Boris Reñi y Aymara Nieto Muñoz son los cuatro opositores que lograron acercarse a Francisco. 

Ellos fueron detenidos el domingo en la Plaza de la Revolución después de arengar en contra del Gobierno cubano y lanzar unos folletos cuando el Papa llegaba en su vehículo. 

Al respecto, Will Grant, un periodista de la BBC que presenció lo sucedido señaló:

"En un principio parecía que uno de ellos (Zaqueo Báez) buscaba la bendición del Papa, incluso éste le posó la mano en la frente. Pero luego se volvió un acto político y tiraron papeles al aire".

En ese momento fue arrestado. 

Y Grant afirma que el incidente pudo ocurrir en cualquier ciudad del mundo, pero que en Cuba es diferente pues las protestas públicas están prohibidas.

La opinión de la disidencia

El coordinador nacional de la Unpacu, José Daniel Ferrer, dijo que las manifestaciones fueron acciones necesarias para llamar la atención de Francisco. Asimismo, afirmó que sus discursos fueron muy suaves para la situación que actualmente atraviesa el pueblo cubano de falta de libertad y de violaciones a los derechos humanos. 

Al igual que Ferrer, Berta Soler tiene la idea de que el Papa no quiso pronunciarse acerca de estos delicados pero urgentes temas:

"Debe ser más fuerte y directo y hablar de las violaciones a los derechos humanos y sobre libertad. Decir algo parecido a lo que dijo Juan Pablo II, aquello de que Cuba se abra al mundo con todas sus magníficas posibilidades, y que el mundo se abra a Cuba". 

Por su parte, el bloguero Yusnaby Pérez, denunció el hecho de manera más directa:

"Francisco se interesó por conversar con los opresores y no con los oprimidos. Con los mismos opresores que prohibían la religión hace 20 años".

Las indirectas de Francisco

A pesar de que el Papa no se pronunció directamente acerca de los problemas de la isla, diversos disidentes han ido buscando frases escondidas en sus discursos que pudieran apuntar a abordar la situación:

"No se sirve a ideologías, se sirve a personas". 

Asimismo, una respuesta a un estudiante del centro Félix Varela de la Habana, pudo también interpretarse de esa manera. El joven le dijo:

"Ayúdenos Santo Padre a ser jóvenes que sepamos acoger al que piensa diferente, que no nos encerremos en los conventillos de las religiones o las ideologías. Le queremos pedir algo especial: que renueve en nosotros la esperanza de que se puede crecer, soñar que se puede ser feliz en esta compleja realidad que nos tocó vivir".

Francisco contestó escuetamente:

"Los jóvenes tienen que soñar".

¿Por qué Francisco no se quiere pronunciar?

Muchos opositores piensan que el Papa no pondrá en peligro el proceso de reconciliación entre La Habana, Washington y el Vaticano. 

Y como consecuencia, el acto de no reunirse con la disidencia podrá ser interpretado como una especie de sometimiento al régimen de la isla, algo que no le importa a Francisco, así lo indicó Austen Ivereigh, autor de la biografía del Papa 'El gran reformador'.

En la misma línea, Federico Lombardi agregó:

"A menudo este tipo de problemas se discuten en conversaciones privadas, no con proclamaciones públicas, sino en discusiones personales, directas o privadas".

(Foto de cabecera: bbc)