La historia de Carmen Guzmán, ciudadana venezolana que desde hace cinco años reside en el Perú, comenzó como un sueño dorado. Cuando todavía vivía en su país, conoció a un peruano del que se enamoró, y con el que se casó en 1998.

En Venezuela, tuvo a sus cuatro hijos con este hombre. Hasta el 2010, año en que decidieron venir al Perú, la relación había sido normal. Como cualquier pareja, pasaron cosas buenas y malas. Pero lo peor estaba por venir para Carmen.

"Cuando llegamos, mi marido comenzó a cambiar (...) me comenzó a maltratar psicológicamente. Él nacionalizó a mis hijos, dándoles el DNI y conmigo no quiso tramitar nada, no me quiso dar ningún tipo de papel, y me quedé de ilegal en el país "

Pero eso no fue todo, pues en el año 2013 "comenzaron los maltratos físicos", de parte de su esposo, ante lo cual decidió "separarse de cuerpo". A partir de ese momento "decidió no ayudarme en nada, dejándome en este país prácticamente sola. Mi esposo no me da para el alimento de los niños, ni mucho menos un techo, un lugar para vivir con mis hijos".

Carmen también contó lo que tuvo que hacer para poder subsistir junto a sus hijos:

"Yo he tenido que sobrevivir vendiendo golosinas para poder darle de comer a mis hijos, porque me han sacado de varias empresas y no me dan trabajo porque yo no tengo documentos. Mi esposo no me quiso dar la carta de garantía, y Migraciones me dijo que si él no me daba la carta de garantía, ellos no me podían ayudar "

Por si fuera poco, junto a los maltratos y el abandono, Carmen sufrió una "emboscada" de parte de su esposo:

"Mi esposo me denunció por maltrato a mis menores niños, cuando eso es mentira (...) él me ha hecho un juicio con la única intención de quitarme a mis hijos, y Migraciones no ha querido apoyarme, sino que ha querido expulsarme del país, no importándole que tengo cuatro niños peruanos". 

Pero lo peor del caso es el fallo de la fiscal de familia de San Juan de Miraflores, María Tumba, que ha ordenado que Carmen regrese con sus cuatro hijos junto a su marido. De no hacerlo, sus hijos serán enviados a un albergue.

Además, esta misma fiscal, de apellido Tumba, ha ordenado "medidas de protección" para el marido de Carmen, pese a que esta ha comprobado las agresiones sufridas con médicos legistas. 

Ante lo peligroso del caso, representantes del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) le recomendaron que no se acerque al agresor; pero no han tomado otras medidas.

Expuesta esta situación, Carmen ha hecho la siguiente invocación:

"Lo único que quiero, que pido, es que mi situación migratoria se arregle, Quiero estar legal en el país, poder trabajar y tener un trabajo digno con sus beneficios, poder sacar adelante a mis hijos, poder educarlos, darles un hogar".

Aquí un vídeo que en el que Carmen explica toda su vivencia:

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