México no es un país seguro para las mujeres. Y es que cada hora se cometen 68 delitos sexuales, un panorama que hace revivir la polémica sobre por qué es tan frecuente el acoso y qué se debe hacer para detenerlo.
Pero contrariamente a cómo se afrontaba la situación hace algunos años, ahora las mujeres no se quedan calladas sino que denuncian ante los medios de comunicación los ataques de los que son víctimas diariamente. Ya nadie calla.
El transporte público y las calles
Utilizar el transporte público es un riesgo para toda mexicana, una situación que no dista mucho de la nuestra. Los sobrecargados autobuses y metros hacen imposible que se pueda viajar segura, sin establecer contacto físico con otros pasajeros.
El 65% de las usuarias del transporte público en Ciudad de México víctimas de violencia de género, mientras que el 40% ha cambiado su vestimenta para evitarse problemas y al 25% se les ha tomado fotos o videos sin permiso.
Es de esta manera que el contexto se vuelve propicio para una avalancha de tocamientos intencionales. En ese sentido, Ninde de 24 años quien fue vulnerada sexualmente en el metro, asegura a la BBC:
"Lo que me resulta preocupante es pensar hasta qué punto hemos llegado a normalizar estas situaciones de violencia. Se llegó al punto de que la mujer tiene que aprender a convivir con que su cuerpo en el transporte público no es enteramente suyo".
Frente a este problema las autoridades de la ciudad de México lanzaron hace ocho años el programa 'Viajemos seguras', una iniciativa que plantea vagones exclusivos para las mujeres. Sin embargo, al no estar en funcionamiento constante y a veces sin control policial para vigilar que no se suban hombres, el experimento no ha resultado muy fructífero.
Sin embargo, el acoso y los tocamientos no solo se dan en el transporte público. Otro de los casos que llegó a los medios de comunicación a inicios de marzo fue el de Andrea Noel, una periodista estadounidense que residía en la capital mexiana.
Mientras caminaba por una de las calles del barrio de la Condesa, un hombre le levantó el vestido, bajó su ropa interior y se alejó corriendo.
Sin embargo, no contaba con que la periodista consiguió la filmación de una de las cámaras de seguridad, colocó el video en su Twitter e hizo la denuncia ante la justicia. A pesar de ello, luego del incidente decidió que después de vivir tres años en Ciudad de México y varias otras partes del país, ya era momento de partir. En ese sentido le dijo a la BBC:
"Soy periodista, escribo sobre feminicidios, pero no me había tocado ser el objeto de tanto odio y si recibes miles de mensajes diciendo que eres una puta y una pendeja, entonces dices güey, mejor me voy a un lugar donde no piensen de esta forma".
El ataque de la sociedad
Después de divulgar las agresiones que sufrieron en sus redes sociales, Ninde y Noel recibieron una avalancha de mensajes ofensivos, insultos y hasta amenazas de muerte.
A Ninde le dijeron que debería sentirse bien de que un hombre se haya masturbado pensando en ella, que si es consciente de que el metro va repleto debería tomar un Uber o que estaba mintiendo y la evidencia de la eyaculación en su pantalón era solo yogurt.
Asimismo cuando fue a hacer la denuncia, una de las primeras cosas que le dijeron en la fiscalía fue '¿Va a denunciar? El trámite tarde de 4 a 6 horas', una muestra más de que las autoridades no se ponen en el lugar de la víctima y sacan cara, aunque indirectamente, por el agresor.
Y no se trata de una excepción a la regla, pues a Noel le explicaron que debía realizarse un examen psicológico puesto que su atacante tenía derecho a saber quién lo acusaba y si estaba 'loca' o no. En ese sentido narró a la BBC:
"Fue una tortura. Dura cinco horas si tienes suerte, te preguntan a qué edad te desvirgaron, cómo era la relación con tu padre, cómo defines la palabra sexualidad, dibuja una casa, un árbol, un hombre y narra un párrafo sobre el hombre que dibujaste (...) ahí me tienes llorando, temblando y dibujando un puto árbol, es ofensivo. Da coraje y no es por mi caso, este es el menor de los casos, en cada momento me he imaginado en cada paso del proceso, imagina si me estuviera violando mi marido".
El sistema falla
Las autoridades mexicanas reconocen que hay aspectos en el sistema que deben ser mejorados. En ese sentido Teresa Incháustegui Romero, la directora general del Instituto de las Mujeres de Ciudad de México, dijo:
"Ese proceso tiene que cambiar. No puede ser que una mujer tenga que esperar tres horas y someterse a todo un rollo de este tipo por eventos que pudieran sancionarse más eficazmente y mandar una señal más certera de que no vamos a tolerar esto".
Asimismo indica que existe un 'amplio desconocimiento' en el sistema judicial de los derechos de las víctimas, una 'falta de sensibilidad' y mucha impunidad, en parte, por una cultura que responsabiliza a las víctimas y ve como normal el acoso y el hostigamiento sexual.
