¿Cómo salvar Tía María? A estas alturas está claro que el camino es el diálogo con los opositores al proyecto minero, sobre todo con los alcaldes distritales del Valle de Tambo, en la provincia de Islay, donde la tensión sigue latente y la desconfianza de la población no cede, pese a los intentos del Gobierno. 

Precisamente, hoy el premier Pedro Cateriano participó en las mesas de diálogo que promueve el Ejecutivo en Mollendo,  donde se reunió con la gobernadora regional de Arequipa, Yamila Osorio.

Pero ¿a qué acuerdos debería llevar ese diálogo para que la sombra del proyecto Conga no se cierne sobre Tía María? Por lo pronto ya Southern Copper aplazó el inicio de operaciones del emprendimiento para finales de 2017 o inicios de 2018.

Hay un hecho clave: el nuevo estudio de impacto ambiental (EIA) que el Gobierno asegura que resuelve las 136 observaciones que la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) hizo al primer estudio, del año 2009. 

¿Pero quién lo garantiza? La desconfianza de la población es grande y lo más sensato es que el Gobierno dé señales reales de querer revertir la situación

José Luis López Follegati, coordinador del Diálogo Minero y uno de los más destacados especialistas en conflictos asociados a la actividad minera, señala que el diálogo con quienes se oponen a Tía María debería llevar a un acuerdo para que Naciones Unidas o expertos independientes revisen y validen el nuevo estudio ambiental.

El Ejecutivo no debería oponerse a ello si, como dice, ya las observaciones han sido subsanadas. Sería una señal positiva para calmar los ánimos y empezar a revertir la desconfianza.

López Follegati sostiene que el hace tres o cuatro años el 90% de la población del Valle de Tambo estaba a favor del proyecto; hoy solo entre el 30% y el 40% lo está. 

Gino Costa, analista y exviceministro del Interior, considera clave en este proceso un espacio para conversar y convencer de las bondades del proyecto a quienes, por buenas o malas razones, se niegan a reconocer los importantes cambios que contiene el nuevo EIA.

"Conga se empantanó y lo sigue estando –no sabemos por cuánto tiempo más– porque el diálogo fue abortado, en la expectativa de que podía sacarse adelante contra viento y marea. Eso no ocurrió. En Tía María el diálogo aún no se ha intentado; hay que darle una oportunidad, una estructura y el tiempo para que dé frutos".

Costa sostiene en una columna que publicó en El Comercio que para que el diálogo dé frutos debe haber un facilitador escogido por las partes

"La Defensoría del Pueblo o las Naciones Unidas podrían cumplir ese papel. La mesa debe tener una agenda, un cronograma y unas reglas de conducta claramente establecidas. Debe tratarse de un ejercicio muy profesional".

 

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