Solo dos puntos. Esa es la diferencia que separa a los candidatos a la Presidencia de Chile, Sebastián Piñera y Alejandro Guillier, según las encuestas, de cara a la segunda vuelta electoral de este domingo que viene. Es decir, una final de infarto y pronóstico reservado.

En medio de las críticas y dudas sobre las encuestadoras, que antes de la primera vuelta habían sobrevalorado a Piñera y lo daban ganador seguro, y además habían casi invisibilizado al Frente Amplio de izquierda, que fue la gran sorpresa de los comicios, son dos los sondeos, el de Cadem y el de Criteria, los que ahora ponen a los candidatos en empate técnico

El primero (Cadem), realizado el viernes 1 de diciembre, le da a Piñera 40% y a Guillier 38,6%; el otro (Criteria), del 30 de noviembre, otorgar 47% para Piñera y 45% para Guillier, en votantes totales. Con estos resultados, el reto de ambos es lograr movilizar a un electorado que no acude a las urnas: en la primera vuelta del 19 de noviembre, votaron solo un 46% de ciudadanos habilitados. Esa puede ser la clave del triunfo este domingo.

Guillier, candidato del oficialismo, obtuvo solo un 22,7% de respaldo en la primera vuelta. Ahora necesita al menos un 27,3% para imponerse a Piñera. El respaldo que le he dado la excandidata Beatriz Sánchez, del izquierdista Frente Amplio, quien le pisó los talones en la primera vuelta, con 20,27%, ha sido determinante, al parecer, para que haya logrado colocarse, de igual a igual, ante la derecha de cara al balotaje del domingo 17. Así, el oficialismo tiene casi las mismas opciones de ganar que Piñera y así mantenerse en el poder para el período 2018-2022.

Guillier también ha recibido el respaldo público de la presidenta Michelle Bachelet, que en esta campaña apareció en diversas actividades públicas en señal de apoyo con su candidato a sucederle. La popularidad de la jefa de Estado alcanza el 40%, la mejor cifra desde el 2015. Así, este apoyo es un fuerte activo de la centroizquierda en Chile. 

El último cara a cara

Sebastián Piñera y Alejandro Guillier aprovecharon el último debate del lunes para confrontar sus programas de gobierno y anunciar cambios pragmáticos, en un cara a cara que registró momentos de tensión.

Así, por ejemplo, Piñera tuvo que morigerar su discurso sobre la gratuidad de la educación superior, a la que se oponía, y ofreció enfocar el beneficio en la formación técnica. 

Guillier, en busca de asegurar el respaldo del electorado del Frente Amplio de izquierda, propuso eliminar la deuda que adquirieron los alumnos con los bancos para poder estudiar, pero solo para el 40% más pobre. 

"Creo firmemente que hay que poner fin al abuso (...), no estamos aquí para que unos pocos hagan negocios, sino para que la inmensa mayoría tenga una vida más digna", dijo el candidato oficialista.

"Tenemos que elegir entre dos caminos. Les invito a elegir el que no conduce al paraíso, pero sí a tiempos mejores para todos", refirió por su parte el aspirante de la derecha chilena.

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