Alrededor del 40% de los venezolanos pertenecen a esa facción electoral que no tiene mucho espacio en la vida política del país desde que Hugo Chávez iniciara la revolución socialista que años más tarde heredó Nicolás Maduro. 

Son hombres, mujeres y jóvenes que no tienen tiempo, y menos ánimo, para pensar por quién votarán en los comicios legislativos de este próximo 6 de diciembre, elecciones lideradas por la disidencia hasta el momento. 

Pero según la encuestadora Datanálisis, los 'independientes', ni de la oposición ni del oficialismo, no son necesariamente apáticos pues al menos la mitad de ellos tiene la intención de emitir su voto en las elecciones parlamentarias.

Deidy Martínez es una de ellas. 

La ama de casa de 40 años explicó a la agencia AFP que antes era seguidora de Hugo Chávez, pero que con la toma de poder de Maduro, se desencantó del chavismo. Es así que lejos de simpatizar con la oposición, se considera dentro de los 'ni-ni' del electorado en Venezuela. 

Y este no es un fenómeno aislado en el panorama electoral del país. 

Una importante facción de los independientes que antes terminaban embelesados por los discursos de Chávez, están completamente desencantados con su nuevo líder. Al respecto, el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, explicó:

"Una parte importante de independientes antes terminaba votando por Chávez. Él los convencía aunque no fueran chavistas. La diferencia en esta elección es que la mayoría está absolutamente decepcionado con este gobierno y que Maduro no es un líder carismático".

El costo de vida

La oposición pide a los independientes un 'voto castigo' contra el régimen de Maduro por la escasez de productos y el alto costo de vida. 

Por su parte, para Maduro, los 'ni-ni' son los que califica como 'descontentos y confundidos' que no se dan cuenta que la crisis es resultado de la 'guerra económica' de los empresarios de la 'derecha oligarca'. 

Sin embargo, lo único que a Deidy le interesa es dejar de hacer 'colas de cuatro horas' para comprar harina, café y hasta los pañales que, a diario, su hijo mejor necesita. 

Asimismo, en el otro lado de la capital, en la barriada de Petare, Virginia Castro, una mujer de 64 años, se lamenta puesto que 'no consigue nada y todo está por las nubes':

"Hay que madrugar para hacer cola y a veces, cuando llego, ya se acabó lo que iba a comprar". 

Y a pesar de que una parte de los alimentos y medicinas se establecen con precios muy bajos, fijados sobre una tasa oficial de 6,3 bolívares por dolar, muchos de ellos escasean o su compra se encuentra regulada. 

Por otro lado, también hay productos con precios dentro del mercado alternativo, donde el dólar está a 880 bolívares. Es así que sus costos son imposibles de pagar en un país donde la inflación oficial se sitúa en 85%, y en 200% según los analistas. 

Al respecto, Daydi se lamenta:

"Mi esposo gana el salario mínimo (9.522 bolívares equivalentes a 11 dólares mensuales en el mercado negro). La situación es crítica".

Y los profesionales no están exentos de la crisis pues Guido Sanz, un técnico de finanzas de 64 años, cuenta que tiene que dar clases particulares en su casa para llegar a un suelo de 13.000 bolívares (15 dólares):

"Los profesionales también la están pasando muy mal".

¿Dónde se inclinará la balanza electoral?

León explica que la situación de los independientes podría definirse al estudiar la competencia y 'voltear a ver si existe alguna alternativa':

"No necesariamente todos la encuentran, porque tampoco se identifican con una oposición por ahora sin oferta clara, sólo con un discurso de 'cambio' y 'castigo'. Pero en su evaluación de la crisis económica estaría el riesgo que desbalancea las fuerzas del gobierno".

Es así que Virginia al ser cuestionada sobre su voto en las próximas elecciones, dijo:

"¡Cónchale! No tengo ni ganas de votar porque mira cómo está esta broma, me decidiré por uno cuando esté votando. El gobierno de Maduro no sirve, pero tampoco creo en la oposición, ni siquiera los conozco".

Por su parte, Guido afirmó que viciará su voto:

"Es una incertidumbre. No apoyo a la oposición para nada, pero no puedo avalar a un gobierno que le está tirando a matar al pueblo con un país donde comprarse un par de zapatos y conseguir los alimentos cuesta un puyero (muchísimo)".

Finalmente, Deidy dice tener muy presente que si no va a votar o en su defecto, vota en blanco, favorecerá al chavismo:

"No quiero votar ni por el gobierno ni por la oposición, todavía no sé..., pero voy a votar".

(Foto de cabecera: infobae.com)