Gabriela Moreira es en la actualidad una de las mejores reporteras deportivas de la televisión en Brasil. Una de las mejores y más respetadas. Y es que claro, esa rama periodística en el país de la samba no se limita únicamente a ponerse lentes de sol, juntar a la hinchada y hacer chistes que terminen en apanado. No.
Moreira trabaja en ESPN Brasil y alcanzó mayor reconocimiento cuando sacó a la luz varias irregularidades en la organización del último Mundial y los próximos Juegos Olímpicos que se realizarán en Río. Sin embargo, aún habían muchos que no la conocían y que esta semana han descubierto quién es gracias a la forma en que supo responder al comentario homofóbico de un hincha.
Fue durante la previa del clásico Palmeiras-Sao Paulo cuando Gabriela invitó a uno de los hinchas del primero a compartir sus expectativas del encuentro. "Mi nombre es Felipe y mi expectativa es ganar a los maricones hoy por 2-0..."
El gesto de la reportera fue de clara incomodidad y lo interrumpió para responderle en vivo.
"Yo te voy a decir algo, no sé si va a ganar. Pero ¿qué es eso de 'maricón'? No a la homofobia, ¿verdad? ¿Cuántos años tienes? ¿Veinticinco? Por favor, vamos a tratar de modernizar este pensamiento"
Al terminar el enlace, el presentador João Carlos Albuquerque elogió lo dicho por Gabriela y la actitud con la que supo salir de una situación vergonzosa que estaba siendo retransmitida a todo el país. "Gabi, eres demasiado. Recibe un beso por esa intervención. Pobre muchacho, creo que ha quedado bien advertido", dijo.
Incluso en redes sociales también celebraron la actitud de la periodista:
¿Por qué es importante que este tipo de actitudes dejen de normalizarse? Y es que obviamente nunca faltarán quienes digan que es una exageración pues solo se trata de un juego de fútbol. Pero lo cierto es que avalándolas, no corrigiéndolas, solo se consigue que la gente siga viéndolo de forma natural, más aún gracias a actividades tan masivas.
Así trata de explicarlo el periodista brasilero Leandro Beguoci en un artículo publicado hace un año cuando ocurrió un suceso similar: la hinchada de Corinthians gritó a viva voz "bicha" (maricón) al portero Rogério Ceni.
Lo que dijo entonces Beguoci hoy vuelve a tomar actualidad y nos hace reflexionar. Aquí solo un extracto:
"Cuando una hinchada inmensamente popular, como los hinchas de Corinthians, repite como un mantra 'maricón, maricón, maricón' en un estadio, se refuerza la idea de que ser gay es malo. Una hinchada que tuvo que luchar contra los prejuicios, que llevó años teniendo que escuchar 'el silencio en la favela', está atacando con la misma violencia que solía sufrir. Y eso no es divertido. Esto no es parte del deporte. Y un día, puede volverse en contra ellos mismos. Contra cualquier persona, en realidad.
Estamos convirtiendo una característica de una persona en ofensa. Estamos hablando de que ser gay es una mala cosa que viene a ofender y dañar incluso los que no son gay. Pero, sinceramente, ¿cuál es el problema de ser gay?
Al llamar 'maricón' al portero rival de forma sistemática utilizando la palabra que muchos homofóbicos utilizan de modo intolerante contra sus víctimas, los hinchas del Corinthians, incluso sin darse cuenta, están diciendo que los gays son enemigos. Están dando combustible al intolerante y monstruos de todo tipo. Después de todo, estas personas no necesitan mucho para hacer barbaridades. Sólo tienen que estar seguros de que esto no es reprochado o no tendrá consecuencias. Incluso sucede en una sociedad más civilizada como Suecia. Un partidario de Malmö, militante contra la homofobia en los estadios, fue asesinado por defender la igualdad de derechos para los heterosexuales y homosexuales. En Brasil, por desgracia, hay aún muchos, muchos casos de violencia contra los gays"
Lo ven, no es gracioso. Y da lo mismo que lo diga un hincha como un obispo. No se puede permitir que en medios de comunicación o eventos masivos se siga normalizando el uso de términos en forma despectiva hacia una comunidad que ya ha tenido que sufrir durante décadas -si es que no son siglos-, el repudio y la discriminación solo por ser quienes son.
¿Hasta cuándo?
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