Los desalojos y la 'limpieza social' del Mundial de Brasil

Un total de 250.000 personas han sido obligadas a dejar sus hogares en 12 ciudades del país por las obras de infraestructura de la Copa del Mundo.

Tamara Lasheras I Redacción mulera

Publicado: 2014-06-09

Unas 250.000 personas han sido desalojadas de sus hogares en 12 ciudades de Brasil, según informa la Articulación Nacional para la Copa del Mundo. Del total, 38.297 personas en Río de Janeiro, en lo que Amnistía Internacional (AI) ha definido como una “limpieza social”. Todo bajo el pretexto de las obras relacionadas con la Copa Mundial y los Juegos Olímpicos de 2016.

A pesar de que el gobierno afirme que las remodelaciones no son para la Copa sino para los brasileños, las protestas no cesan y el pueblo brasileño no se calma: indígenas con arcos y flechas que han alcanzado techo del Congreso, la huelga de los trabajadores del metro, que ha provocado un histórico atasco de 39 kilómetros en Sao Paulo, protestas de policías, vigilantes de bancos y profesores, entre otros.

Y es que los gastos para el Mundial dan qué pensar: el gobierno brasileño ha destinado más de 11.000 millones de dólares a la Copa: 7.800 millones a infraestructura terrestre y aeroportuaria y 3.500 millones a la remodelación de estadios. Además, se ha invertido 798 millones de dólares destinados a seguridad y los 170.000 hombres que custodiarán en Mundial. El total supera de lejos lo invertido en los anteriores mundiales de Sudáfrica y Alemania.

Nelma Gusmao de Oliveira, especialista de la Universidad Estatal del Sudoeste de Bahia (UESB), señala que detrás de la construcción de las obras existe el objetivo de expulsar a las clases bajas a las afueras de las ciudades mundialistas.

"Las obras son pensadas intencionalmente para construirse exactamente sobre los terrenos ocupados por barrios pobres y favelas. Una vez que los habitantes del lugar son desalojados, éstos no son reubicados en zonas cercanas como está previsto por la ley, sino que son expulsados a barrios alejados, hasta 60 kilómetros de distancia de sus hogares. Se trata de una clara 'limpieza social'", explica la especialista en Infobae.

Es más, si la población desalojada no acepta su reubicación, reciben una pequeña ayuda de 2000 dólares, cantidad que no es suficiente para comprar una nueva propiedad en los alrededores.

A pesar de que los proyectos de infraestructura también afectan a barrios acomodados, las intervenciones policiales han sido mucho más cuidadosas. "En las zonas de más recursos se intenta evitar demoliciones y generar el menor trastorno posible", señala Gusmao Oliveira.

AI ha denunciado la despreocupación absoluta por los desalojos llevados a cabo en Río de Janeiro. Atila Roque, director de AI Brasil, afirma que muchas personas resultaron heridas a causa del uso excesivo de la fuerza por parte de la policía brasileña en los desalojos y las protestas.

“En vez de impartir a la policía formación sobre cómo ocuparse de manifestaciones masivas pacíficas, la respuesta del gobierno ha consistido en criminalizar a los manifestantes dando a los servicios de seguridad carta blanca para practicar detenciones a voluntad. Se han propuesto nuevas leyes que amenazan el derecho a la libertad de expresión. No se trata sólo de la Copa Mundial, sino que habrá también consecuencias a largo plazo para toda manifestación pacífica futura”, indicó Atila Roque.