Los miembros del Estado Islámico que acabaron con la vida de un gran número de personas en Le Bataclan, en un concierto de Eagles of Death Metal, no se contentaron solo con disparar sus armas automáticas Kalashnikov, sino que una vez heridas sus víctimas, las torturaron hasta la muerte.

Y es que después de lanzar una ráfaga de disparos, los terroristas sacaron sus cuchillos para ultimar a las personas que aún se encontraban agonizantes. 

Al respecto, Mariesha Payne, una testigo de la masacre apuntó:

"Sabíamos que la gente estaba siendo torturada en el teatro porque los oíamos gritar, pero no eran disparados". 

"Cuando nos escapamos un hombre atrapado en el nivel en el que sucedió nos dijo que los terroristas estaban apuñalando gente en el estómago. Nos dijeron que estaban arrojando explosivos a la gente. Fue una experiencia horrible".

Y es que Payne, junto con una amiga llamada Christine Tudhope, se escondieron de los extremistas en Le Bataclan. Se encontraban con otros dos italianos y es así que decidieron esperar hasta encontrar el mejor momento para escapar de la escena. En tanto, oían cómo los fundamentalistas torturaban con sus cuchillos a todos aquellos que se encontraban tendidos por la sala. Una vez apuñalados, les daban un disparo final para terminar con sus vidas. Al respecto, Tudhope indicó:

"Estábamos sentadas allí (en su escondite, una bodega dentro del teatro parisino) esperando a que nos disparen".

A pesar de lo brutal de lo acontecido, las escenas desgarradoras no terminaron puesto que los terroristas también arremetieron contra las personas discapacitadas que se encontraban en sillas de ruedas y no pudieron escapar. 

Nick Alexander, otro testigo de 36 años, explicó su experiencia en los primeros minutos del ataque:

"Cuando comenzaron a correr, dispararon, por eso nos tiramos al suelo. Ametrallaban a todos. Fueron hasta el cuarto de atrás, donde había gente en sillas de ruedas, y comenzaron a dispararles".

(Foto de cabecera: infobae.com)