Durante los últimos años, la gestión cultural ha ganado un lugar en el debate público del país. La creación del Ministerio de Cultura fue un punto de inflexión en el desarrollo de políticas que tengan como objetivo acercar a los ciudadanos a sus tradiciones y prácticas artísticas. 

Este cambio ha posibilitado que más peruanos apuesten por la práctica cultural y que sean más sensibles a las propuestas desarrolladas por entidades públicas y privadas, destinadas a esta ámbito de la sociedad. Así, muchos ciudadanos han celebrado a través de sus redes sociales la aprobación de la Ley de Promoción de Puntos de Colectivos. 

Recreado este panorama, no sorprende que en los últimos días se haya iniciado un debate alrededor de la próxima edición de la Feria Internacional del Libro de Lima (FIL LIMA), organizada por la Cámara Peruana del Libro y que tendrá como invitado estelar al escritor francés Jean- Marie Lé Clezio (Premio Nobel de Literatura 2008). 

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"Si bien bajo las reglas del mercado cada ente privado tiene el derecho de vender su producto de la forma que a ellos se les antoje, creo enfáticamente que la FIL arrastra un nombre y una identidad que escapa a un grupo de élite. Perú es tierra de poetas y narradores, contamos con el vate universal César Vallejo, y es un destino que genera mucha expectativa debido a la creación de sus autores", declaró Piero Ramos Rasmussen, vocalista de la banda Lo Ultraterreste, a LaMula.pe.

El músico pertenece a Ojo Perezoso, uno de los colectivos miembro del comité organizador de la ANTI-FIL (del 13 al 17 de julio), un evento alternativo que tiene una postura crítica hacia la gestión de la Cámara Peruana del Libro (CPL), a la cual acusan de elitista. Uno de los puntos álgidos de esta incomodidad es el precio que deberán pagar para ingresar a la FIL LIMA (del 15 al 31 de julio).

Ramos considera que este evento está perdiendo su sentido primigenio que -como indica la página web de la CPL- tiene, entre sus objetivos, promover la cultura del libro y el hábito de la lectura. Aunque claro, no hay que perder de vista que los sellos editoriales e instituciones que se instalarán en el Parque de los Próceres de la Independencia (cuadra 17 de la avenida Salaverry-Jesús María) no lo harán por un servicio social sino para lucrar, en buena parte, porque deben cubrir el costo del alquiler de los stands. 

"¿Quién es la gente que lee y va a dejar de ir por el incremento del costo de la entrada? Todos los que estamos secundando esta iniciativa, los que creemos que no es justo que un menú de 7 soles sea igual al precio que uno tienes que dar por acceder la cultura", reflexiona. 

Hay que recordar que el precio de la entrada de la FIL LIMA se ha ido incrementado en los últimos años. Atrás quedaron las ediciones de los 'años noventeros' (e incluso de los primeros años del siglo XXI) cuando solo bastaba un sol para tener acceso a la oferta libresca y a las diferentes presentaciones de autores. Así, el año pasado la entrada de un adulto ascendía a S/ 5. En el 2013 era S/ 4. 

El disgusto también ha llegado a algunos escritores - como Alina Gadea, Rodolfo Ibarra, Martín Roldán, Alexis Iparraguirre, Gabriel Ruiz Ortega, entre otros- que han mostrado, en mayor o menor medida, su incomodidad. Su opiniones fueron recogidas por la revista 'Lima Gris'. 

Precisamente, el creador del blog 'La Fortaleza de la Soledad', en un artículo publicado en 'La Conjura de los libros', expresó: 

"Sorprende para mal una medida como esta, pero también es un fiel reflejo, una radiografía sin afeites de las personas que componen el llamado poder cultural en Perú, quedando en evidencia su desconexión con la realidad social peruana". 

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Al ser organizada por varios colectivos, la ANTI-FIL alberga diferentes maneras de pensar. Gonzalo Toledo, representante de Durazno Sangrando, prefiere calificar esta feria autogestionada como una alternativa para abrir el espacio cultural y acercar las expresiones artísticas, justamente, a aquellos que, por cuestiones económicas, se vean alejados del evento organizado por la CPL.

"Yo no sería tan rudo al criticar a la FIL Lima porque considero que en una gestión cultural es importante la sostenibilidad económica. A su vez, lo que hacen tiene un nivel de impacto que de algún modo tiene una respuesta en la sociedad. Hay librerías importantes como 'Inestable' o 'Sur' que también participan. Además, muchas editoriales pagan sus stands porque le es rentable la venta de libros. Sin embargo, cuando una propuesta cultural tan grande, como la FIL-Lima, pondera lo económico por lo literario y artístico, sí me parece que se está trabajando mal", expresó a LaMula.pe.

