La visita de Kenji Fujimori a Ollanta Humala en su celda de la Diroes —en donde también está recluido el expresidente Alberto Fujimori, padre del congresista—ha dominado buena parte del menú informativo en este inicio de semana. El hermano menor de Keiko Fujimori incluso publicó algunos detalles del anunciado encuentro del viernes último en una columna publicada este lunes en El Comercio.

"Es un gesto, un hecho que devuelve la esperanza de superar en algún momento tanto enfrentamiento, tanto conflicto, tantas diferencias que existan, y poder preocuparnos por las cuestiones más importantes vistas políticamente", dijo el abogado de Humala, Julio César Espinoza, al ser consultado al respecto, tras señalar que valora el "hecho humano" de saber que personas que han tenido tanta rivalidad política se reencuentren en estas circunstancias.

Pero como los gestos en política por lo general suelen tener una motivación oculta, o dicho de otra forma, una intención detrás de la que se dice tener en público, hay quienes creen que este gesto de Kenji es parte de su estrategia política con la que busca  diferenciarse de su hermana Keiko —quien saludó la polémica decisión judicial que envió a prisión de Humala y a su esposa—, y crear un propio espacio político para una eventual candidatura presidencial en el futuro, tal como él mismo lo ha dejado entrever en varias entrevistas. 

"Yo creo que lo que hay allí es la búsqueda del perfilamiento interno para seguir en un proceso de confrontación al interior de Fuerza Popular y me parece que eso es lo que enmarca ese tipo de actitudes, tratando justamente de mostrarse como una persona proclive al entendimiento con los que han sido otrora sus enemigos", dijo el congresista aprista Mauricio Mulder a RPP.

Y en Twitter, hay voces —de periodistas, politólogos y observadores en general— que han puesto estos hechos en su real dimensión:

El analista político Juan de la Puente fue un poco más allá y advirtió que lo se que se está dando en este caso parece ser "un pacto tácito entre Kenji Fujimori y la prensa": 

"Él (Kenji Fujimori) pone los hechos cada vez más espectaculares y superficiales que la prensa los convierte rápidamente en una gran noticia política, ante su incapacidad de profundizar, seguir, desagregar y agregar los hechos de la política. El pacto se hace exitoso cuando comentamos cada movimiento de Kenji como si fuese el dato que cambia radicalmente todo. Así sucedió con Urresti el año 2015. El hambre se ha encontrado otra vez con la necesidad".

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