El Perú tiene una ley que regula el uso medicinal de la planta cannabis sativa (popularmente conocida como "marihuana) desde el 2017. Además, cuenta con un reglamento para esta ley desde febrero del 2019. Sin embargo, como hemos informado en su momento, los avances en la implementación de esta normativa son lentos y con muchos obstáculos que afectan principalmente a los pacientes: según cifras del Centro de Estudios del Cannabis, en nuestro país hay cerca de 7 millones de personas potencialmente beneficiarias de esta planta.

En una votación histórica, el último 2 de diciembre del 2020, la planta cannabis sativa fue reconocida oficialmente como una planta medicinal por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). ¿Cómo votó Perú? A pesar de que nuestro país tiene una normativa que reconoce sus propiedades medicinales, el representante de Perú ante la ONU, Néstor Popolizio, fue parte de la minoría que votó por el No. Esta negativa fue contra la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de retirar a la cannabis de la Lista IV de la Convención Única sobre Estupefacientes de ONU, donde se encuentran sustancias con efectos nocivos y con poco uso terapéutico, todo lo contrario a las características de la cannabis.

Para la asociación Buscando Esperanza Perú, que representa a las madres cultivadoras cuyos casos motivaron la legalización del cannabis para uso medicinal, esta posición del Estado peruano es "lamentable".

"Esto ha evidenciando su poca capacidad de generar ciencia local, reforzar el agro mediante la industria del cannabis y garantizar los derechos básicos de salud de ciudadanos", señaló 'Buscando Esperanza Perú' en un pronunciamiento en sus redes sociales.

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luis gavancho, dorothy santiago y ana álvarez en marcha de la marihuana en lima / buscando esperanza perú

Por su parte, la Federación de Cannabis Medicinal del Perú (Fecame) advierte que es posible que sectores ultraconservadores quieran recortar derechos.

“Esto muestra desconocimiento, una limitante ideológica de estos funcionarios o simplemente puede significar una amenaza para los miles de peruanos que usan derivados del cannabis para lograr calidad de vida ante la gravedad de sus enfermedades”, señala el abogado Mario Ríos, presidente de Fecame.

Según el abogado Ríos, en medio de la crisis política que afecta al país, es posible que "sectores ultraconservadores" quieran recortar derechos ya logrados después de una larga lucha. Estos habrían intentado hacerlo a nivel internacional yendo en contra de la propia normativa peruana.

La ONG Cannabis Gotas de Esperanza (CGDE) también se pronunció. Precisó que aún "queda mucho por luchar", ya que la cannabis sigue estando en la Lista I de la Convención de Estupefacientes, a pesar de que no existe dosis mortal ocasionada por el consumo de esta planta. "Algunos países siguen con una mentalidad arcaica", dijo acerca de la incoherente votación de Perú en la ONU. 

"Esos/as diplomáticos/as no nos representan y nos parece muy lamentable que hayan votado en contra, francamente un ridículo internacional, teniendo en cuenta el estado de legalidad de la cannabis para uso medicinal y terapéutico en nuestro país", señaló CGDE en sus redes sociales.

Para el médico Max Alzamora, presidente de la Asociación Peruana de Medicina Cannabinoide (Apemedcann), el contradictorio voto de Perú en la ONU refleja la falta de coordinación entre los ministerios para una decisión de esta importancia. Esta decisión, agrega, concuerda con la "poca o casi nula promoción de este tipo de alternativa terapéutica por parte del Gobierno".

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El voto de Perú también es paradójico porque fue una farmacia estatal (DIGEMID) la primera en vender de manera formal un producto medicinal hecho a base de cannabis sativa en el país y lo hizo a un "precio incomparable a nivel mundial", como señala el médico Alzamora. El actual precio de ese extracto estandarizado de CBD es de aproximadamente 13 dólares.

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dr. max alzamora, médico funcional y especialista en medicina cannabinoide / consultorio canna hope 

El sector empresarial también ha manifestado su malestar por esta paradójica votación de Perú. Anden Naturals, la primera y única empresa que ha vendido a DIGEMID, invocó a las autoridades peruanas a "reflexionar sobre la posición del Perú en esta instancia".

"Pensar en el bienestar de las personas requiere también de coherencia entre los grandes avances que se dan en el país y nuestras posturas internacionales", señaló Anden Naturals en un pronunciamiento en redes sociales.

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Por otro lado, la organización Legaliza Perú recordó que la cannabis formó parte de las farmacopeas de EEUU y Europa cincuenta años antes que la ONU se creara. 

