Pedro Pablo Kuczynski anunció que una de las reformas que planteará apenas se instale en Palacio será la del sistema previsional. De hecho, anunció una comisión técnica para ello, tras manifestarse en contra de las últimas modificaciones que aprobó el Congreso al sistema privado de pensiones (SPP), como la que faculta a los afiliados a retirar el 95.5% de su fondo de las AFP al momento de su jubilación y la de usar el 25% para vivienda.
El diagnóstico
Diversos analistas han coincidido en que el sistema de pensiones peruano tiene tres grandes problemas que una reforma debería abordar: la cobertura es el primero. Alrededor del 25% de la PEA (población económicamente activa) está está en alguno de los dos sistemas vigentes (público y privado). Luego está la densidad, es decir, el número de aportantes al año es muy bajo (lo que hace que en el SPP las comisiones sean altas) y, tercero, el aumento de la esperanza de vida (en 2015 hubo una fuerte polémica por la actualización de tablas que aplicaron las AFP, que al final de dejaron sin efecto).
"Tenemos que ampliar la base y al mismo tiempo generar una pensión mínima, pues las pensiones son bajas, en general, en nuestro país", dijo Kuczynski al diario La Tercera de Chile, durante su participación en la reciente cumbre de la Alianza del Pacífico.
El impacto de los cambios
El economista Juan Mendoza, uno de los más críticos de las AFP, dijo en Día 1 de El Comercio, que las leyes aprobadas en el Congreso sobre las AFP podrían tener un impacto en el sistema público, porque muchas personas optarían por pasarse al sistema privado y complicarían el financiamiento de la ONP, lo que implicaría una mayor carga para el Estado.
El presidente del Instituto Peruano de Economía (IPE), Roberto Abusada, refiere que otro problema en el sistema privado se podría generarse en la rentabilidad de los fondos de aquellos afiliados jóvenes que decidan retirar el 25% de sus aportes para una vivienda. Al final de su vida laboral, estas personas tendrán una menor pensión.
Hacia dónde ir
Mendoza sostiene que, antes de pensar en más cambios aislados, se debe buscar un nuevo diseño del sistema de pensiones que promueva la competencia, porque el sistema actual tiene una regulación asfixiante y poco flexible que le ha dado un mercado cautivo a las AFP y a las compañías de seguros.
En las AFP aceptan esta crítica y están dispuestos a que se evalúen nuevos modelos de competencia para bajar las altas comisiones que cobran. Según voceros de este gremio, presentarán un conjunto de propuestas de forma oportuna al nuevo gobierno.
Felipe Morris, presidente de Interseguro y quien fue parte del equipo que diseñó la reforma previsional de los 90, sostiene que la reforma debería ser integral y que una opción podría ser ir hacia un solo sistema, en el que el Estado garantice una pensión mínima en el caso de que el ahorro de las personas no alcance para ello, pero hay que evaluar cuál sería el costo que implicaría y cómo se financiaría.
Otro aspecto clave es atacar la informalidad del mercado laboral. El resultado es que la gran mayoría de adultos mayores (75%) no recibe pensión de jubilación. Como señala Mendoza, es un error financiar las pensiones gravando las planillas formales porque 2 de cada 3 trabajadores están en el sector informal. Así, si no se ataca antes este problema, cualquier reforma previsional fracasará.
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