Para Toledo, existen espacios que no han sido llenados por la gestión cultural tradicional. Y en esa atmósfera, nace la contrapropuesta de la ANTI-FIL que, a partir de la gratuidad del acceso, aspira a convertirse en un espacio democratizador de la cultura. 

"El hecho de que muchos escritores y artistas que, de algún modo, son invisibilizados tengan una presencia es importante. Nosotros estamos haciendo una convocatoria abierta. A partir de las propuestas que recibimos nosotros vamos a armar una programación". 

Si uno revisa la página de Facebook de este certamen (puedes ver la programación aquí), corroborará que tiene un listado más que interesante de presentaciones. Para empezar, el miércoles 13 de julio -en el auditorio de la Asociación Guadalupana (sede de la ANTI-FIL)- se presentará la tetralogía Splendor del escritor nacional Enrique Verástegui y que será comentada por su colegas Paul Guillén (Perú) y Yax Kin Melchy (México). Posteriormente, habrá una exposición titulada 'Nuevas políticas y gestión de la cultura' a cargo del académico Victor Vich. Otro de los eventos que llama la atención es el 'Conversatorio sobre la industria editorial' y que tendrá como protagonistas a los autores Rodolfo Ybarra, Martín Roldán y Pedro Félix Novoa.

Por supuesto, no todo es literatura. La artista Tilsa Otta compartirá con el público su 'Videoarte/videopoesía'. La música, a su vez, estará garantizada por bandas como la Nueva Invasión, Amadeus y de la solista Isabel Omega. 

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Durante los últimos días, varias personas han expresado su inconformidad con los montos de las entradas que ya han sido confirmados por la propia CPL. Ante ello, Patricia Arévalo, vicepresidenta de esta institución, compartió en su Facebook las razones del incremento. 

"El precio de la feria ha sido un motivo de preocupación para todos, pues no queremos que nadie se quede fuera por esa razón. Por ello, si bien la entrada general cuesta 7 soles (en los dos años anteriores costaba 5), no es la única opción. Se puede comprar siete entradas por el precio de cinco; los niños menores y adultos mayores no pagan, estudiantes (escolares y universitarios) y maestros pagan solo tres soles", manifestó en el inicio de su texto. 

Añadió que - en esta edición- la FIL Lima cuenta con un cartel de invitados que "nos acerca", en calidad, a otras Ferias como la de Bogotá o Buenos Aires.  Otro de los puntos medulares de su exposición fue el poco apoyo que recibe este evento de parte del Estado y el sector privado. 

" [...] la entrada a nuestra feria cuesta menos que las mencionadas, que cuentan con recintos que no necesitan acondicionamiento ni inversiones adicionales todos los años. Nosotros, además, no sólo no contamos con apoyo económico del Estado sino que debemos pagar el 18% de IGV a la Sunat.[...] Para terminar, ¿quién se atreve a realizar una inversión de casi cuatro millones de soles sin saber si los va a recuperar?"

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Tras las posturas de Ramos, Toledo y Arévalo existe un problema en común: el poco interés que todavía genera la gestión cultural en nuestro país. Si la ANTI-FIL nace como un respuesta al 'elitismo' que puede generar pagar S/ 7 para ingresar a un certamen que tiene como objetivos la promoción del libro y la difusión de la lectura, hay que preguntarse: ¿qué lleva a una institución, como la CPL, a subir la entrada con respecto a la edición anterior? 

Si seguimos la argumentación de Arévalo, los costos han sido altos porque no cuenta con apoyo estatal o privado. Quizás para algunas empresas invertir en un certamen cultural no les generará los mismos réditos (de marketing o económicos) que invertir en un feria gastronómica o un programa de televisión. En ese contexto, es imperativo que las autoridades del país, entiendan que la promoción de la cultura requiere tanta inversión como la educación pública del país. Dicho de otra manera, no debe considerarse un gasto sino una inversión. Ahí hay una tarea pendiente del próximo gobierno de Pedro Pablo Kuczynski.

Entretanto, hay que saludar esfuerzos de la sociedad civil como el realizado por el comité organizador de la ANTI-FIL para construir una alternativa que pueda estar al alcance de más ciudadanos y de manera gratuita. A su vez, la CPL debería considerar otras formas de financiamiento para la FIL LIMA. No es posible que hasta el momento este evento no cuente con un espacio propio.

 Finalmente, nadie está en contra de cobrar por el alquiler de los stands pero no deben perder de vista que vivimos en una sociedad en la cual, la lectura y la industria editorial aún están en su adolescencia.  

[Foto de portada: Facebook ANTI-FIL] 

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