Las generaciones jóvenes recuerdan a Roque Benavides como aquel mandamás de Buenaventura, corporación que integra la minera Yanacocha, que hizo todo lo posible para que el polémico proyecto Conga vaya en Cajamarca.

Hace pocos días, Benavides asumió la presidencia de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep). El dato es que no es la primera vez que ejerce este cargo: ya lo hizo en el período 1999-2000, coincidente con el tramo final de la década de Alberto Fujimori.

Su retorno al primer plano del empresariado nacional se ha producido con una declaración de coyuntura: ante la emergencia nacional producida por las persistentes lluvias en el norte del país, Benavides ha pedido que el Perú desista de organizar los Juegos Panamericanos Lima 2019, y que priorice la atención a las zonas de desastre.

Llama la atención que, al pedido de Benavides, se hayan sumado el Apra con un proyecto de ley, el fujimorismo con la puesta de plazos al presidente Pedro Pablo Kuczynski; y el alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, quien por cierto no tomó las previsiones ante los desbordes de los ríos Rímac, Chillón y Huaycoloro.

¿Por qué el presidente de la Confiep hizo esta propuesta? ¿Cuál es su objetivo político? Pero especialmente, ¿cuál es su pasado y su presente? En las líneas posteriores se lo contamos.

ASCENSO EN EL MUNDO EMPRESARIAL

Roque Benavides Ganoza nació en Lima en 1954. Es hijo del también empresario Alberto Benavides de la Quintana (1920-2014) y de Elsa Ganoza de la Torre, esta última sobrina de Víctor Raúl Haya de la Torre; con lo que el fundador del Apra sería su tío abuelo.

Benavides estudió ingeniería civil en la Universidad Católica, y luego administración de empresas en Harvard (Estados Unidos) y Oxford (Reino Unido). Vinculado a Buenaventura por su padre, Benavides Ganoza ocupó la presidencia de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) entre 1992 y 1995. Como todo el empresariado de la época, fue complaciente con el régimen fujimorista.

A fines de 1998, cuando el fujimorismo ya planificaba la re-reelección de su líder, Benavides fue elegido presidente de la Confiep, cargó que ocupó entre enero de 1999 y diciembre del 2000. 

Un artículo de la revista Caretas, del 5 de abril del 2001 (vaya fecha), indica que Benavides y otros de sus precedesores en la década de 1990, como Jorge Picasso y Manuel Sotomayor "no tuvieron reparo en confesar su identificación con el régimen".

EL "BOOM" MINERO Y LA DEUDA CON LA SUNAT

Luego de su paso por la Confiep, Benavides volvió a su posición como principal líder de Buenaventura, esta vez enfocado en los proyectos mineros de la compañía en Cajamarca.

El "boom" minero que experimentó el país desde comienzos de siglo benefició a Buenaventura y a otras corporaciones del rubro. Pero los beneficios no solo llegaron por los ingresos, sino por los impuestos que dicha compañía dejó de pagar.

Según una investigación del portal Ojo Público, Buenaventura debe más de 246 millones de soles al Estado. Junto a otras empresas del sector minería e hidrocarburos, todas suman una deuda de 5 mil millones.

Si Buenaventura, de los Benavides, pagara esta deuda e hiciera un esfuerzo junto a las demás, fácilmente se podrían atender las emergencias en el norte y Lima, además de construir algunas obras de prevención para eventos similares que se presenten en el futuro.

Benavides defendió a capa y espada el proyecto Conga, que fue resistido por los campesinos de Cajamarca por las afectaciones al medio ambiente y la agricultura que iba a provocar; y se opuso a la propuesta de que las comunidades campesinas puedan ser socios de las mineras, pues consideró que esto era "velasquista".

AFINIDADES POLÍTICAS

La propuesta de suspender los Panamericanos no es lo único que hace coincidir a Benavides con el Apra, el fujimorismo y hasta con Luis Castañeda; junto al vínculo familiar con Haya de la Torre y su apoyo al fujimorismo en los 90, a los que llamó "amigos" en la última CADE.

Durante la revocatoria a Susana Villarán, el actual presidente de la Confiep desentonó con su entonces titular, José Miguel Morales Dasso, que fue opositor a esta acción, promovida tras bambalinas por Castañeda y que contó con el respaldo del Apra y del fujimorismo.

Ahora, su papel parece estar más cercano de la oposición apro-fujimorista que del gobierno, pese a que este tiene vocación proempresarial. Esta intervención de Benavides no será la única, y seguro habrá de hacerlo en otras ocasiones.

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