No pensar en sostenibilidad en tiempos de cambio climático puede ser fatal. Pocos se preguntan quién, cómo y dónde confeccionan las prendas que vestimos.

“Estamos creando tantos desechos y tenemos a tantas personas en pobreza. Ante ello, creemos que la industria de la moda tiene potencial para mejorar las vidas de millones de personas. Debemos cambiar este sistema. Con la moda rápida hay mucha presión sobre las personas que están produciendo la moda. Tenemos que comprender que la sostenibilidad es lo habitual y no la excepción”, explica a LaMula.pe la diseñadora británica Carry Somers, de 51 años.

En efecto, desde su punto de vista, la moda ética y sostenible tiene que ser la norma, no la moda. La industria mundial de la moda explota y perjudica el medio ambiente, asegura, y por ello considera que la transparencia es el primer paso para transformar este sector económico. Esto puede empezar preguntándose '¿quién hizo mi ropa?' (frase que en su reciente visita a Lima tradujo al quechua: Noka ratashnikta iramushjka?).

foto: carry somers
crédito: alberto ñiquen

Carry es activista, defensora de los derechos de quienes se dedican a la fabricación de ropa y en el 2014 creó el movimiento Fashion Revolution como reacción ante la tragedia ocurrida en Bangladesh el 24 de abril del 2013, cuando se derrumbó el Rana Plaza, edificio de ocho pisos que albergaba cinco fábricas de ropa y que causó la muerte de más de 1.000 personas dedicadas a la costura.

“La tragedia de Rana Plaza no debe ser olvidada ni vista como un infortunio. Por eso queremos hacer una 'revolución' para cambiar radicalmente la forma en la que nuestra ropa se obtiene, se produce y se compra (...) Son pocos los que piensan en que los que la producen no van a morir por poder vestirnos con ropa bonita. Debemos pensar un poco más sobre la ropa barata. Hay mucha ropa de lujo que esta producida en las mismas lineas de producción que la ropa barata. Y la diferencia del precio es el marketing, no solo es el precio es el sistema”, dice Somers.

En 1992 fundó su marca Pachacuti y emprendió su proyecto con tejedoras en Ecuador, directamente y sin modificar su entorno social y cultural. 

"Yo he visto las dificultades de los proveedores y el papel de los intermediarios. Las personas que están haciendo los tejidos no están ganando un buen precio. He establecido mi propia marca para poder cambiar la vida de las personas, de los grupos comunitarios y ayudar a comercializar los productos de una manera de negocio justo y puedo ver que está cambiando la vida de muchas personas”, comenta Carry, quien estudió una maestría en Arte de la Cultura Precolombina y con mucho interés en los tintes naturales del Perú.

A su vez, buscó garantizar las condiciones sociales y ambientales en toda la cadena de suministro de su producción de sombreros panameños. 

“Hay organizaciones y personas que están buscando en los desechos para saber cuáles son las marcas que están produciendo acá. Es muy necesario tener más transparencia en la moda. El sistema no puede seguir así y muchos no saben de dónde viene el algodón, la cosecha es hecha casi con la esclavitud del algodón usado. En Siria, el ISIS ya tiene los campos de algodón, entonces no se sabe si apoyas a la esclavitud, o al terrorismo cuando compras algodón. Es muy importante la visibilidad de cada prenda porque así vamos a tener respeto de las personas y estas estarán visibles. Si las condiciones de trabajo son saludables y seguras tendremos conciencia sobre el medio ambiente, pero no podemos tener estos pasos sin transparencia”, explica Somers.

Su vigésima visita a Lima se debe a que año tras año busca sembrar conciencia en la ciudadanía sobre la sostenibilidad de las fábricas y empresas que producen grandes cantidades de ropa que no suele ser reutilizada.

“Ya hay una ley en Francia que solicita que cada empresa deba tener sostenibilidad para sus desechos. Estoy segura de que si esto hay en Francia, así va a comenzar esto en otros países, también. Las marcas grandes deben escuchar a los consumidores porque los jóvenes no se interesan tanto en comprar muchas cosas. Ellos van a comprar ropa con historia, que tenga una cara, detrás. Éstos son los consumidores del futuro y el nuevo marketing”, señala Samers, quien nació en Devon, al suroeste de Inglaterra.

SOSTENIBILIDAD, UN TEMA QUE LLEGA A PERÚ

Mirva Trujillo Castillo es administradora de empresas, tiene 53 años y creó la asociación 'Moda Sostenible del Perú', hace dos años. 

foto: activistas de fashion revolution perú
junto a carry somers

Desde aquel entonces, junto a otras empresarias, ha iniciado una campaña sobre concientización de la sostenibilidad en el país, con el propósito de que los dueños de las fábricas de ropa se unan también a esta campaña mundial de la reutilización y protección del planeta.

“La moda sostenible ha empezado para quedarse. Es una forma distinta de ver la moda respetando a todos los actores involucrados, desde el concepto del diseño hasta el consumidor final. Las nuevas generaciones van a ser nuestros consumidores de todas maneras porque ellos van a tener acceso a más información porque de lo contrario van a tener problemas con la esclavitud moderna como la llamamos ahora. Por la cantidad de horas, el trabajo que hacen por un sueldo mínimo, solo por tener un precio bajo y no es justo, y ese movimiento queremos dar a conocer. Un consumidor informado es ideal para la moda sostenible”, dice Trujillo.

El tema de la sostenibilidad es cultural. El entender la importancia de la palabra reciclaje es imprescindible para sobrevivir. Sin embargo, muchos, no lo ven así. 

“En el Perú no manejamos nuestra basura. No somos conscientes. Debemos crear conciencia y tenemos que dirigirnos a los jóvenes porque ellos serán los diseñadores de nuestra ropa. Tenemos que trabajar en ambos lados, con las empresas, públicos y los legados textiles. Tocar las puertas en Gamarra y demostrarles que sí tenemos empresas que hagan moda sostenible y un público que no lo compre es un problema”, detalla Mirva y advierte que al comprar prendas baratas se estaría contribuyendo con el mercado negro y la explotación de los trabajadores porque no se estaría pagando un precio justo.

Cada vez son más las mujeres que se vienen uniendo a esta gran campaña a favor de la naturaleza. Karin Santamaría es la coordinadora del Fashion Revolution en Perú desde hace cuatro años. La misión de las activistas del movimiento instituido por Somers es cambiar el chip de muchos productores sobre el consumo masivo e innecesario de ropa en nuestro país. 

“Tenemos el poder de cambiar la moda y el mercado es el logo de lo que nosotros somos. Es por eso que nosotros tenemos que movernos para que las cosas cambien respecto a la moda. Una linda sonrisa es mucho más linda que una prenda de Gamarra de 3 soles u otra de 20”, anota Santamaría.



Datos:

- La Asociación de Moda Sostenible del Perú (AMSP) ha creado el primer Directorio de Moda Sostenible del Perú, un documento digital y de acceso gratuito para organizaciones y consumidores, cuyo objetivo es brindar información de empresas, ONGs, empresas sociales, diseñadores e instituciones de apoyo innovadoras en sostenibilidad. La cita es este jueves 20 de abril en el Instituto de Moda MAD.

- Este 24 de abril habrá un conversatorio en Dédalo, en el que a partir de las 8 de la noche se hablará sobre retomar la sensibilidad en el cuidado del planeta y mostrar que el cambio, sobre el uso de la ropa que llevamos, es posible.
 

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