El Metropolitan Detention Center (MDC), más conocido como el "Abu-Ghraib" de Brooklyn, se encuentra en el corazón del transitado y cosmopolita Manhattan. La nueva prisión del mayor narcotraficante del mundo, Joaquín El Chapo Guzmán, es uno de los penales federales más seguros y el más grande de su clase en Estados Unidos, a donde fue extraditado la semana pasada.
Esta prisión, que tiene fama de ser más dura incluso que la de Abu-Ghraib en Guantánamo, tiene la capacidad de albergar a tres mil reos entre los que hay terroristas, narcotraficantes, cabecillas de mafias peligrosas, y criminales violentos o propensos a escapar.
Por ello, las autoridades penitenciaras de EEUU consideran que es el lugar ideal para El Chapo, el capo del Cártel de Sinaloa que tiene habilidades de Houdini: se escapó dos veces de penales de máxima seguridad en México. La fiscalía federal de Nueva York remitió un documento al juzgado de Brooklyn que ve su caso, en el que señala que “es difícil imaginar otra persona con mayor riesgo de fuga" que Guzmán Loera.
La cárcel neoyorquina está compuesta por dos edificios de nueve celdas gemelas separadas y conectados por un túnel subterráneo. El recinto carcelario está protegido por barricadas de acero que pueden frenar un camión de siete toneladas y media. Y tiene cámaras capaces de leer un periódico a una manzana de distancia.
Tal parece que un túnel y corromper a los carceleros no serán suficientes para que el jefe del Cártel de Sinaloa pueda escapar como lo hizo del Atiplano I, en julio del 2015. Sin embargo, algunos reos han logrado escapar del MDC. El caso más conocido ocurrió en 1981, cuando un prisionero casi logra subir a un helicóptero secuestrado. Entre los que tuvieron éxito, está un preso que fugó por una ventana del segundo piso, tras bajar usando el cordón eléctrico de una máquina usada para lustrar los pisos. El sujeto en mención aún está en la lista de los fugitivos más buscados en EEUU, en la que fue incluido en 1990.
Pese a que el MDC alberga 795 individuos en la actualidad, es poco probable que El Chapo pueda interactuar con ellos. Los prisioneros calificados de alta peligrosidad son resguardados en un ala llamada 10 South. Ahí está el capo mexicano, sometido a un régimen de 23 horas dentro de su celda y una hora en una azotea protegida por mallas metálicas. La luz está prendida todo el tiempo, o sea, los reos no saben si es de día o noche, y no pueden hablar entre ellos.
La comunicación entre los agentes penitenciarios y El Chapo es mínima y tiene que ser autorizada por las autoridades pertinentes. El narco solo puede tener comunicación directa con su abogado. Los oficiales que tienen contacto con Guzmán son sometidos a un riguroso control tal, como con los otros presos.
El Chapo llegó a Nueva York procedente de Ciudad Juárez, donde estaba recluido a la espera de su extradición el jueves de la semana pasado, es decir, en el último día de Barack Obama como presidente y en la víspera de que lo suceda Donald Trump. El tratado extradición entre México y EEUU, bajo el cual fue entregado el capo de Sinaloa, contempla que Guzmán podrá ser juzgado, no solo por los delitos que se imputan hasta la fecha, sino también por otros que surgan en las cortes estadounidenses en las que comparecerá.
Trascendió que El Chapo aceptó ser extraditado a EEUU con la única condición de que no pueda ser condenado a muerte, y quizá esa fue la razón por la que el narco no fue entregado a la justicia de los estados de California o Texas, en los que la pena capital se aplica.
(Imagen de cabecera: AFP)
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