En Chile el nivel de discusión en torno al respeto de los derechos de las personas LGTBI parece estar avanzado a años luz en comparación del Perú. Y es que aquí mientras a duras penas se lucha por conseguir que un proyecto que garantice el reconocimiento total de ciudadanía para esta población se intente siquiera debatir en el Congreso, los vecinos del sur alzan su voz de protesta contra aquellos que amparándose en la libertad de credo imparten un discurso discriminatorio en los centros educativos. 

El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movihl) y otras instituciones y colectivos, han hecho un llamado de atención contra las prácticas realizadas en el Colegio Cumbres, centro de enseñanza de los Legionarios de Cristo que esta semana ha estado en boca de todos tras la difusión, a través de las redes sociales, de las preguntas con las que se evalúa a adolescentes de Primer Medio, es decir, de 14 años.

Como se ve, en la evaluación del curso de religión se califica a la relación sentimental de dos mujeres como “actos impuros”. ‘¿Cuál es el problema?’ podrían decir quienes consideran que al ser un curso de religión en un centro educativo religioso, este se encuentra en total libertad de efectuar dicha enseñanza. Los que reclaman no lo consideran así ya que, además, quienes imparten la asignación aseguran que la homosexualidad es una enfermedad.

Colegio Cumbres en santiago, perteneciente a la polémica 'legión de cristo'

“Las familias nos han mostrado la prueba completa con el logo del colegio. Esa prueba fue aplicada el pasado 3 de octubre. Similar consulta se formuló en la prueba semestral del pasado 14 de noviembre, donde la palabra usada esa vez fue pololear (flirtear, coquetear) (…) la situación es mucho más grave, por cuanto el docente responsable de esta prueba ha afirmado que la homosexualidad es una enfermedad y ha señalado a los niños y niñas que conoce a un psicólogo que ha curado a más de 100 gays”, señalan desde el Movihl.

Entonces, ¿es o no un discurso homofóbico? Lo es. ¿Atenta el reclamar por ello contra la libertad de credo? Pues no, ya que se está tratando de establecer en las mentes de los niños verdades absolutas que están muy lejanas a la realidad, no solamente de Chile, sino de muchas partes del mundo. Además, la legislación chilena prohíbe cualquier tipo de discriminación, y si esta se efectúa desde un colegio, la falta es más grave aún.

El ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, ya tiene conocimiento del hecho a través de una carta enviada por el Movihl donde le recuerdan que “se comprometió a emitir un instructivo donde se instara a los colegios a adecuar todas sus prácticas o reglamentos a la Ley Zamudio (ley que prohíbe la discriminación en Chile). Dado que no hemos recibido más noticias de este compromiso, solicitamos la emisión en breve de este instructivo (…) esto no se trata de libertad de culto, ni de enseñanza. En ninguna parte la Biblia habla de relaciones sentimentales entre dos mujeres, ni menos sostiene que la homosexualidad sea una enfermedad”.

¿Puede alguien atribuirse al derecho a creer en lo que quiera? Definitivamente, sí. Pero cuando esa creencia promueve un discurso que discrimina y atenta contra el derecho a los demás, no hay ‘mandamientos’ ni ‘leyes divinas’ que la justifiquen. ¿Por qué no reclamarlo entonces? ¿Hasta cuándo debe permitirse a las religiones seguir amoldando cerebros bajo el pretexto de la fe? Nótese el remate de la carta.

“Aquí literalmente, se está entregando información falsa a los menores de edad, en virtud de prejuicios de los adultos, dañando la dignidad de personas en razón de su orientación sexual o identidad de género. Imagine usted cómo se debe sentir un/a joven homosexual que estudia en el Colegio Cumbres Igual de grave es que los estudiantes del colegio Cumbres se están viendo en la obligación de responder no en virtud de sus propias creencias para ser bien evaluados, sino en razón de los que docentes dicen es lo correcto, lo que altera la libertad de conciencia y es un boicot para pensamientos libres, situación que el Ministerio no puede, ni debe tolerar (…) Ninguna religión, ninguna creencia, ninguna ideología está por sobre la ley y los derechos humanos, siendo deber del Estado velar porque ello no sea violentado”.

Lo curioso, es que el Colegio Cumbres pertenece a los Legionarios de Cristo. Oh, casualidad, la misma polémica institución que esta semana recibió un golpe letal por parte de la justicia chilena: la confirmación de la condena de cuatro años y un día de libertad vigilada al sacerdote John O'Reilly, culpable del delito de abuso sexual reiterado contra una menor de edad. Religioso que quedó, además, en el registro nacional de pedófilos, por lo que no podrá ocupar cargos públicos ni funciones que lo mantengan en contacto con menores de edad. 

¿Este tipo de instituciones con este tipo de personajes son las que pretenden determinar qué son actos impuros? 

En Chile ya se atrevieron a alzar la voz. Aquí, ¿cuándo?


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