El último fin de semana, el presidente Pedro Pablo Kuczynski se refirió en duros términos al Consejo Nacional de la Magistratura (CNM). La institución encargada de la selección, nombramiento, evaluación, ratificación y destitución de jueces y fiscales no solo está en crisis; también es responsable, en buena medida, de la clase de justicia que tenemos en el Perú.

El mandatario dijo que no confía nada en el CNM. Y casos como el del juez de Huaral Ismael Orozco, quien liberó a toda una banda de peligrosos delincuentes y de un plumazo se tumbó el trabajo conjunto de más de ocho meses de la Policía y la Fiscalía, refuerzan esa desconfianza. Ya fue destituido, pero el daño a la lucha contra la delincuencia, el crimen organizado y la institucionalidad del país ya está hecho. Como Orozco, hay muchos otros jueces que no deberían estar impartiendo justicia.

PPK se mostró a favor de cambiar la composición del CNM. Para el mandatario, esta institución debe estar compuesta solo por tres personas de altísimo nivel: una que sea nombrada por el Congreso, la otra por el Poder Judicial y la última que sea designada por el Ejecutivo.

Para ello, Kuczynski anunció que su gobierno llevará al Legislativo una propuesta de reforma para modificar el artículo 155 de la Constitución, el cual fija que el CNM está conformado por siete miembros a los que se les denomina consejeros y que los nombran la Corte Suprema, la Junta de Fiscales, los Colegios de Abogados y los otros Colegios profesionales del país, así como por las universidades públicas y privadas.

"Creo que el CNM debe existir, pero su composición debe cambiar. Primero vamos a conversar a ver si hay la posibilidad de hacer ese cambio", dijo PPK el domingo en Latina, en una entrevista en la que también ratificó su compromiso de reformar otras instituciones claves del país, como el Poder Judicial,  la Policía Nacional y el Ministerio Público.

La pretensión presidencial de reformar el CNM ya la había adelantado Kuczynski durante la campaña. En concreto fue en febrero pasado, cuando participó en la VI Conferencia Anticorrupción. En ese entonces dijo que en el Consejo Nacional de la Magistratura "se negocian" los nombramientos de jueces y fiscales. Ahí empieza la putrefacción de todo el sistema de justicia.

¿Cómo un consejero como Segundo Morales Parraguez, quien contrató a su futuro yerno como asesor del CNM luego de acomodar a su conveniencia los requisitos para el cargo, podrá nombrar a magistrados probos o destituir a los corruptos o ineptos? Antes de ser miembro del CNM, fue juez supremo. Desde esa posición, también le consiguió trabajo a su hija en el Poder Judicial.

Esto solo nos da una idea mínima de cómo se manejan las cosas dentro del CNM. Casos como el de Morales Parraguez, o antes el de Alfredo Quispe Pariona, quien tuvo que se vacado luego de ser electo, obligaron el actual jefe de la institución, Guido Águila, a anunciar que, en un plazo de cien días, se tomarán medidas para hacer más transparentes las decisiones del Consejo Nacional de la Magistratura.

Una de las medidas más importantes, según Águila, será poner al alcance de todos los ciudadanos la Ficha Única del Magistrado que contendrá toda la información curricular y funcional los jueces y fiscales. También dijo el CNM difundirá todos los procesos de selección, nombramiento, evaluación y ratificación de magistrados a través de los portales web del Poder Judicial, Ministerio Público y del Minjus.

El CNM también presentó un proyecto de ley para que se amplíen sus facultades para sancionar a jueces y fiscales, pero la propuesta encontró resistencias dentro de las instituciones del sistema de justicia.

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