El Partido Popular Cristiano (PPC) ha dado las últimas semanas, gracias a algunos de sus congresistas y líderes como Lourdes Flores, claras muestras de desconexión con la realidad de la sociedad peruana en la actualidad.
El tema de la despenalización del aborto en casos de violación y la férrea oposición a legalizar las uniones entre personas del mismo sexo alineando así su postura a la de personajes nefastos para la política como Juan Luis Cipriani, ha despertado críticas de diversos sectores señalando que así el PPC empieza a definirse como un partido desfasado, misógino y discriminador.
Es quizás por eso que muchos han recibido con escepticismo una columna del alcalde de San Isidro y miembro del partido, Manuel Velarde, compartida a través de su página en Facebook y en la que condena todo tipo de discriminación en su comuna, comprometiéndose a velar para que no ocurran actos que denigren a cualquier persona.
"Prácticas de discriminación que creíamos desterradas de nuestra comunidad son aún un grave lastre que no hace más que frenar nuestro desarrollo como sociedad moderna e integrada (...) El racismo y la discriminación en nuestro país tienen como principales características el agravio, el insulto. El agresor se siente con el derecho de ofender y menospreciar a las personas que no son de su color o condición económica. ¿Podríamos quedarnos callados y dejar pasar este acto de agresión, aduciendo que viene de una sola persona y no del común de los sanisidrinos? No".
Velarde hace referencia a un caso ocurrido en El Olivar en el que algunos vecinos de la zona pretendieron echar a otras personas por 'no parecer san isidrinos' debido al color de su piel. Una actitud reprochable que merecía una respuesta de la autoridad municipal y que, aunque ha llegado únicamente a través de una declaración, es digna de resaltar.
Velarde culmina el texto reiterando su compromiso a combatir cualquier tipo de discriminación, incluyendo aquellas que se dan por orientación sexual, algo que aplaudimos doblemente en medio de una coyuntura en que la lucha por los derechos de las personas LGTBI pretende ser descalificada día a día por distintos actores políticos, muchos de los cuales provienen de su propia agrupación política.
"En San Isidro nos interesa que cada persona sienta que la ciudad le pertenece y que ella pertenece a la ciudad. Esa es nuestra prioridad. Combatiremos siempre todo acto o manifestación de racismo y discriminación e intolerancia hacia las personas por su color de piel, genero, religión, idioma, clase social, opinión política u orientación sexual".
Es decir, en palabras de su alcalde, San Isidro se suma a la lucha contra la homofobia. Esa misma que en otros distritos ha llevado a episodios en los que personal de serenazgo ha pretendido desalojar a parejas que se besaban en un parque o solo permanecían abrazadas. ¿El pronunciamiento de Manuel Velarde supone que el personal municipal será capacitado para que este tipo de hechos no suceda? ¿Cuenta San Isidro al igual que su vecino Miraflores y otros distritos como Jesús María y San Miguel con una ordenanza que prohíben todo tipo de discriminación? Y lo más importante, si cuenta con ella o piensa contar próximamente... ¿se cumplirá?
Saludamos la posición del alcalde Velarde, claro que sí, y ojalá muchos borgomaestres la emulen. Pero, y no es nada personal sino 'políticamente institucional', la sombra del PPC nos obliga a estar atentos desde ya.
Y lo estaremos.
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