Por su parte, el primer diagnóstico sobre la atención de la violencia sexual en el país publicado el mes pasado y realizado por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) también cuestiona el sistema.
Es así que indica que aún existen códigos penales donde se deben probar los resultados materiales consistentes en un daño o perjuicio para que se pueda configurar el delito de hostigamiento sexual.
En ese sentido, Incháustegui reconoce que los medios constituyen una gran oportunidad para 'sensibilizar sobre el problema, tanto a la población como al gobierno.
Para la directora del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, Ximena Andión Ibáñez, la clave de la resolución de la problemática radica en combatir las actitudes de muchos hombres que ni siquiera las ven como negativas:
"Me parece que es fundamental empezar con aquellas expresiones que parecen chiquitas de violencia pero que son fundamentales para ir rompiendo esos círculos de impunidad, esos círculos de violencia e ir desnormalizando la violencia. El tema del acoso en las calles y el transporte", afirma, "parece algo mínimo pero para las mujeres significa la decisión de salir o no a la calle, de cómo sales, a qué hora, cómo te vistes".
Vivas nos Queremos
Bajo el hashtag #VivasNosQueremos, el 24 de este mes las diversas organizaciones sociales realizarán marchas en más de 20 localidades del país, una movilización nacional contra la violencia machista. Según sus organizadores, el objetivo es:
"Sumar a todas las personas que deseen tomar acciones para visibilizar, cuestionar y denunciar todas las violencias machistas de las que las mujeres somos víctimas todos los días, en todos los espacios".
El miedo normalizado
La columnista y feminista colombiana Catalina Ruiz Navarro, quien radica en México, cuenta que cuando le gritan por la calle no se queda callada:
"A uno le dan ganas de regresarse a la casa y además uno se siente culpable. Ahora que hace calor y estoy caminando por México con esta falda hoy le he gritado a tres tipos en la calle: ¡¿Por qué eres tan hijueputa?! ¡Ven y dímelo en la cara!. La manera en que nosotros habitamos el espacio es de permanente autodefensa".
Asimismo dice que aunque no lo hace consciente, cuando camina por la calle mira si hay lugares oscuros u hombres en grupo. Es así que afirma que cada vez que se enfrenta a un espacio tiene que hacer un análisis de riesgo para ver si puede transitar.
Por su parte, el periodista Daniel Moreno, director del portal Animal Político, escribió una columna titulada 'Este texto es solo para hombres':
"En este país, una mujer debe saber que en la calle, en la oficina o en la escuela, hay hombres convencidos de que pueden agredirla, acosarla, insultarla, solo porque son mujeres. Y no hablo de hombres 'enfermos', sicópatas. Hablo de casi cualquier hombre-jefe-compañero-pariente-colega-desconocido, que además sabe que su agresión quedará impune. Gente común, que ha normalizado esta violencia".
Para el periodista el verdadero desafío consiste en cambiarle la mentalidad a estos hombres. Por ejemplo, para Ruiz Navarro, el remedio es confrontarlos y hablarles:
"Es un trabajo de reeducación, mi esposo te dirá que es un macho en rehabilitación (...) Todas las mujeres tenemos que hacer esto todo el tiempo. Hay que educar a nuevos hombres, porque a los hombres de mi generación los educaron machistas".
Los apoyos
La campaña 'Hazme el paro' tiene como objetivo que los pasajeros y choferes no se queden callados cuando son testigos de una agresión sexual en el transporte público.
Por medio de una aplicación, los usuarios podrán reportar cualquier abuso a la Secretaría de Seguridad Pública. Además también tiene la opción de hacer sonar una grabación de advertencia: 'Lo que está haciendo es un delito y los demás se han dado cuenta'. Al respecto, Andión Ibáñez explicó:
"La idea es hacer corresponsables a los hombres y a las mujeres y a todo el mundo de prevenir el acoso, cómo más allá de esperar una respuesta de la autoridad puede haber una respuesta de la comunidad".
Por su parte, Inmujeres ya prepara el lanzamiento de la campaña 'Ciudad segura y amigable para las mujeres' y la Secretaría de Gobernación recientemente puso en marcha la iniciativa 'Nosotros por ellas'. El principal objetivo es promover la construcción de un nuevo modelo de masculinidad que fomente el respeto, la igualdad y la equidad de género.
Es así que se han tomado medidas como promover la igualdad desde el jardín de niños, pasando por la equidad salarial y hasta mayor licencia de paternidad, todo ello en aras del empoderamiento de la mujer. En ese sentido, Andión Ibánez agregó:
"Lo que hay que hacer con los hombres es una reflexión sobre el tema de las masculinidades. Es trabajar con hombres y mujeres sobre los roles que les ha asignado la sociedad. Se necesita realmente una respuesta multidimensional, de muchos niveles, desde lo personal hasta lo institucional... lo educativo, las campañas, los medios de comunicación, y las personas y los cambios personales, va a tomar muchísimo tiempo".
(Con información de la BBC Mundo)
(Foto de cabecera: expressmetropolitano.com.mx)
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