“Los medios de difusión y los patrocinadores no van a ser persuadidos para que retiren su apoyo a la Copa Mundial, un evento global masivo que continuará existiendo”, dijo el viernes pasado Patrick Nally, un ejecutivo de marketing deportivo que trabajó con la FIFA para crear los derechos televisivos del fútbol. Y es que a pesar del escándalo de la corrupción al interior de la institución futbolística mundial, ésta se mantendrá como una lucrativa productora de dinero, asegura un informe del diario británico Financial Times.

El miércoles pasado nueve directivos de la FIFA involucrados en actos delictivos según investigaciones del Departamento de Justicia de Estados Unidos fueron arrestados en Suiza. Aunque es sabido de que al interior de la entidad hay casos de corrupción, la noticia causó sorpresa internacional. Y si bien las investigaciones van a continuar y probablemente surjan nuevos personajes involucrados, los negocios de la federación no se detendrán.

Como asociación deportiva, la FIFA goza de un régimen fiscal favorable y no está obligada a publicar sus cuentas bajo la ley suiza.

En su último informe financiero, la FIFA reportó ingresos totales por US$5,718 millones durante el periodo 2011-2014, 36.5% más que lo registrado en el ciclo 2007-2010. Sin embargo, pese a los mayores ingresos –principalmente por venta de derechos de transmisión–, la utilidad de la federación bajó a US$338 millones, 46% por debajo de su reporte previo. A Brasil le pagó US$453 millones por organizar el Mundial el año pasado. 

En los cuatro años previos al Mundial del 2014 –dice el Financial Times– la organización pagó US$75.3 millones en impuestos sobre un ingreso bruto de US$2.32 mil millones. Además, recaudó US$1.63 mil millones de sus ofertas de marketing, un aumento de casi un 60% en relación con los cuatro años anteriores.

Gran parte del crédito por el éxito financiero de la FIFA se debe al anterior presidente, João Havelange, quien asumió el cargo en 1974. El brasileño convirtió la Copa Mundial de un evento principalmente europeo a una competencia mundial, financiando la expansión con la ayuda de Horst Dassler, el director de Adidas, quien se convertiría en el socio más importante de la FIFA.

Después del Mundial de Alemania 2006, la federación creó tres niveles de patrocinio: seis "socios", ocho "patrocinadores" y luego "promotores nacionales", una estrategia que iba a resultar un gran éxito.

El potencial de ingresos de la FIFA aumenta. Casi la mitad proviene de la difusión televisiva, con ganancias para la organización de US$2.43 mil millones en derechos televisivos a nivel mundial para transmitir el Mundial del 2014.

En la actualidad, Estados Unidos es el cuarto mercado más grande de la FIFA por derechos de exhibición. Los fiscales estadounidenses declararon que a medida que el valor de los derechos televisivos y de comercialización de la FIFA aumentaron, también lo hicieron los sobornos.

En un acuerdo, dos grupos de marketing deportivo supuestamente pagaron US$100 millones en sobornos –casi un tercio del valor del contrato de US$352.5 millones– a funcionarios de fútbol sudamericano para obtener los derechos de cuatro torneos de la Copa América.

Los delegados de la FIFA se dan la gran vida: la entidad gasta más de US$30 millones al año sólo en gastos de viaje, alojamiento y organización de su congreso anual.

Ya antes de los arrestos del miércoles, frecuentemente surgían preguntas acerca de las finanzas de la FIFA y la forma en que asignaban patrocinios y derechos televisivos.


Patrocinadores en la mira

El escándalo de corrupción amenazó con afectar la imagen de Nike, la empresa que patrocina a la selección de fútbol de Brasil. "La firma ha dicho que está cooperando con las autoridades estadounidenses, luego de que los investigadores dijeran que una compañía de ropa deportiva no identificada había sido partícipe en sobornar a un funcionario del fútbol brasileño para obtener un acuerdo de patrocinio", cuenta el diario británico.

Al igual que la FIFA, la empresa ha aprovechado la inmensa popularidad del fútbol. El año pasado, sus ingresos provenientes de este deporte fueron de US$2.27 mil millones.

La mayor parte de sus ingresos proviene de la venta de sus derechos de transmisión de los diversos mundiales de fútbol. Para la última copa del mundo, la FIFA obtuvo por este concepto US$2,428 millones y para la del 2018 proyecta alcanzar US$2,700 millones.

Aunque la mayoría de patrocinadores de la Copa Mundial consideran que sería desastroso abandonar los acuerdos con la FIFA, algunos han permitido que sus tratos caduquen. El año pasado, Sony, Emirates, Continental, Johnson & Johnson y Castrol optaron por no renovar sus contratos de patrocinio con la FIFA. Ante las noticias de la semana pasada, otras compañías pueden verse obligadas a reconsiderar sus planes de patrocinio, aunque hasta el momento sólo Visa ha indicado que podría cancelar su acuerdo.

La FIFA tiene acuerdos a largo plazo con Adidas, Hyundai y Coca-Cola. Y con la próxima Copa Mundial cada vez más cerca, ha concertado otro con el gigante energético Gazprom como socio para el Mundial de Rusia 2018.

Blatter continuará al frente de la federación, y más allá de lo que intente hacer durante esa  nueva gestión, lo cierto es que los negocios  de la FIFA continuarán viento en popa.


Lee también:

La pandilla de Zurich

RICO, la ley que se implanta a la FIFA

Joseph Blatter tras terremoto en la FIFA: "Estas malas conductas no tienen cabida en el fútbol"

Blatter y el modelo que instauró su dictadura en la FIFA  

La investigación sobre corrupción en la FIFA tendrá repercusiones en Perú

Prohíben a presidente de Traffic Sports USA participar en actividades del fútbol

Corrupción en la FIFA: Joseph Blatter no renuncia (pero admite que se le viene la noche)

Chuck Blazer, el informante que desenredó el hilo de la madeja del escándalo de corrupción en la FIFA

Terremoto en la FIFA: Detienen a altos funcionarios por supuestos delitos de corrupción