En los últimos días, las opiniones del público sobre la portada del catalogo de Saga Falabella y su invisibilización de los grupos étnicos más representativos del Perú, tuvieron tal repercusión que la empresa optó por retirarlo de sus tiendas. En su comunicado afirmaron respetar la diversidad y de manera muy sutil (como siempre sucede en estos casos) aceptaron que existía un problema con esa imagen.

En el video que enlazamos a continuación, Liuba Kogan, profesora e investigadora de la Universidad del Pacífico, quien se ha especializada en estos temas, saca a la luz un aspecto aún más sutil del catálogo. A Kogan, lo primero que le llamó la atención fue que “las niñas que ofrecían estas muñecas, parecían a la vez muñecas. Daban la impresión de ser niñas anfitrionas, perfectas y además con las formas de una muñeca.”

Entonces, la fotografía en cuestión no solo es discriminatoria sino que implica la objetualización de las niñas. Como afirma Kogan, las niñas no aparecen jugando (como naturalmente esperaríamos) y disfrutando del juego, sino literalmente mostrando y ofreciendo un producto: vendiéndolo. Esta aguda precisión lleva el debate hacia terrenos aún más delicados y muy poco discutidos en nuestro medio.

El debate está abierto.



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