Al final de la ceremonia de los Oscar de este domingo, le tocó a Sean Penn presentar el Oscar a Mejor Película. Siendo el último premio de la noche, y habiendo pasado más de tres horas y media de show, definitivamente la misión de Penn era hacer una presentación rápida para terminar la premiación de una vez por todas.
Una vez abierto el sobre donde se indica el nombre de la película ganadora, Sean Penn dudó, sonrió y dijo “The Oscar goes to… Who gave this son of a bitch his green card? Birdman”: “El Oscar es para… ¿quién le dio a este ‘joeputa su greencard? Birdman”.
Alejandro G. Iñárritu, director y guionista de Birdman, que es mexicano, se levantó, abrazó a todo el mundo, recibió el Oscar de Penn dándole un abrazo bastante efusivo y empezó su discurso diciendo “Dios mío, quieren que hable yo porque tengo el peor inglés”.
Por supuesto, la reacción de los hipersensibles y antojadizos usuarios de Twitter fue de indignación ante el chiste racista de Sean Penn que hizo que el Oscar a Mejor Película se trate otra vez del hombre blanco y que no importa que sean amigos, no es una broma entre ellos sino con 40 millones de personas que son inmigrantes en los Estados Unidos, etcétera, etcétera, etcétera.
Este no fue el único chiste ‘racista’ que causó indignación entre los televidentes: al principio de la noche, el anfitrión Neil Patrick Harris designó a Olivia Spencer como supervisora de una caja de la que saldría luego un truco de magia. Como Olivia Spencer es afroamericana, el internet se llenó de comentarios que le decían a Harris que Spencer no es la sirvienta de nadie, que decirle que no podía tomar un ‘snack break’ era una alusión a su peso y que solo la había escogido por ser negra (¡desgraciado!).
Sean Penn pudo haber previsto que esa sería la reacción del público. En realidad, Neil Patrick Harris también pudo haberlo previsto. Lo contradictorio es que, mientras más se camine en puntas de pies alrededor de los temas raciales y de inmigrantes, más se refuerza la percepción de que su presencia es algo especial, que no es normal y tiene una fragilidad que nunca va a dejar de existir.
Si la idea es hacer de Hollywood un lugar más incluyente y diverso, esta definitivamente no es la forma de lograrlo. La broma de Sean Penn demostró, en todo caso, su confianza con Iñárritu, y es verdad que Iñárritu es un inmigrante, que alguien le dio la greencard y que sin ella no habría podido hacer Birdman.
Además, el discurso de Iñárritu hizo referencia al mismo tema, que está implícito en el hecho de que dos mexicanos seguidos hayan ganado el Oscar a Mejor Director: “¿dos mexicanos segidos? Es sospechoso, supongo”. Más allá de la broma, Iñárritu dedicó su Oscar a los mexicanos, tanto los que viven en México como los que están en Estados Unidos, y pidió una mayor inclusión y respeto por las nuevas generaciones de inmigrantes.
Lo cierto es que hay que reconocer que la presencia de directores mexicanos como Alejandro G. Iñárritu, Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro es cada vez más notoria, cada vez se llevan más premios y marcan más tendencias en el cine de Hollywood. Y el cine estadounidense que está siendo tomado –en el mejor de los sentidos– por inmigrantes que traen nuevas formas de hacer cine. ¿Por qué no bromear al respecto, cuando es un hecho consumado y, aparentemente, irreversible?
Por otro lado, realmente no había forma de que Neil Patrick Harris no se queme con el problema del racismo. Con una campaña pre-Oscar marcada por el hashtag #OscarsSoWhite –gracias a la nominación de prácticamente ningún afrodescendiente para la premiación–, era prácticamente imposible que cualquier alusión, cualquier falta de alusión, cualquier broma sea interpretada como racista.
Lo que está claro es que Neil Patrick Harris hizo un intento por tratar el tema de la diversidad (su inauguración comenzó con “Esta noche honramos a los mejores y más blancos… más brillantes de la Academia”) y las controversias (con varias bromas sobre American Sniper).
Una vez más, parece que hay que recordarle a Harris que a la Academia no le interesa tanto solucionar las controversias como esconderlas bajo la alfombra, y que la diversidad es un tema del que se habla mucho en ese medio, pero por el que se hace poco o nada.
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