Suprimir la libertad de expresión y la cultura parece ser la última jugada política en nuestro país. Se dieron la molestia de empezar desde atrás, con la puesta en escena de La cautiva, de Luis Alberto León. Una obra que ha recibido halagos y premios el 2013 por la sensibilidad con que la protagonista interpreta a una niña de 14 años que muere a manos de militares.
Ese cuadro no ha sido del agrado de los militares. No le he gustado ni al ministro del interior, general Daniel Urresti ni a los oficiales de la Dircote.
Ahora, quien sale, nuevamente, a insistir con el tema es el procurador antiterrorista Julio Galindo, quien ha anunciado públicamente a través de RPP que denunciará esta obra por apología al terrorismo, ya que, supuestamente, contiene "mensajes subliminales" a favor de Sendero Luminoso.
Parece que al señor Galindo poco le interesa el pronunciamiento que hizo el lunes 12 de enero el Ministerio de Cultura, que calificó la obra La Cautiva “como una creación de carácter cultural, pues a través de un hecho que forma parte de nuestra historia reciente promueve un encuentro de reflexión entre artistas y espectadores, con el fin de estimular la formación de una ciudadanía cada vez más participativa y democrática”.
El procurador tampoco le prestó ninguna importancia al comunicado del Teatro La Plaza donde se afirma explícitamente “en el Teatro La Plaza condenamos categóricamente las acciones de Sendero Luminoso y cualquier otro grupo terrorista”.
Pasando estos comunicados oficiales por alto, Galindo insiste en denunciar la obra porque "Lo que importa acá es la intención, el propósito de la obra. Ha habido una agresión a las FF.AA. y a la PNP, no son ellos los responsables de la matanza y crímenes de Sendero”, dice Galindo.
La contradicción de todo esto está en que el procurador admite no haber visto la obra ni leído el guión. Por lo tanto, basa su investigación -que, afirma, ya está avanzada en un 50%- en lo que ha oído por boca de terceros (¡!).
“Tengo la información de gente que ha visto. En circunstancias diversas, momentos del acto central, se hacen alabanzas al pensamiento Gonzalo, a Abimael Guzmán, los hechos terroristas y todo ese rollo, inclusive hacen un cántico”, dijo a RPP.
Sin embargo, el procurador sostuvo que la denuncia no es directamente contra el director y los autores, sino que se trata de una denuncia preliminar y el Ministerio Público se encargará de proceder al respecto.
"No he dicho que se denunciará a los actores, estamos en pleno proceso de evaluación, estoy buscando tener la totalidad de información que he solicitado a varios lugares. Luego de que la tenga obviamente vamos a proceder a denunciar este hecho para que la fiscalía aperture la investigación preliminar y dentro de ese proceso se harán una serie de diligencias. En todo caso, el fiscal responsable programará las siguientes diligencias", aseguró.
Esas confusas declaraciones solo nos hacen pensar que las cosas no pueden caminar bien si un procurador no es capaz de distinguir una puesta en escena dentro de un teatro de Larcomar --como es el Teatro La Plaza-- que hace uso de la ficción y el ejercicio del derecho a la verdad, de un acto de apología al terrorismo. ¿Cortina de humo?