¿Una señal para la regulación y formalización en otros países? El polaco Maciej Szpunar, abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), afirmó este jueves que Uber es una empresa de transporte y no una plataforma digital. Por ello, sostuvo, las autoridades deben exigirle licencias y autorizaciones como a las demás empresas de taxi.

En 2015, el Tercer Juzgado Mercantil de Barcelona (España) trasladó al TJUE la denuncia de la Asociación Profesional Élite Taxi contra la empresa Uber. El gremio de taxistas acusa a la plataforma tecnológica de realizar competencia desleal, por lo que pide su cierre hasta que se adapte. 

En los próximos meses, el TJUE debe determinar si Uber es, en la práctica, una empresa de transporte o solo un intermediario. Al respecto, el abogado general del tribunal, Maciej Szpunar, dio la razón a los taxistas al afirmar que "Uber no puede ser considerado un mero intermediario entre conductores y pasajeros".

"La prestación de transporte constituye el elemento principal desde un punto de vista económico, mientras que el servicio de puesta en contacto de pasajeros y conductores mediante la aplicación para teléfonos inteligentes es un elemento secundario", señaló.

Si bien la opinión de Szpunar no es vinculante, sí es influyente en los veredictos finales del TJUE.

"Los conductores que circulan en el marco de la plataforma Uber no ejercen una actividad propia que exista de manera independiente de dicha plataforma. Al contrario, esta actividad únicamente puede existir gracias a la plataforma, sin la que no tendría ningún sentido", sostuvo.

El abogado general del TJUE consideró también que Uber "controla los factores económicamente relevantes del servicio de transporte urbano ofrecido en el marco de esta plataforma".

"[Uber] impone a los conductores requisitos previos para el acceso a la actividad y su desarrollo, recompensa económicamente a los conductores que llevan a cabo un número importante de trayectos y les indica los lugares y los momentos en los que pueden contar con un número de carreras importante o tarifas ventajosas", agregó.

Además, el letrado resaltó que la empresa "ejerce un control -si bien indirecto- sobre la calidad de las prestaciones de los conductores, lo que puede llevarles incluso a ser expulsados de la plataforma, y determina de hecho el precio del servicio".

Para Szpunar, "el servicio de puesta en contacto de pasajeros y conductores mediante la aplicación para teléfonos inteligentes es un elemento secundario". Y lo que hace Uber, señaló, "se trata más bien de la organización y gestión de un sistema completo de transporte urbano bajo demanda".

Por todo ello, sostuvo, Uber no puede ser "considerado un mero intermediario entre conductores y pasajeros". 

En un comunicado, Uber respondió con un llamado a esperar la sentencia definitiva del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. "Ser considerados una empresa de transporte no cambiaría la operativa que actualmente tenemos en la mayoría de países de la Unión Europea", afirmó una portavoz de la empresa.

En América, tribunales de Brasil, Argentina y Estados Unidos ya se han pronunciado a favor de los taxistas formales, que acusan a Uber de competencia desleal y de no cumplir con las normas de una empresa de transporte.

En Perú, un grupo de profesionales llamado "Taxistas con derechos" prepara un proyecto de ley para que empresas tecnológicas como Uber reconozcan los derechos laborales de los conductores.


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