Faltan pocos días para que en España se conmemoren diez años desde la histórica jornada en que la ley que modificaba el código civil y permitía el matrimonio homosexual fuera aprobada. Un hecho que convirtió a ese país en el tercero del mundo que otorgaba igualdad de derechos civiles a sus ciudadanos. Una ley que lo convertía, sin duda, en una mejor sociedad.
Hoy, cuando son más de veinte países los que cuentan con leyes de matrimonio igualitario y otros tantos con fórmulas legales que regulan la unión entre personas del mismo sexo, esa España más justa desde el 30 de junio de 2005 ha perdido a uno de sus principales artífices. A los 54 años ha muerto en Madrid el político socialista Pedro Zerolo. El mismo que en palabras del expresidente del Gobierno Jose Luis Rodríguez Zapatero fue quien lo convenció de apostar hasta el final por la ley que hoy beneficia a millones de españoles.
En este acto llevado a cabo hace más de un año, un Zerolo ya enfermo escuchaba emocionado el reconocimiento por parte del exmandatario. Y es que efectivamente desde su escaño como concejal en el Ayuntamiento de Madrid al que accedió en el 2003, se convirtió después de mucho tiempo en una voz activa en la política española para la comunidad LGTB. Una posición a la que le sacó el mayor provecho posible impulsando la inclusión del matrimonio igualitario en el programa del PSOE. Una batalla que continuó en el Congreso una vez que Zapatero llegó al poder y de la que finalmente salieron victoriosos.
Un triunfo que pudo disfrutar en primera persona ese mismo año cuando logró casarse con Jesús Santos, el hombre que se quedó a su lado hasta la muerte. Una unión que ha durado 18 años y que hoy se ha roto físicamente debido al cáncer de páncreas que se le detectó en diciembre de 2013. Una enfermedad que lejos de apartarlo de su compromiso político, lo convirtió en un luchador aún más fuerte y comprometido con más causas.
Desde junio de 2014 se convirtió en Secretario de Movimientos Sociales y Relaciones con las ONG del PSOE y desde enero de este año en Presidente del Partido Socialista en Madrid. Continuaba, asimismo, con su escaño en el pleno del municipio madrileño. Labores que logró compaginar con un activismo social que abarcaba distintas luchas además de aquella constante que debía librar día a día contra la homofobia.
Nacido en Venezuela durante el exilio de su padre, fue también un defensor de las políticas a favor de la migración.
Lucha contra la pobreza infantil.
Y más allá de sufrirlo en carne propia no dudaba en manifestar su solidaridad pública con todas aquellas personas víctimas del cáncer.
Una muerte injusta, como tantas otras. Un político que aún tenía mucho para dar en esa España a la que contribuyó en convertir en un país, como dijo hoy Rodríguez Zapatero, de gente más decente, más libre, más valiente.
Una vida que merece ser reconocida y recordada por las futuras generaciones que se encontrarán con mejores lugares para vivir. Y porque, sin duda y quizá sin proponérselo, logró sacar la careta a tantos que bajo la idea de lo 'natural', lo 'tradicional' y lo 'sagrado', solo transmiten odio contra aquellos que no comparten su fanatismo.
Como este par, que apenas horas después de que Zerolo hiciera pública su enfermedad en enero de 2014, ya lo trataban como un hecho de justicia divina.
No es difícil poner en la balanza la calidad de persona de alguien como Pedro contra dos sujetos que solo contribuyen a mantener a más personas en la ignorancia. El aporte de una vida de solo 54 años que hizo mucho por miles contra aquellos que continúan levantando el dedo para condenar a muerte.
Desde donde esté, si está en algún lugar más allá de esta vida, sabemos que solo puede esbozar una sonrisa.
Un grande.
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