El capo narcotraficante mexicano Joaquín 'El Chapo' Guzmán Loera escuchó este miércoles su condena por narcotráfico: cadena perpetua. El narco, de 62 años, ya había sido declarado culpable en febrero después de un juicio que duró tres meses en una corte federal de Brooklyn, Nueva York, pero estaba pendiente la sentencia.
Por la severidad de los delitos y crímenes del otrora jefe del cartel de Sinaloa, la pena que le esperaba era, inevitablemente, pasar el resto de su visa en una prisión de máxima seguridad en Estados Unidos. A la cadena perpetua, el juez de Nueva York Brian Cogan le impuso también una condena de 30 años por violencia con armas y 20 más por blanqueo de dinero.
No se sabe aún dónde cumplirá su condena 'El Chapo', que dirigió durante 30 años la mayor organización dedicada al narcotráfico entre México y Estados Unidos. Se especula que será llevado al penal de máxima seguridad de Florence, en Denver, Colorado.
(reuters)
Como se preveía, el capo mexicano tuvo derecho a hablar antes de conocer el fallo judicial, y denunció las condiciones de confinamiento que tuvo en Estados Unidos desde que fue extraditado. "Me han torturado las 24 horas del día durante 30 meses", afirmó.
Al final de su intervención dijo que no se ha hecho justicia con él, en alusión a la conducta del jurado. También criticó al magistrado por no permitir un segundo juicio. "Aquí no se hizo justicia. EEUU no es mejor que otros países corruptos a los que este país no respeta", alegó.
Guzmán se mostró como "impávido, sin alterarse", al escuchar su condena. Estaba vestido con un traje gris y por primera vez con el bigote que le caracterizaba, que durante casi todo el juicio no tenía.
Para lograr la máxima condena contra el capo, la fiscalía estadounidense presentó pruebas contundentes, desde grabaciones de 'El Chapo' negociando cargamentos de drogas hasta 56 testigos en su contra, incluidos excolaboradores que aceptaron cooperar para reducir sus propias sentencias. Varios testimonios dieron detalles de atroces crímenes cometidos por Guzmán, como asesinatos y torturas.
Las autoridades de EEUU estimaron que como líder del cartel de Sinaloa, entre 1989 y 2014, el capo ganó casi US$12.700 millones y pidió incautarle esa suma.
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