Después de que más de un centenar de niños presentaran un recurso de amparo para detener la construcción de un polémico emprendimiento inmobiliario en Cancún, el juez finalmente decidió suspender las obras. 

Sin embargo, el magistrado fijó a la comunidad una fianza de 20 millones de pesos (1.2 millones de dólares) en relación con el valor de los terrenos del proyecto. 

Al momento la ciudadanía de la región no sabe cómo afrontar dicho pago, pero la defensa de los menores ha presentado un recurso de revisión de la fianza que se espera se resuelva para febrero del siguiente año, fecha en la que también vence la autorización de impacto ambiental del proyecto. 

El Malecón Tajamar

Un terreno de 800.000 metros cuadrados, es decir unos 114 campos de fútbol, es el espacio destinado para edificar el Malecón Tajamar Cancún, un proyecto impulsado por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo mexicano (Fonatur) que promete 5.096 unidades de alojamiento.

Sin embargo, lejos de generar satisfacción entre la comunidad por la inminente oferta de trabajo, los ciudadanos se han unido para defender el medio ambiente de su localidad pues aseguran que la construcción de Tajamar, ubicado sobre más de un kilómetro frente a la laguna Nichupté, afectará notablemente el ecosistema de manglares en la referida área.

Y es que la laguna está muy cerca a la zona de hoteles de la principal área de playas de Cancún. 

El rol de los niños

Numerosos grupos de ciudadanos, organizaciones no gubernamentales y hasta seis abogados han venido protestando en contra del proyecto, sin embargo, lo que parece haber inclinado la justicia hacia su lado fue la participación de 113 menores de edad que firmaron para expresar su desacuerdo. 

Y es que uno de los defensores propuso que sean los mismos niños quienes presenten el recurso de amparo. 

Alberto es uno de ellos. Tiene un perro, ocho gatos y su sueño es ser veterinario. Además dice que con la decisión que el juez tomó a inicios de noviembre 'salvaron la vida de muchos animales, cocodrilos, peces, pájaros y coatíes':

"Me gustan muchísimo los animales, cualquier tipo de animal, no me gustan que se queden sin casa porque están construyendo ahí en el tajamar. Además de que nos protege contra los huracanes, suaviza el impacto".

Asimismo Mónica, su mamá, explica que Alberto se mostró muy molesto cuando comenzaron las obras a mitad del presente año pues se preguntaba por qué habían metido 'las máquinas ahí, si habían animales':

"Es increíble que los chicos ya estén pensando en qué va pasar cuando crezcan, que esto ya no va a estar".

La larga batalla

El reciente comienzo de los trabajos de construcción impulsó la presentación del amparo por parte de los niños, sin embargo toda la comunidad lleva luchando contra el proyecto desde hace diez años. 

Y es que el Malecón Tajamar Cancún obtuvo un polémico permiso ambiental en el 2005 por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), sin embargo no se ha aclarado por qué demoraron tanto en empezar las obras. 

Es así que el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) aseguró que ambas instituciones, Semarnat y Fonatur, actuaron y tomaron decisiones de manera cuestionable. 

Determinaron que Fonatur había mentido al señalar que la zona no era un manglar puesto que, por medio de mapas de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, demostraron que el lugar 'evidentemente' era ese tipo de ecosistema. 

Al respecto, Alejandra Serrano, la directora regional de Cemda en Cancún, explicó:

"Al final del día pueden mentir mucho los promotores (Fonatur), pero la autoridad evaluadora (Semarnat) que tenía las herramientas para exigir los mapas de Conabio del manglar, no hizo su trabajo. El mensaje ha sido que más vale pedir perdón, que pedir permiso".

Y es que Serrano indica que ya por el 2005 estaba prohibido modificar la zona de manglares según el Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial de Cancún-Tulum, un popular destino turístico en la Riviera Maya. 

Agrega además que desde el 2009, el proyecto ha violado la Ley General de Vida Silvestre, una normativa que prohíbe el desmonte del manglar. Asimismo, de construirse también iría en contra de la Ley Federal de Responsabilidad Ambiental por causar daño ambiental con efectos continuos. 

La respuesta de Fonatur

Según Serrano, la dependencia mexicana está tratando de deslindarse del asunto y quiere responsabilizar a los propietarios del terreno: más de viente compañías y particulares.

Y es que en agosto de este año, Fonatur interpuso una demanda civil en contra de BI & DI Real Estate de México, la empresa que tiene a cargo la construcción del Malecón. 

Es así que indicó que los trabajos se localizan en 'regiones prioritarias' de la Conabio y que retiraron vegetación sin autorización de Semarnat. 

A pesar de ello, en su portal web aún se continúa promocionando a Tajamar como un espacio que 'ofrece múltiples oportunidades para los inversionistas'. 

La importancia ecológica

Después de las quejas de la comunidad y las constantes protestas y movilizaciones, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), un órgano desconcentrado de la Semarnat, inició un proceso de inspección que finalmente concluyó en que 'los responsables del proyecto no exhibieron las autorizaciones de ley correspondientes'. 

Es así que calificó el lugar como de 'suma importancia ecológica puesto que constituye una barrera natural contra fenómenos meteorológicos'. Además, también es considerada una 'zona de anidación de aves y refugio de fauna como cocodrilos e iguanas, ambas especies en riesgo'. 

Finalmente la fiscalía ambiental decidió una suspensión temporal para tomar muestras y estudiar el daño ambiental ocasionado por la eliminación de vegetación. 

La industria turística vs la libertad de esparcimiento

Toda la zona cercana a la laguna Nichupté es uno de los pocos lugares de esparcimiento donde aún se puede aprovechar la naturaleza.

Y es que en la zona de playas, mayoritariamente ocupada por grandes hoteles, quedan escasos espacios públicos, por lo que el malecón tiene un valor especial para los ciudadanos. 

Al respecto, Araceli Domínguez, la presidenta del Grupo Ecologista del Mayab, dijo:

"Este proyecto es la gota que derramó el vaso en el proyecto Cancún (...) fue creciendo de forma desproporcionada en términos de lo que son cuartos de hotel y desafortunadamente la infraestructura urbana no creció en forma paralela en la ciudad".

Y es que según la especialista mientras más cuartos hay, la calidad de vida de los residentes baja:

"No nos oponemos al desarrollo, sólo queremos que se hagan las cosas bien y Fonatur no lo hizo".

Por su parte, Antonella Vásquez, una de las abogadas de la organización 'Salvemos Manglar Tajamar' dijo que al iniciar las charlas informativas y las protestas, muchos niños y adolescentes quisieron firmar contra el proyecto. 

Al principio pesaron que no era correcto que los más pequeños participen del amparo, sin embargo al estudiar mejor el caso, se percataron que la ley no especifica edades y reconoce ese derecho a los menores. Además consideraron el impacto mediático que podría tener la iniciativa

(Foto de cabecera: Youtube de ExpedienteQR)