Parece que el Ministerio del Interior y la Superintendencia Nacional de Migraciones de Perú se han olvidado que no hace mucho los peruanos en el extranjero éramos víctimas de las más duras políticas migratorias xenófobas, que obligaron a miles de compatriotas a permanecer como ilegales, a sobrevivir sin derechos básicos en el exterior.

Eso parece, pues hoy Perú maltrata a los migrantes, negándoles la permanencia y los derechos ciudadanos. Una afectada reciente ha sido la directora del Festival Internacional Cortometrajes (FENACO-Perú), Inés Agresott González. Esta es su historia. 

LA LUCHA DE AGRESOTT

Nacida en Colombia, Inés se casó con un ciudadano peruano y decidió hacer su vida en Perú desde 2001. Luego de algunos años, tuvo una hija; pero las cosas no funcionaron  y se divorció. El 2008 contrajo matrimonio, en Lima, por segunda vez.

En 2014, Inés se acercó a Migraciones con el fin de solicitar la prórroga de residencia del Carné de Extranjería como hace puntualmente cada año. Sin embargo, Migraciones se la negó alegando razones administrativas y también cuestionó la validez legal de su segundo matrimonio, con el ciudadano de nacionalidad peruana Christian Wiener.

Inexplicablemente, le retuvieron el carné. De la noche a la mañana, el Ministerio del Interior le quitó la posibilidad de ejercer sus derechos en nuestro país. Sin explicación.

El próximo 8 de enero, Inés Agresott deberá presentarse a una audiencia en el Poder Judicial por el pedido de Habeas Corpus que interpuso a Migraciones. En caso de serle negado, Inés será expulsada del país y será separada de su hija, esposo, amigos y trabajo.

En solidaridad con Inés, los artistas y ciudadanos se han unido para acompañarla este jueves con un plantón en la cuadra 5 de la avenida Abancay, frente al Poder Judicial a las 9:00 a.m.   

El caso de Inés resulta doblemente indignante por varias razones. En primer lugar, se trata de una ciudadana que llegó al Perú para promover la cultura cinematográfica y, desde entonces, su labor ha sido reconocida por varios artistas, directores y actores locales a nivel nacional e internacional. Se trata, pues, de una persona que ha dedicado 13 años de su vida a difundir la cultura peruana. 

En segundo lugar, es insólito que una ciudadana se vea afectada de manera tan extrema porque la Ley de Extranjería resulta difusa incluso para los mismos funcionarios, al punto de llegar a ser interpretada de manera arbitraria, siempre en perjuicio de los extranjeros. 

VÍA CRUCIS LEGAL 

Inés Agresott se acercó el 2008,  junto con su segundo esposo de nacionalidad peruana, Christian Wiener, a informar sobre su primer divorcio y nuevas nupcias. 

“Allí nos informó el funcionario de turno los requisitos y papeles para actualizar mi situación, con los cuales cumplimos en presentar en su oportunidad, sin mayores contratiempos. Por esta razón, en septiembre de ese mismo año [2008] la oficina migratoria me da un nuevo carné, con el mismo número, y con vigencia hasta el año 2013”, nos cuenta a través de una conversación telefónica. 

“Al vencerse la vigencia del carné, me fue entregado un nuevo documento con el mismo número, lo que confirmaba una vez más la regularidad oficial de mi situación migratoria”, recuerda

El “error” burocrático vino después, en julio de 2014, cuando Migraciones le comunica notarialmente que el trámite de renovación no procede porque “supuestamente amparándose en la interpretación del artículo 4 del TUPA de la institución, habría cambiado mi calidad migratoria hace seis años al divorciarme de mi primer cónyuge, no reconociendo mi segunda relación”, nos dice Inés.

En otras palabras, la oficina de Migraciones, valiéndose de una reinterpretación del artículo 4, ha decidido invalidar todos los trámites que Inés había hecho desde el 2008. Así lo ratifica el jefe de la Superintendencia Nacional de Migraciones, general Edwin Palomino Vega, quien, en entrevista a Andina, declaró que Inés Agresott tiene orden de expulsión debido a que, al estar casada con un peruano tenía calidad de "familiar de residente", pero tras divorciarse perdió ese estatus. 

La Defensoría del Pueblo se ha pronunciado a favor de Inés para denunciar la arbitrariedad con que Migraciones interpreta la Ley de Extranjería en perjuicio de los inmigrantes. En un documento dirigido al jefe de la Superintendencia Nacional de Migraciones, Edwin Palomino Vega, el 22 de setiembre de 2014 explican lo siguiente:

Puede leer la carta completa aquí.

Para Inés, “es obvio que la Ley de Extranjería no tiene reglamento y queda a la interpretación del funcionario de turno. Y eso no ayuda si tomamos en cuenta que la política del general Palomino, el ministro Daniel Urresti y el presidente Ollanta Humala es extremadamente xenófoba, especialmente contra los colombianos. Por eso recurro al habeas corpus”. 

Y añade, “mi caso ha llamado la atención porque pertenezco al medio cultural y mi esposo es muy respetado y, felizmente, tenemos una excelente relación, pero ¿qué hay de aquellas mujeres que quedan totalmente dependientes de un esposo que las maltrata? ¿Qué pasa si un día el esposo manipula a la mujer chantajeándola con dejarla y quitarle a los hijos? ¿O sea ella no podrá defenderse porque simplemente no tendrá derechos ciudadanos, porque "perdió” el “vínculo familiar” tras el divorcio?  Esa es la terrible situación de las leyes de inmigración peruanas. No ofrecen protección ni a los hijos ni a las mujeres ni a ningún extranjero. Nos persiguen arbitrariamente." 

Esta situación la ha llevado, junto con otros inmigrantes, a crear una petición a favor de la reestructuración de la Ley de Extranjería para que se promulguen nuevas normas migratorias que no vulneren los derechos humanos. Puede ayudar, firmando la petición en este enlace.

Foto de portada: Rosana López Cubas