Post: El Minedu lo explica con cifras y dibujitos pero para algunos todo sigue siendo 'ideología de género'

El último lunes una encuesta de Ipsos publicada en El Comercio mostraba que un gran porcentaje de peruanos no se oponía a la inclusión del enfoque de género en el Currículo Nacional de Educación Básica, el mismo que tiene como objetivo promover la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres , así como el respeto y la tolerancia a la diversidad entre los escolares.

Sin embargo la campaña promovida por sectores ultraconservadores encabezados por iglesias evangélicas y ahora también la Conferencia Episcopal insiste en oponerse a este objetivo argumentando que lo que se pretende imponer es una supuesta 'ideología de género', término que ni aquellos que lo repiten con mayor ferocidad consiguen explicar.

Quizá por esto precisamente el Ministerio de Educación encargó la realización de la encuesta e insiste en explicar del modo más sencillo posible cuál es el objetivo real de la aplicación de este enfoque. ¿Su último recurso? Apelar a los dibujos, sí, para ver si así se entiende.

Un gráfico publicado este martes y al que horas después se sumó un comunicado en el que se aclaraba -por enésima vez- el objetivo real del currículo.

"El Currículo Nacional de la Educación Básica, desde el 2004, incluye el enfoque de igualdad de género, el cual reconoce el mismo valor en hombres y mujeres, y busca que, más allá de las diferencias biológicas, ambos tengan acceso a los mismos derechos, deberes y oportunidades. En ese sentido, el Ministerio de Educación reafirma que el Currículo Nacional promueve la igualdad y la no discriminación dentro y fuera de las escuelas, reconociendo a la familia como la base de un país próspero".

Incluso Pilar Biggio, asesora pedagógica del Minedu, se presentó en televisión para explicarlo.

Sin embargo muchos parecen no entender ni con entrevistas, ni comunicados, ni con 'dibujitos' y la publicación de este material en la página oficial del Ministerio de Educación en Facebook solo ha mostrado una vez más la polarización en torno al tema. Aunque, digamos, los comentarios opositores mostraran un fundamentalismo y desinformación al que cuesta acostumbrarse.

Por ejemplo...

A quienes le echan la culpa a un señor 'vestido de saco y corbata'.

Felizmente no todo parece tan... ¿increíble?... Y nos encontramos también con comentarios en los que se denuncia la forma en que se busca desinformar a los padres de familia sobre el contenido del currículo.

Claro, es que si lees, nadie te engaña.

Pero si no lees...

Porque claro, de haber leído el cuento cuyo título original es "Érase el mundo al revés…", (y que se encuentra incluido en un texto que el Ministerio de Educación ha aclarado no se encuentra vigente), se habría dado cuenta que no hay nada escandaloso en su contenido salvo que los personajes tienen el sexo contrario al de la famosa versión popularizada por los hermanos Grimm. Es decir, en vez de una niña vistiendo una caperuza -prenda que no entendemos por qué debería ser asociada a un género específico- se trata de un niño llevándole dulces a su abuelito y que en el camino se encuentra con una loba que se lo come y a quienes rescata una cazadora. ¿En qué cambia el cuento? En nada, la enseñanza sigue siendo la misma.

Pero volviendo a los comentarios... también nos encontramos con aquellos que ya no tienen ganas de mandar a sus hijos al colegio.

Pero felizmente nos encontramos a gente más serena y concisa.

Aunque después nos topemos con quien se lamenta de que no con esto no le dejen gritar a sus hijos.

Si estamos en un estado laico...

¡Cuidadito con enseñar a los niños a 'dicidir', eh! ¡Carambas!

Porque la homosexualidad no es 'normal', pues. Porque va en contra de la religión y no puedes violar nuestro derecho a discriminar. ¿Dónde está la tolerancia, caray?

No dañemos 'la filosofía de la sociedad'.

¡Respeten el 'diseño original'!

En fin. Si has llegado hasta aquí, estimado mulero, tranquilo, no todo es tan malo. Piensa que si el resultado de la encuesta es positivo, es porque, como decíamos líneas arriba, quien lee no se deja engañar.