El mandatario Martín Vizcarra informó este miércoles que aceptó la renuncia del ministro de Cultura, Francisco Petrozzi, cuestionado por haber destituido el último domingo Hugo Coya como presidente del Instituto Nacional de Radio y Televisión (IRTP), en medio de denuncias de presiones, intrigas y versiones confusas, que habían dejado mal parado al Ejecutivo.

"Para acabar con este tema, el ministro de Cultura, Francisco Petrozzi, presentó su carta de renuncia, la cual ha sido aceptada".

Petrozzi participó en la sesión ordinaria del Consejo de Ministros en Palacio este miércoles, pero ya en la víspera había dejado entrever la posibilidad de apartarse del cargo, en el que duró 65 días. "Los amigos quedan, los cargos vienen y se van. Soy un artista que decidió que quería hacer algo por la cultura en el Perú. Si en el proceso cometí errores, los acepto. Hice lo que pensé que era correcto. Nadie tiene la verdad absoluta", dijo el martes en el lanzamiento del "Concurso Iberoamericano 100 años del nacimiento de Chabuca Granda".

Este miércoles se difundió una conversación privada por WhatsApp entre Petrozzi y Coya, en la que se evidencia que ambos habían acordado que Coya renunciaría a su cargo el 9 de diciembre próximo, a su vuelta de Londres, en donde se iba reunir con directivos de la BBC, el medio estatal británico. Pero la resolución de su cese se publicó antes, el domingo 1 de diciembre, porque según Petrozzi, el periodista había filtrado a la prensa detalles del diálogo que habían tenido. 

Coya además denunció presiones sobre la línea editorial de los medios de Estado desde que el titular de Cultura asumió ese cargo. Según contó, Petrozzi lo llamaba  cada vez que no le gustaba un entrevistado o para pedirle que corte una cobertura y hasta se quejó de la poca presencia de las actividades del presidente Vizcarra en el canal estatal.

Sea como fuera, las sombras y dudas que se generaron sobre este 'affaire' habían puesto contra las cuerdas al Gobierno y traspasaron las fronteras, luego de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a través de la relatoría para la Libertad de Expresión, manifestó su preocupación por las motivaciones políticas que pueden haber detrás del cese de Coya, en cuya gestión los medios estatales lograron niveles notables de independencia y pluralidad informativa. 

"Lo preocupante es que esto se hace en un momento tan sensible en que no hay Congreso y hay elecciones parlamentarias en curso", comentó en El Comercio la periodista y analista política Cecilia Rosales, al señalar que la percepción que hay en torno a este desaguisado es que el Ejecutivo buscaba tener un canal del Estado más gobiernista.

Así las cosas, la crisis que provocó Petrozzi hacía insostenible su continuidad en el cargo. Su permanencia en el Ejecutivo ya había sido puesta en entredicho por casi todos los sectores, sobre todo los promotores de la libertad de expresión. Es decir, no había otra salida para el titular del Mincul que su renuncia, que viene a ser la tercera en el actual gabinete en un tiempo muy corto, luego de las dimisiones de Jorge Meléndez (Midis) y Zulema Tomás (Minsa).

"Se debe colocar a un ministro que genere confianza y garantice autonomía y pluralismo en las informaciones de la televisión pública. Es la única manera de salir de este lío gordo en el que se ha metido el Gobierno innecesariamente", dijo el analista político Luis Benavente.  

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