Viven en construcciones precarias levantadas sobre un piso de tierra, madera y plástico que no protegen ni del sol ni de las frecuentes lluvias. Así es Nueva Palestina, un campamento ilegal donde miles de familias luchan por establecer un hogar en Sao Paulo, la ciudad más rica de Brasil pero con el mayor déficit habitacional del país. 

"Ocupamos este terreno el 29 de noviembre. Somos casi 8.000 familias y hay dos mil más en lista de espera", declara a AFP Elena Santos, coordinadora del Movimiento de Trabajadores sin Techo (MTST), organización que promovió la ocupación del área, calificada como Zona de Protección y Desarrollo Sostenible, por encontrarse dentro del cordón verde de la represa Guarapiranga. Aún si el movimiento consiguiera cambiar la calificación a Zona Especial de Interés Social, sólo podría dedicarse oficialmente al uso de vivienda el 35%, desde el 10% actual.

"Se necesitan casas. Si no, la gente no vendría aquí a vivir debajo de una lona donde no se puede ni respirar con este calor", añade.

Sao Paulo -la ciudad más grande en América del Sur y con un área metropolitana de 20 millones de habitantes- presenta unos precios inmobiliarios que crecen en una constante espiral sin fin que, unida a bajos salarios y a una creciente población, deja un drástico resultado: un déficit en la vivienda.

Así, a pesar de ser una ciudad rica y cosmopolita, Sao Paulo presenta grandes emplazamientos precarios, que concentran la pobreza y marcan la pauta de la radical desigualdad en la sociedad urbana del Brasil. La demanda por mejores servicios fue uno de los gritos de guerra de protestas del año pasado. Reclamos que no sorprenden si, mientras el gobierno gasta 243 millones de dólares en obras viales para el Mundial de Fútbol, hay una escasez en todo el estado de más de 1 millón de viviendas - una cifra que se ha mantenido estable en los últimos cinco años-. En total, se estima que los gastos por el mundial alcancen cifras superiores a los 12 mil millones de dólares. 

Es más, el estado de Sao Paulo presenta el mayor déficit habitacional del país, según cifras del Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea). Y, aunque hay esfuerzos para hacer frente a la escasez crónica a través del programa federal de construcción de viviendas, Minha Casa , Minha Vida (Mi Casa, Mi Vida) -que ya ha construido un millón de viviendas sociales en todo el país- la situación de miles de personas continua siendo deplorable.

El fotógrafo Sebastián Liste presenta para Al Jazeera algunas imágenes que retratan la vida en Nueva Palestina. Aquí les dejo algunas de sus imágenes:

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