La problemática en torno al proyecto minero Las Bambas ha puesto contra las cuerdas al gobierno de Pedro Pablo Kuczynski y con ello -definitivamente- la luna de miel con el Ejecutivo se ha acabado. Si con el caso del 'Negociazo' del exasesor presidencial Carlos Moreno se resaltó la debilidad del Gobierno para luchar contra la corrupción, con la muerte de Quintino Cereceda se ha abierto otro flanco político: el de los conflictos sociales.
El debate, por supuesto, ha traspasado los muros de Palacio de Gobierno y del Congreso de la República. En los medios de comunicación -por ejemplo- especialistas y analistas se han enfrascado en encendidos debates que han dejado traslucir -en algunos casos- poca tolerancia hacia quienes tienen posiciones contrarias a las suyas.
El maniqueísmo, por otro lado, también es un elemento presente en el tratamiento y debate sobre los conflictos mineros. Para algunos analistas, las demandas de las comunidades campesinas de Cotabambas se generan a partir de ONG malvadas y agitadores políticos.
En otras palabras, los ciudadanos que residen cerca de una proyecto minero son seres fácilmente influenciables y con poca capacidad para pensar. Al respecto, el antropólogo Javier Torres Seoane hizo un apunte importante:
" La población es una suerte de comparsa, ni siquiera actores de reparto, sino simples extras que son arrastrados por los "malos", a una pelea que no entienden por su supuesta ignorancia y atraso. El problema es que casi siempre esos "extras" son los que ponen la cuota de muertos, pero eso es irrelevante para los "conspirólogos" que solo entienden de indicadores de crecimiento".
Como dijimos anteriormente, el debate ha trascendido del escenario político hacia el ámbito ciudadano. Así, los peruanos han expresado a través de las redes sociales sus posturas respecto al conflicto por la mina Las Bambas; lo cual no está mal.
El problema surge cuando al opinar se exponen prejuicios, insultos y hasta racismo hacia compatriotas de ascendencia indígena. Calificativos que nos hacen retroceder a tiempos coloniales, cuando existían ciudadanos de diferentes clases.
En LaMula.pe le hemos echado un ojo a los comentarios de este tipo que fueron publicados a través de Facebook en nuestras notas sobre la crisis social que vive Apurímac.
A continuación, nuestra selección:
RACISMO Y CLASISMO: ¿NO SON CIUDADANOS DE PRIMERA CLASE?
"COMUNEROS MEDIOCRES E IGNORANTES"
"LES HAN DADO PLATA", "LOS FINANCIAN"
¿A LA POLICÍA SE LE RESPETA?
CONFLICTO SOCIALES Y MACHISMO
[Foto de portada: Las Bambas]
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