Bolivia sigue en en limbo político y sumida en el caos y la incertidumbre tras la renuncia de Evo Morales ─hoy asilado en México─ el domingo pasado. Este martes, la senadora opositora conservadora Jeanine Áñez se proclamó presidenta sin el quórum necesario en el Congreso.

Para llegar a este punto, además de Evo Morales,  tuvieron que renunciar Álvaro García Linera, a la vicepresidencia, y la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, en medio de la crisis de gobernabilidad más grave que ha vivido Bolivia en una década. 

En ese contexto, la abogada y militante del hasta ahora opositor partido Plan Progreso para Bolivia Convergencia Nacional asumió el mayor cargo del país en una breve ceremonia y con la misión declarada de crear un gobierno de "transición" que convoque a unas nuevas elecciones en el menor plazo posible. Luego que se proclamó presidenta se dirigió al Palacio de Gobierno, se asomó por el balcón y exhibió un ejemplar de la Biblia. 

"Es un compromiso que hemos hecho ante el país y, por supuesto, lo vamos a cumplir", dijo. "La Biblia vuelve a Palacio", agregó Jeanine Áñez, en un discurso muy parecido al del dirigente cívico opositor de utraderecha Juan Fernando Camacho, quien tomó las riendas de las protestas contra Morales luego de los resultados de las elecciones del 20 de octubre pasado que lo dieron como el ganador, en medio de un cuestionado recuento de votos y de acusaciones de fraude. 

Pero la vicepresidenta segunda del Senado solo tuvo el visto bueno de una tercera parte del Parlamento, el órgano encargado de formalizar el traspaso. Es decir, ella asumió el cargo sin quórum, porque el Movimiento Al Socialismo (MAS), el antiguo partido de gobierno y que tenía mayoría en la Cámara Alta, no participó dela acto ni de la votación en señal de rechazo.

Oriunda de Beni, en el centronorte del país, Jeanine Áñez apareció en la política boliviana en 2006, cuando fue electa como representante de ese departamento en la Asamblea Constituyente que aprobó la Constitución vigente desde 2009.

Desde México, Evo Morales aplaudió la decisión de su bancada y arremetió contra sus adversarios. "Felicito a nuestras hermanas y hermanos asambleístas del MAS-IPSP por actuar con unidad y dignidad para rechazar cualquier manipulación de la derecha racista, golpista y vendepatria. Permanecemos unidos en la defensa de la democracia, el Estado de derecho, la vida y la patria", escribió en Twitter.

"Denuncio ante la comunidad internacional que el acto de autoproclamación de una senadora como presidenta viola la CPE (constitución) de Bolivia y normas internas de la Asamblea Legislativa. Se consuma sobre la sangre de hermanos asesinados por fuerzas policiales y militares usadas para el golpe", agregó el exmandatario.

"Se ha consumado el golpe más artero y nefasto de la historia".

Lo que viene ahora en Bolivia es incierto. Lo seguro es que Áñez se encontrará con una fuerte resistencia de los seguidores de Morales y sus representantes políticos, que consideran que la renuncia de su líder, forzada por el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, es fruto de un golpe de Estado.

"Se ha gestado un golpe de Estado anterior al 20 de octubre", dijo Betty Yañíquez, líder de la bancada del MAS en la Cámara. "Prueba de ello es que tenemos en estos momentos a las Fuerzas Armadas en nuestras calles", agregó, al afirmar que su partido no pretende entorpecer la transición.

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