"Paradójicamente, Estados Unidos es el principal exportador de la política prohibicionista, pero ahora está a un paso de legalizar la cannabis a nivel federal", dijo Luis Gavancho, presidente de Legaliza Perú.

Gavancho señaló que no se debe olvidar que, lamentablemente, el uso adulto responsable sigue sin aprobarse en la ONU. Ahora, la paradoja es que prohíben el uso libre de una planta medicinal, dijo.

En el reglamento de la ley que regula el uso medicinal de la cannabis (Decreto Supremo N° 005-2019-SA), se define como "cannabis para uso medicinal" a aquellas flores de la planta con igual o más de 1% de tetrahidrocannabinol (THC), sustancia psicotrópica con propiedades neuroprotectoras, analgésicas, antipruríticas, broncodilatadoras y como relajante muscular.

Además, se denomina como "cáñamo" o "hemp" a la planta de cannabis, y cualquiera de sus partes, con menos de 1% de THC y se la considera como sustancia no controlada. Este tipo de plantas suelen tener la capacidad de producir concentraciones altas de cannabidiol (CBD), una sustancia con efectos anticonvulsivantes, antioxidantes, neuroprotectoras y ansiolíticas.

Cuando se publicó la Ley N° 30681 en el 2017, ya había evidencia científica concluyente de que cannabis es efectiva para tratar dolores crónicos, esclerosis múltiple y para calmar las náuseas/vómitos en personas con cáncer que reciben quimioterapia (Academia Nacional de Ciencias de EEUU).

Además, este meta-análisis indicó que había evidencia moderada de que cannabis es efectiva para tratar los problemas de sueño en personas con fibromialgia, dolores crónicos y esclerosis múltiple. De igual manera, señaló evidencia limitada de que cannabis es efectiva para incrementar apetito en personas con VIH/SIDA, y tratar el Síndrome de Tourette, la ansiedad social y el desorden de estrés postraumático.

Y cuando se publicó el reglamento de la ley en febrero del 2019, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA) ya había aprobado Epidiolex, una solución oral hecha a base de la planta cannabis sativa con alta concentración de CBD y que es útil para disminuir las convulsiones en casos severos de epilepsia. Además, la OMS ya había publicado su informe en el que reconoció los efectos terapéuticos de la cannabis sativa, por lo que recomendó eliminarla de la Lista IV de la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961.

Medicamentos a base de cannabis que han pasado por ensayos clínicos, aprobados por autoridades sanitarias / fuente: pedro gámez / upch

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Para que el Poder Ejecutivo explique el incoherente voto del representante de Perú en contra de reconocer las propiedades medicinales de la cannabis a pesar de tener una legislación que indica lo contrario, el congresista Alberto de Belaunde ha enviado un oficio al Ministerio de Relaciones Exteriores.

En una nota de prensa del 3 de diciembre, la Cancillería de Perú justificó su votación argumentando que aceptar la recomendación de la OMS de retirar a la cannabis de la lista de drogas peligrosas supone "un alto riesgo de propiciar su tráfico ilícito, al no poder ser objeto de control y de persecución penal".

"Respecto a la recomendación sobre el retiro del cannabis y sus resinas de la lista IV de la Convención Única sobre Estupefacientes, el Perú sostuvo la conveniencia de mantener la restricción universal respecto al cannabis y sus resinas, en aras de no comprometer la base jurídica para el control del cultivo".
"Sobre la recomendación del retiro de extractos y tinturas del cannabis de la lista I de la Convención, se consideró que su aceptación supone alto riesgo de propiciar su tráfico ilícito, al no poder ser objeto de control y de persecución penal".

Además, la Cancillería señaló que con estas votaciones, "Perú reafirmó su postura respecto a que las tres convenciones internacionales de fiscalización de estupefacientes conforman la piedra angular del sistema internacional de control de drogas".

¿En qué se basaron para votar así? La Cancilleria precisa que la posición del Estado peruano fue "consensuada luego de varias reuniones de trabajo convocadas por esta Cancillería con los sectores nacionales competentes en materia de drogas como la Comisión Nacional sobre Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA), Dirección Antidrogas de la Policía Nacional del Perú (DIRANDRO) y la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (DIGEMID) del Ministerio de Salud".

Según el Poder Ejecutivo, se tuvo "en cuenta el uso medicinal y terapéutico del cannabis conforme a la legislación nacional sobre la materia".

Sin embargo, la realidad es que el voto de Perú fue en contra de la recomendación de la OMS sobre los beneficios médicos y terapéuticos de la cannabis, como precisa la ONU.


[Foto de portada: Yash Lucid / Pexels]


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