La muerte de Fidel Flores durante el desalojo de su vivienda en Cajamarca (ocurrida el 30 de octubre de este año) sigue presente en el imaginario social gracias a un grupo de ilustradores peruanos. Una vez más la experiencia estética y simbólica es el espacio para cuestionarnos, interpelarnos y finalmente trasponer el discurso que busca normalizar un hecho de esta naturaleza.
Bajo el nombre de Justicia para Fidel: ¡Abajo la Ley 30151¡, la iniciativa propone una serie de ilustraciones alusivas al caso para intervenir en el espacio público e incidir en las redes sociales (puedes visitar su pagina de Facebook haciendo clic aquí).
La idea es extender y hacer calar hondo en la consciencia de la ciudadanía el estado actual de un aspecto punzante en el gran tema que es la violencia en el país. Este aspecto es la violencia ejercida por la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas contra la población civil. El proyecto se plantea entonces como una red de resistencia que cuestiona la vigencia y aplicación de la Ley 30151, que permitió la impunidad en la que parece naufragar el caso de Fidel Flores. Como se sabe, esta ley exime de culpa y delito a los miembros de la policía y las Fuerzas Armadas por cualquier agravio y/o muertes que pudieran causar en el “ejercicio de su labor”. Cualquier ciudadano en su sano juicio debería estar al menos preocupado por las implicancias de dicha ley; pero, estamos en el Perú, y nuestra atención está siempre puesta en otro lugar.
Respecto de la gravedad del caso y la situación, la posición de los organizadores de este proyecto es contundente:
“Lo que principalmente nos preocupa e indigna del caso es la actitud del Gobierno y la de los medios masivos, al querer reducir este homicidio a un 'exceso' o 'abuso' de un solo policía, producto del 'caos' que supuestamente gobierna a nuestras provincias; cuando en realidad, como se observa en los distintos videos, el operativo estaba siendo dirigido por policías de mayor rango, cuando una representante del Poder Judicial estaba presente, y cuando desde hace varios años se vienen decretando distintas leyes -en el gobierno de Humala, la 30151- que amparan el uso libre, no necesariamente reglamentario, de las armas por parte de la policía frente a la muerte o lesiones de civiles. También nos parece una institución, aunque no reconocida en el papel, el uso de matones en los desalojos. ¿De qué exceso hablamos si los elementos están perfectamente normalizados?”
Esta pregunta no es gratuita y debemos extenderla a otros ámbitos en los que la acción del Estado es cada vez menos cuestionada y está cada vez más amparada en leyes como la 30151. Especialmente en aquellos casos donde la evidencia es irrefutable y las consecuencias afectan nuestras vidas directamente.
La iniciativa y el compromiso de estos ilustradores son, en ese sentido, notables, y demuestran las posibilidades y alcances que un pequeño grupo organizado tiene todavía dentro de la cada vez más compleja trama social de un país como el nuestro. Como dicen ellos: “La idea es que la red colaborativa siga creciendo y se puedan sumar más ilustradores, creadores y ciudadanos en general que estén dispuestos a aportar con su trabajo, y su solidaridad a crear un tejido de resistencia que nos permita estar informados sobre los efectos y consecuencias de los mecanismos de control de un Estado que se muestra represivo y violento con sus ciudadanos.”
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