Este martes 17 de febrero se inaugura en la Casa Túpac, en Barranco, la segunda edición del Censurados Film Festival. En él, se proyectarán 20 largometrajes y alrededor de 50 cortos, todos relacionados de alguna forma con la censura. Algunos han sido censurados en sus países de origen. Otros, tratan sobre personas cuyas historias o cuyo trabajo ha sido prohibido. Un tercer grupo está conformado por filmes cuyos temas no encuentran espacio en el cine comercial.

El festival dura seis días, y se clausura el domingo 22. No solo se proyectarán las películas, sino que habrá tres conversatorios temáticos, una conferencia a cargo de Ricardo Bedoya y dos exposiciones: una, del Museo Itinerante Arte por la Memoria; otra, de plantas medicinales prohibidas en el Perú y otros países. Además, el viernes 20 se dará un taller de animación, y durante la clausura habrá un recital de poesía censurada.

[Mira aquí el programa completo.]

Conversamos con Teresa Castillo, miembro del equipo directivo del Festival y de La Combi Arte Rodante. Teresa es española (“catalana también, no me hago rollos”) y vive en Lima desde 2002. Después de pasar una temporada trabajando como periodista –la carrera que estudió–, decidió dedicarse a la difusión de cine fuera de las salas comerciales. De eso se trata el Censurados Film Festival, pero sobre todo La Combi Arte Rodante, un grupo que se dedica a llevar cine a zonas de Lima y a todo el Perú, y también a hacer talleres de animación y stop-motion.

En cuanto a Censurados, “este es un festival sobre la libertad de expresión y los derechos humanos más que sobre la censura”. Así, el lema de este año es “Lo que ellos no quieren que veas”, donde ‘ellos’ se refiere al estado, la iglesia y las grandes empresas y ‘no quieren’ se refiere a que igual lo veremos.

Uno de los problemas con esta premisa es que, muchas veces, lo que ‘ellos’ no quieren que veamos coincide con lo que nosotros no queremos ver, cerrando los espacios comerciales a la proyección de este tipo de películas, sobre todo documentales. Es por esto que, cuando un documentalista peruano lleva su película a la televisión, le ofrecen pasarla el sábado a las dos de la mañana. El Censurados Film Festival, junto con otros, como DocuPerú, pretende abrir un espacio para películas independientes de las corrientes comerciales.

El año pasado pensamos que no iba a venir nadie, pero el día de la inauguración vinieron 600 personas, y cada día venía gente. Teníamos miedo de que solo viniera gente barranquina, pero vino gente de San Juan de Miraflores, de San Miguel. Tampoco apuntamos al gran público de Lima. Por eso hemos escogido la Casa Túpac como espacio. La gente se relaja, se toma sus cervecitas, se echa a ver una película.

[El equipo de Censurados prepara una proyección en la Casa Túpac. Fotos: Valentina Pérez Llosa / LaMula.pe]

Las restricciones que pone el capitalismo al cine que se consume a nivel comercial son uno de los temas alrededor de los que gira el festival de este año. Otro es el de las fronteras y la migración, porque “esa es otra forma de quitar libertad: que tú no puedas irte a otro país”. En el Festival se proyectarán tres películas y habrá un conversatorio sobre el problema de Palestina y la migración el miércoles 18. 

Otro eje temático gira en torno al género y la sexualidad como determinantes para exigir derechos. En este sentido, Teresa afirma que pretenden no solo tratar los temas de la mujer y la homosexualidad, sino también las limitaciones que puede conllevar el hecho de ser hombre, ampliando lo que se considera por norma general en la discusión sobre el género. En especial el documental Borrando a Papá muestra esta problemática, y el jueves 19 se proyectarán varias películas, más un conversatorio, sobre el género y el cine. 

El último tema de Censurados Film Festival es la censura en el Perú. Esta se discutirá en el conversatorio del viernes 20, y Ricardo Bedoya dará una conferencia sobre la censura en el cine peruano. Teresa considera que el Perú está progresando en materia de censura, pero no hay que olvidar que “siguen habiendo casos, como la de la obra de teatro La Cautiva. También quisieron censurar un Museo de la Memoria en Huancayo. Pero la censura más grande es la económica, que cierra los espacios. Ahora se están creando cineclubes, pero en las salas de cine todo es gringo”. Regresamos, entonces, al problema de la censura económica. 

En su segunda edición, el Censurados Film Festival ha ampliado considerablemente su alcance: este año habrá dos salas de proyección, una al aire libre y otra cerrada. Las exposiciones son nuevas, y habrá una performance teatral en la inauguración. Además, el Festival se presentará entre febrero y marzo en Chiclayo, Arequipa, Pucallpa y Trujillo. Al fin y al cabo, en todas las artes y en todo el mundo existe la censura, y el único límite del Colectivo Censurados es el financiamiento: 

Este año tenemos el premio de la Dirección del Audioviosual, la Fonografía y los Nuevos Medios (DAFO), del Ministerio de Cultura. Eso nos ha ayudado para hacer el festival, pero para el resto no buscamos apoyo de empresas, porque queremos tener la libertad de poner lo que queramos. Todos somos voluntarios, lo hacemos por amor al arte, pero también tenemos que vivir de algo.