Desde hace varios años, la lacra del narcotráfico viene desangrando a México, y esta vez salpicó a una de las figuras más queridas y respetadas del país: el Rafa Márquez, el histórico capitán de la selección azteca, el jugador con más títulos internacionales y un referente fuera de los campos de fútbol.
El Gobierno de Estados Unidos sancionó a más de 22 personas por vínculos con el crimen organizado, entre ellas a Marquez, quien ha negado cualquier vínculo con la organización criminal de Raúl Flores Hernández, un nombre casi desconocido para la mayoría, pero al que Washington considera un capo del narcotráfico de la talla de Joaquín 'El Chapo' Guzmán.
"Así como he encarado mi carrera como profesional, hoy en día, en mi partido más difícil, intentaré esclarecer todo esto en cuanto se pueda y sea el Rafa Márquez que ustedes conocen", aseguró el exjugador del Barcelona y ahora del Atlas mexicano, en una rueda de prensa.
"Niego cualquier tipo de relación con organizaciones criminales como se ha confirmado en las diversas notas periodísticas. Comprendo la situación jurídica en que me encuentro", agregó Márquez.
¿De qué lo acusan?
Pero las informaciones periodísticas a las que hace alusión el 'káiser', que remecen el mundo del fútbol, se basan en un hecho irrebatible: el Departamento del Tesoro de EEUU lo acusa, junto a una veintena de personas, de ser parte de una red de lavado de dinero del narco Raúl Flores.
En el caso de Márquez, quien el miércoles acudió de manera voluntaria a la fiscalía para declarar al respecto, se investigan cuatro propiedades –dos en Jalisco, una en Guanajuato y otra en Ciudad de México— y nueve de sus empresas, entre ellas una escuela de fútbol desde la que se habría lavado dinero del narcotráfico, según las autoridades de EEUU.
Además, la Oficina de Control de Bienes de Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) señala a dos personas, Mauricio Heredia y Marco Antonio Fregoso, por actuar en nombre o por el futbolista.
Por ahora, las imputaciones contra Márquez no tienen consecuencias penales. Pro sí se canceló su visa americana, congelaron todas sus cuentas y propiedades en Estados Unidos, y prohibieron a cualquier empresa estadounidense hacer cualquier tipo de negocios o transacciones con él o las empresas incluidas en la lista de la OFAC.
Y quizá el daño más grave hasta el momento es a su imagen, impecable en el mundo del balompié. "Quiero pedir respeto hacia mi familia y hacia mi situación, es difícil. Sé que mucha gente está conmigo, no los voy a defraudar", dijo Márquez.
Uno de los hechos que más llamó la atención de las autoridades de EEUU fueron las millonarias donaciones en efectivo que recibió la Fundación Fútbol y Corazón de Márquez, vinculada a la red de lavado de dinero al servicio de Flores, que pasó de recibir 4.6 millones de pesos (259.000 dólares) en el 2010 a 23.3 millones de pesos (1.3 millones de dólares) en el 2015, incremento de 402% que se dio pese a que la Ley Federal de Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita que entró en vigor en México en 2013.
Esta norma inhibe las aportaciones a las asociaciones sin fines de lucro, porque ahora los donantes deben ser identificados y en caso de que la transacción sea sospechosa se debe remitir un informe a la Secretaría de Hacienda. Entre 2010 y 2015, la asociación civil del futbolista mexicano recibió 77.5 millones de pesos (4.3 millones de dólares) en efectivo y 12 millones de pesos (668.378 dólares) en especie, según sus reportes financieros.
¿Quién es Raúl Flores Hernández?
El nombre de este narcotraficante pasaba casi desapercibido, hasta ahora. Tenía pocos registros en las bases de datos públicas tanto del Gobierno mexicano como en EEUU. Fue detenido el pasado 20 de julio en Zapopan, Jalisco, indicaron a Efe fuentes de la fiscalía mexicana.
El Departamento del Tesoro estadounidense afirma que Flores mantiene alianzas estratégicas con los cárteles de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación y que no figuraba entre los objetivos prioritarios del Gobierno mexicano.
Es el líder de una organización criminal formada por en su mayoría por miembros de su familia. El Tesoro asegura que opera desde hace décadas en el negocio del narcotráfico, especialmente en lo relacionado al lavado de dinero.
Flores tiene acusaciones por tráfico de drogas en EEUU desde 2001, año en el que fue arrestado por posesión y tráfico de marihuana en California y sentenciado a 10 meses de prisión y pasó dos en libertad condicional. Diez años después, en 2010, la Procuraduría General de la República (PGR) de México añadió su nombre a una lista de narcotraficantes por los que pedía recompensas de hasta cinco millones de pesos (278.000 dólares).