Mad Max vuelve del pasado para llevarnos al futuro. Una madre protege a su hijo de un mundo horrendo. Una niña viaja de un país a otro para cambiar de vida mientras Matt Damon viaja de un planeta a otro para crear vida y Tom Hanks viaja a la muralla de hierro para salvar una vida. Un equipo de economistas trata de sacarle la vuelta a la crisis financiera; otro equipo, pero de periodistas, le da una estocada a la iglesia católica. Finalmente, un solo hombre se enfrenta a la violencia de la naturaleza (y de las personas) tratando de no perder de vista su razón para sobrevivir.
Solo un acontecimiento como los premios Oscar podría reunir a ocho películas tan disímiles en tema, público y presupuesto en una sola categoría. Para confirmar los extremos en los que se encuentran las nominadas como Mejor película, basta decir que Brooklyn, el drama sobre una chica que migra de Irlanda a Estados Unidos, costó 11 millones de dólares. Mad Max: Fury Road costó 150. Las otras seis están en algún lugar intermedio, pero solo The Revenant y The Martian pasan la valla de los 100 millones.
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Las diferencias entre las películas nominadas parecen ser su mayor fortaleza. Esto se comprueba por la vía negativa al ver cómo Spotlight y The Big Short, las únicas que se parecen entre sí gracias a su fuerte mensaje político y trabajo de elencos en vez de protagonistas fuertes. Como resultado, lo más probable es que los votos de la Academia se dividan entre ambas, dejándole la cancha libre a The Revenant, la favorita de muchos y apuesta más segura para varias de las categorías más importantes.
La poderosa épica de Alejandro G. Iñárritu, en la que el personaje de Leonardo DiCaprio se pelea primero con un oso y después con su irresistible necesidad de sobrevivir, tiene casi asegurado el mayor galardón que se entregará este domingo en el Teatro Kodak. Para apoyar la tesis de la victoria de The Revenant en los Oscar está el hecho de que todas las predicciones apuntan a que su director de fotografía Emmanuel Lubezki, su protagonista DiCaprio y su director Iñárritu se irán con una estatuilla cada uno. Quizá lo que más le juega en contra es el hecho de no estar nominada en la categoría de guion: la última película que ganó el premio mayor de los Oscar sin estar siquiera nominado por su guion fue Titanic, en 1998.
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Con los votos de Spotlight y The Big Short repartidos entre las dos, la mayor afrenta que le queda a The Revenant es Mad Max: Fury Road. Aunque a la acción de alto octanaje de George Miller le juega en contra el género en el que está enmarcada, la Academia la ha nominado para diez premios. Sería poco convencional que una película de acción gane el Oscar a la Mejor película, pero Fury Road es poco convencional y, antes del estreno de The Revenant, era la favorita tanto para el premio principal como para el de Mejor director. A estas alturas, sin embargo, que Mad Max: Fury Road gane es más un deseo que una posibilidad real.
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Los directores legendarios Ridley Scott y Steven Spielberg participan con The Martian y Bridge of Spies, respectivamente. Aunque ambas tienen nominaciones en las categorías de guion y de actuación, su ímpetu comercial no alcanzó el de The Revenant o Mad Max, y salieron perdiendo ante películas más independientes, como Spotlight y The Big Short, en cuanto a potencia política.
Las dos películas restantes, Brooklyn y Room, son dramas que giran alrededor de mujeres, y la verdad es que la Academia, compuesta en su mayor parte por hombres blancos mayores de sesenta años, no tiene mucho amor por las protagonistas femeninas: la última película claramente centrada en una mujer en ganar el Oscar más importante fue Million Dollar Baby, en 2004. En este sentido, que este año sean dos las películas 'sobre mujeres' que alcanzaron la categoría de Mejor película representa una mejora respecto al año pasado, cuando ninguna de las nominadas tenía una protagonista mujer.
Dicho esto, tras el escándalo de un segundo año sin ninguna nominación para actores o actrices que no sean blancos (o películas que sean protagonizadas por alguien que no sea blanco) la Academia está haciendo un esfuerzo por implementar políticas que incentiven la diversidad de raza y género entre sus votantes. Con un poco de suerte, y aunque The Revenant se merece el prestigio que ha adquirido desde su estreno, la competencia de los próximos años estará mejor equilibrada.
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